Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 3 de julio de 2011 Num: 852

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

La cultura crítica y la izquierda
Jaimeduardo García
entrevista con Tony Wood

Breve repaso de lo bailado
Carlos Martín Briceño

Fragmentos de mi autobiografía
Mark Twain

Mis experiencias con los doctores
Mark Twain

Twain, el humorista de hierro
Ricardo Guzmán Wolffer

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Germaine Gómez Haro

Familias migrantes de Alejandro Santiago

Hace unas semanas en esta columna se reseñó la apertura del espacio La Telaraña en Oaxaca, creado por el artista Alejandro Santiago para promover la creación escultórica en esa ciudad en la que han destacado predominantemente los pintores y artistas gráficos. Este incansable realizador de proyectos presenta ahora en la Plaza Juárez en el Centro Histórico del DF una impresionante instalación titulada Familias migrantes. En la explanada que separa el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores y el imponente Museo de la Tolerancia, se han colocado alrededor de mil esculturas de pequeño formato (miden un promedio de 30 cm de alto) dispuestas en grupos de una treintena de figuras que conforman “familias“ que aluden al fenómeno migratorio, uno de los dramas humanos más lamentables de nuestra tergiversada época. Este proyecto forma parte del 7º Festival del Día Mundial del Refugiado en Ciudad de México y ha sido posible gracias al apoyo del grupo Bacaanda, impulsado por el artista juchiteco Cristian Pineda a través del proyecto Migrantes frontera sur, que también presenta la colectiva de pintura Rostros de la migración en la Casa Lamm a beneficio de la Casa del Migrante Hermanos en el Camino de Ixtepec, Oaxaca.

El impresionante y conmovedor trabajo que Alejandro Santiago presenta en la Plaza Juárez tuvo como antecedente una megainstalación que se presentó en 2007 en el Parque Fundidora de Monterrey, en el marco del Fórum Internacional de las Culturas. En esa ocasión, Santiago realizó 2 mil 501 figuras de tamaño natural en barro de alta temperatura que fueron colocadas al desgaire en los hermosos jardines del Parque Fundidora, a manera de un contingente humano que simulaba dirigirse a paso firme y decidido hacia un destino común: el camino de la esperanza.

Alejandro Santiago comenzó a ocuparse hace unos diez años del tema del fenómeno migratorio a raíz de una visita a su pueblo natal, Teococuilco, en la Sierra Norte oaxaqueña, de donde salió su familia en busca de mejores oportunidades cuando él era pequeño. Alejandro cursó sus estudios en la ciudad de Oaxaca donde inició su formación como artista plástico en el Taller Tamayo. Osado y aventurero desde jovencito, logró viajar a París donde permaneció tres años que fueron fundamentales en su formación artística. Ahí se definió como pintor y escultor, y comenzó a dejar volar la imaginación hacia proyectos monumentales al conocer el trabajo de gran escala de artistas como Arman, Cesar o Christo. Seguramente nunca se imaginó hasta dónde lo conducirían su férrea voluntad y su espíritu obsesivo…

Al volver a su natal Teococuilco después de tantos años, la inesperada escena que lo recibió marcó para siempre su imaginario y su corazón. Ni rastro de los amigos de la infancia, de los parientes, de los conocidos: lo esperaba un pueblo fantasma en cuya presidencia municipal se arrojaba el dato de que 2 mil 500 lugareños habían migrado al otro lado empujados por la desesperanza y la desesperación. Con el alma encogida, Alejandro concibió la idea de realizar un homenaje a todos esos paisanos trasterrados, a partir de la creación de 2 mil 501 figuras en arcilla de tamaño natural que representarían a los 2 mil 500 migrantes de Teocouilco más uno, que habría de evocar a los cerca de 25 millones de mexicanos que se ganan a vida a duras penas en el extranjero. Seis años se dedicó de tiempo completo a la consolidación de este megaproyecto que en sus inicios parecía una idea demencial, y que en realidad sí fue una hazaña de una audacia inconcebible, si imaginamos lo que significa modelar 2 mil 501 figuras humanas diferentes, cada una con rasgos y atributos propios, todas ellas en un lenguaje expresionista que consigue proyectar en silencio el drama personal de esta gente que arriesga su vida día a día en ese valiente peregrinaje hacia lo desconocido. Los 2 mil 501 migrantes fueron la sensación en el Fórum de Monterrey y todavía están en espera de ser presentados en otros espacios en nuestro país. En forma paralela, Alejandro Santiago ha realizado las mil piezas de pequeño formato que conforman Familias migrantes, igualmente trabajadas una por una con sus propios rasgos estilísticos, y a las que se les han aplicado en forma individual las texturas, los colores y los engobes que les proporcionan su identidad personal. Estas pequeñas pero poderosas figuras de rostros impasibles y miradas lacerantes han sido colocadas sobre unas piedras de tezontle, cuyo color rojizo quemado posiblemente simbolice la sangre derramada de nuestro valiente pueblo que no ha tenido tregua en los abusos, las injusticias y la marginación de nuestras aberrantes políticas gubernamentales.

Alejandro Santiago se solidariza con el drama de la diáspora a través de su creación estética, desde la que se eleva un canto a la esperanza y a la justicia social.