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En noviembre, el Cirque du Soleil presentará temporada en la Carpa Santa Fe

Ovo, montaje de una historia de amor, que no es sino la vida

Más que copiar o traducir la vida de los insectos había que interpretarla, señala el creador del set

Destacan piruetas a más de 14 metros de altura, así como carreras sobre una pared vertical

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El espectáculo es un viaje al interior del mundo de los insectos, en el que trabajan, comen, cantan, juegan y pelean, según la directora Deborah Colker
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de junio de 2011, p. 8

El amor entre una catarina y un mosco es el leit motiv para que la compañía Cirque du Soleil muestre su versión de la vida y sus ciclos, en el mundo de los insectos. Un huevo es el hilo conductor de la narración de este drama novelesco entre artrópodos.

Ovo (huevo en portugués) es el nombre del reciente montaje de esta trouppe de origen canadiense. El estreno está programado para el primero de noviembre en la Carpa Santa Fe, pero los organizadores lanzarán una preventa de boletos mediante bancos el 27 de junio, y un día después otra para el público en general.

Desde su estreno mundial, en 2009, en Montreal, Ovo, obra dirigida por Deborah Colker –escritora, directora y coreógrafa, así como primera mujer al frente de un grupo de la compañía–, ha sido vista por más de un millón y medio de personas alrededor del planeta.

Se trata de un viaje al interior del mundo en que los insectos trabajan, comen, cantan, juegan, pelean y buscan el amor, sentimiento posible en un constante flujo de energía. Cuando un misterioso cigoto aparece en la comunidad comienza la interrogante de que los ciclos de la existencia también forman parte de su entorno.

Es una historia de vida y de amor, porque éste es vida, dijo ayer en conferencia de prensa la holandesa Marjon van Grunsven, directora artística de la puesta, que se desarrolla en una mañana común en la vida de los insectos, pero que también es una reflexión de las cosas simples que hemos olvidado.

Van Grunsven reveló que para hacer una copia real de la posible forma de vida, movimientos y colores de los insectos, se analizó la película Microcosmos.

Para Colker, Ovo presenta al mundo de los insectos poniendo énfasis en el color y el movimiento. “Tengo un lenguaje coreográfico muy físico, y para mí, los movimientos de los insectos se traducen en emociones. Ovo refleja mi experiencia en la danza, pero también representa el amor que toda la vida he sentido por la música”, explica.

El elenco de Ovo se compone de 54 artistas de 16 países, todos especialistas en actos acrobáticos. Uno de los estelares es el número del trapecio volador, en el cual seis especialistas realizan piruetas a más de 14 metros de altura; incluye banquine (silla en equilibrio), balanceo ruso y sillas que se columpian.

En el montaje, además del acto del trapecio –el más alto que se haya realizado en el Cirque du Soleil– se presenta también el acrosport, combinación de elementos de danza y acrobacias en el que cinco mosquitos desarrollan formaciones escultóricas. También se exhibe el acto de las hormigas, las más trabajadoras de la comunidad y que dedican su vida a la recolección de alimento, con el que se divierten, utilizándolo para marabarearlo con los pies.

Asimismo, desarrollan Orvalho (rocío), donde una libélula se balancea en una planta, y el acto de la pared, en el cual 20 artistas, sin soporte alguno, corren y brincan en un muro vertical de ocho metros.

Llama la atención el set creado por Gringo Cardia –brasileño, como la creadora de esta historia, Deborah Colker–, quien evoca este misterioso hábitat, lleno de colores y sonidos. Estamos en una cueva o en un nido de termitas, por lo que uno de sus grandes retos fue recrear el entorno; me parece que el camino para lograrlo es interpretarlo, más que copiarlo o traducir las formas y curvas de la naturaleza.

Algo similar hizo Berna Ceppas, autor de la música, quien combinó sonidos de bossa nova, samba, funk, electro y muchas percusiones, que fueron mezcladas con ruidos reales. Ceppas, quien lidera a la banda de ocho miembros que interpretará los temas en vivo, asignó sonidos de ciertos instrumentos a personajes específicos en la historia.

Para la diseñadora de vestuario, Liz Vandal, con esta puesta se muestra la exploración de técnicas que realizó para “transformar el material y evocar, no imitar, a los insectos.

“El resultado fue un origami orgánico que simula los músculos y conchas de estos seres”.

Hay que recordar que Cirque nació en las calles de Québec, en 1984, con menos de 20 artistas; actualmente cuenta con cinco mil empleados, incluidos más de mil 300 artistas de 50 países.

Para obtener mayores informes sobre las funciones, llame al 5325 9000.