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El mandatario rechaza la estatización que exigen los estudiantes con sus movilizaciones

Anuncia Sebastián Piñera un fondo de 4 mil millones de dólares para la educación chilena
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Antes del anuncio de Piñera, estudiantes simulan estar en una concurrida playa durante una protesta realizada en el centro de Santiago, la capital de Chile, para exigir al gobierno derechista mejor educación, mensualidades universitarias más bajas y pasajes gratuitos de la locomoción colectivaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de julio de 2011, p. 26

Santiago, 5 de julio. El presidente de Chile, el empresario Sebastián Piñera, anunció esta noche un Gran Acuerdo Nacional de Educación, que incluye un fondo de 4 mil millones de dólares, tras las masivas protestas convocadas por estudiantes para exigir un mayor aporte fiscal a la enseñanza pública. También rechazó estatizar la educación, como exigen los estudiantes en las calles, y argumentó que ello constituye un grave error y daña profundamente tanto la calidad como la libertad de enseñanza.

Ya es tiempo de terminar con las tomas y protestas, y recuperar los caminos del diálogo y los acuerdos. Por esta razón propongo a todas las chilenas y chilenos un Gran Acuerdo Nacional por la Educación: el acuerdo GANE, señaló en un mensaje al país transmitido por radio y televisión.

Los principales objetivos del acuerdo, describió Piñera, son mejorar la calidad, acceso y financiamiento de la educación superior, que tiene hoy una matrícula de cerca de un millón de estudiantes, que en su mayoría financian sus aranceles por medio de créditos privados con altos intereses.

No queremos que el sueño de un hijo profesional sea una pesadilla financiera para sus padres o una pesada mochila para los nuevos profesionales, señaló.

El acuerdo contempla la creación de un fondo para la educación por un monto de 4 mil millones de dólares, que serán extraídos del presupuesto fiscal, de un Fondo de Estabilización Económico y Social –por medio del cual Chile mantiene ahorrados unos 24 mil millones de dólares en el exterior– y de los excedentes del cobre, del que Chile es el primer productor mundial.

El anuncio de Piñera sigue a las masivas protestas convocadas por estudiantes, que el jueves pasado congregaron más de 80 mil en el centro de Santiago, en una de los mayores mítines de las últimas dos décadas en la capital chilena.

Las protestas se iniciaron a finales de abril y a ella adhieren escolares, estudiantes de educación superior, apoyados por padres, profesores y rectores de universidades estatales, y encuentran a Piñera con su más baja aprobación desde que asumió el mando de la nación hace 16 meses.

Producto de las reformas liberales aplicadas por la dictadura del general Augusto Pinochet Ugarte (1973-1990) –que disminuyó los fondos públicos y fomentó la creación de establecimientos privados–, la educación chilena exhibe hoy altos niveles de segregación.

Tras el fin del régimen castrense, los esfuerzos se concentraron en la cobertura. Chile hoy destina cerca de 4 por ciento de su producto interno bruto a la educación pública (sobre 7 por ciento recomendado por Unesco), tiene 3.5 millones de escolares y cerca de un millón de estudiantes de educación superior, que en 70 por ciento son la primera generación en sus familias que acceden a esta enseñanza.

Pero en educación superior el peso financiero recae mayormente en las familias, que deben endeudarse en instituciones privadas para pagar los aranceles, en créditos que al final resultan tan costosos como una hipoteca.

Dentro de las medidas anunciadas este martes por Piñera destacan también el aumento de 70 mil a 120 mil en el número de becas para la educación técnica y el incremento de 20 por ciento de su monto, junto a una reducción de los intereses de los créditos privados para la educación, dejándolos en cerca de 4 por ciento.

El mandatario chileno propuso además mejorar los sistemas de admisión, acreditación, información y fiscalización del sistema universitario, para afrontar otra de las principales demandas de los estudiantes: mejorar la calidad de las instituciones y fiscalizar que las universidades no obtengan lucro, como ahora sucede pese a estar prohibido por la ley.

Todas las propuestas planteadas por Piñera deben ser discutidas en el Congreso, donde el oficialismo no tiene mayoría.