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Tumbando Caña

Mi novia Villahermosa

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Armando Manzanero, en el Zócalo del Distrito Federal, en 2010Foto María Meléndrez Parada
U

n tema de Armando Manzanero compuesto a la ciudad de Villahermosa ha provocado gran controversia en la capital de Tabasco. Se trata de la canción Mi novia Villahermosa, que el compositor yucateco le ha regalado a esta entidad del sureste mexicano como muestra de afecto.

El tema, solicitado por el presidente municipal Jesús Alí al compositor emeritense, no ha gustado por su evidente falta de contenido, ausencia de sentido poético, rima cacofónica y música predecible.

Para componerla, Manzanero partió de lugares comunes, como la marimba, la laguna de las ilusiones (¿de aguas cristalinas?), los platanales, el cacao, el río Grijalva, ideó una música parecida a un danzonete y los agitó en un sentimiento idílico para dirigirse a la ciudad tabasqueña como si fuera una exquisita mujer a quien adora, su palabra predilecta. El resultado es lo que usted leerá a continuación:

Tengo una novia/ preciosa y deliciosa/ se llama Villahermosa/ bailo con ella/ al arrullo sabroso/ de una dulce marimba/ peina sus cabellos/ en esa laguna de las ilusiones de aguas cristalinas/ mi novia es tan bella/ la llevo en el alma/ mi hermosa Villahermosa… Mi novia es bella/ es dulce y olorosa/ como el cacao floreando/ vaivén tranquilo/ de verdes platanales/ que danzan con el viento./ Ven que te invito mi hermano viajero/ a navegar una tarde en el Grijalva/ ahí se baña mi adorada amada/ mi novia Villahermosa.

¿Qué es esto?, me pregunté al escucharla. “Una cadena de fórmulas aplicables a los jingles y a las efímeras cancioncitas de temporada utilizables en medios electrónicos comerciales tipo Televisa y TV Azteca”, me ayudó a responder mi amigo Leonardo Ortiz, arreglista y director de orquesta.

Pero ¿qué le pasó al maestro? Me seguí preguntando. ¿Un compositor de su talla, con canciones que le han dado la vuelta al mundo, algunas de ellas inscritas en el repertorio universal, se haya atrevido a firmar tal cosa?

Manzanero, que a lo largo de su prolífera carrera le ha cantado a la mujer, al amor, a las relaciones de pareja, a las cosas lindas de la vida, nunca había escrito un tema a algo no abstracto y tal experiencia le ha sido contraria.

Qué lástima que el señor Manzanero, quien siempre ha demostrado ser un gran compositor, haya escrito algo tan insustancial, se quejó la sicóloga tabasqueña Julieta Álvarez.

Yo creo que a don Armando le está faltando un estímulo musical y otro pa’ la inspiración, comentó con cierta gracia Magda Fonz, conductora del programa Salsabor, que transmite diariamente la XEVA.

Creo que Villahermosa no merece que le canten desde esa perspectiva ajena a su esencia y forzada hasta el vacío, subrayó Leo Ortiz.

¿Qué pasó, mi querido Armando? ¿Le ganaron las prisas o simplemente no sintió inspiración por una ciudad a la cual otros bardos le han cantado con mejor fortuna?

Cuando a Pepe Guízar, el llamado pintor musical de México, le preguntaban cómo le hacía para retratar a una ciudad en un tema musical, éste respondía: viviéndola. Con toda certeza. Una ciudad se descubre caminando, saboreando sus calles, sus plazas, sus aromas, su gente; descubriéndola y descubriéndose en ella, hasta en sus más apartados rincones.

Quizá eso sea lo que le faltó al buen Manzanero: vivir Villahermosa, abrazarla, tocarla, poseerla, volverla su amante y no tenerla, como dicen los locales, de amor de lejos.

Mi novia Villahermosa es eso, un romance a la distancia, de alguien que siente y no siente.

Pero ahí no para la cosa. La incomodidad se ha acentuado entre la comunidad choca (gentilicio del tabasqueño), ya que en el momento de dar a conocer el tema, en las celebraciones por el 447 aniversario de la fundación de la otrora Villahermosa de San Juan Bautista, que comenzaron el 24 de este mes, el munícipe Jesús Alí hizo del conocimiento público que la canción de marras será instituida como himno oficial de la ciudad, impulsando su propuesta con una gran campaña mediática y haciéndola sonar en todo acto público del gobierno municipal.

Tal decisión tuvo una respuesta no favorable al edil Alí (que de por sí no está bien en el ánimo de sus gobernados), ya que en opinión de la mayoría la ciudad tiene ya su canción himno y ésta la compuso don Manuel Pérez Merino.

Se refieren a Villahermosa, creada, ciertamente, por el compositor local Manuel Pérez Merino, quien en una sola línea describe a la entidad: Villahermosa, te vistió de fiesta la naturaleza.

Claro, Merino, como tabasqueño, supo encontrar los puntos a destacar y evocarlos en síntesis poética: Tus mujeres tienen el divino encanto de la sencillez, dice, para luego ubicar: El Grijalva canta su canción eterna rendido a tus pies. Dotándola al final de una sana nostalgia: Hoy que estoy muy lejos/ quisiera volver/ a sentir el fuego de tu sol ardiente/ por última vez.

Bella canción sin duda, que los tabasqueños tienen presente en mente, alma y corazón y que ahora, ni modo, sobreponen a la creada por el buen Manzanero.

“Lo único triste –dice la periodista Patricia Hernández Goñí–, es que Pérez Merino con su canción Villahermosa no ganó en toda su vida lo que Manzanero se llevó en una sola factura.”