Opinión
Ver día anteriorJueves 7 de julio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Chávez, cuídate, que haces falta
E

n un emotivo mensaje desde Cuba al pueblo venezolano (www.cubadebate.cu/hugo-chavez-frias/2011/06/30/), el presidente Hugo Chávez informó el 30 de junio que había sido operado nuevamente debido al hallazgo de células cancerígenas en el área del absceso que obligó a intervenirlo de urgencia unos días antes. Como resultado, había sido extirpado completamente un tumor maligno y el mandatario debía someterse a un riguroso tratamiento médico.

La noticia recorrió el mundo y se apoderó de las primeras planas y los espacios estelares. Un grave percance en la salud de Chávez es algo a lo que muy pocos pueden permanecer indiferentes. En la misma medida en que su pueblo venezolano y los más conscientes latinoamericanos y de otras latitudes lo quieren entrañablemente y saben cuan necesario sigue siendo, así lo odian patológicamente los imperialistas, sus comparsas intelectuales y las serviles oligarquías, que desean desenfrenadamente verlo desaparecer de la faz de la Tierra. Derrotados siempre por Chávez y el pueblo ahora desesperan porque la enfermedad les cumpla el anhelo. Cuando confiaban en que el presidente convaleciera en Cuba por largo tiempo y allí muriera, éste los sorprendió apareciendo en Caracas. No repuestos aún de la sorpresa, recibía esa tarde en el balcón del Palacio de Miraflores, víspera del bicentenario de la independencia, el fervoroso y multitudinario abrazo popular respondido con un discurso inflamado y enérgico como siempre, aunque más breve, cumpliendo la prescripción facultativa.

Repuesto de la conmoción inicial, vinieron a mi mente en sucesión cinematográfica los hitos de Chávez en las últimas décadas. El pronunciamiento revolucionario del 4F (1992), correlato del caracazo (1989); su elección a la presidencia (1998) y el profundo cambio de Venezuela y América Latina en los 12 años trascurridos desde que jurara el cargo sobre esta Constitución moribunda. Venezuela tuvo pronto una nueva carta magna antimperialista, antioligárquica y antineoliberal, comenzó un proceso de recuperación de los hidrocarburos y demás recursos naturales por el Estado, que tomó la rectoría del desarrollo económico y social. El pueblo en unión con sus fuerzas armadas derrotó los paros patronales, el golpe de Estado (abril de 2002), el boicot petrolero (2002-2003) y con una participación cada vez más ostensible de jóvenes y mujeres es el sostén fundamental del chavismo. El gobierno de Chávez liquidó el analfabetismo, universalizó la educación y la salud como derechos del pueblo, reconoció los derechos de los pueblos indígenas y dio cabida con prioridad a los sectores anteriormente explotados, marginados y discriminados.

Chávez ha sido y es uno de los arquitectos e impulsores principales de la unidad e integración de América Latina y el Caribe. Con su liderazgo el petróleo pasó de manos de una minoría privilegiada a las del pueblo venezolano, palanca para el desarrollo nacional y de emancipación y solidaridad entre los pueblos. Ha atado fuertes lazos de hermandad latinoamericana que fructificaron en la derrota del ALCA y la creación de Petrocaribe, la Alba, Unasur, Telesur y proyectos avanzados como el Banco del Sur. En compañía de una nueva hornada de gobernantes latinoamericanos surgida de la lucha de los pueblos contra el neoliberalismo y del liderazgo cubano, ha creado óptimas condiciones para la constitución de lo que hasta hace unos años parecía inalcanzable: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, encarnación del sueño más caro de Bolívar y Martí.

La grosera e inescrupulosa manipulación de su dolencia por la contrarrevolución venezolana y continental y sus bocinas, con CNN en español a la cabeza, se estrellaron contra la realidad. Su equipo de gobierno actuó cohesionada y diligentemente “durante su ausencia y si de lee la Reflexión correspondiente de Fidel (www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2001/07/03)”, pareciera optimista el pronóstico sobre la evolución del paciente si cumple con el estricto plan médico. Diríase que proféticamente, un hombre de pueblo venezolano declaró, mientras esperaba la aparición de Chávez en Miraflores: aquí el único cáncer que no tiene cura es el cáncer de la oposición. Ese mismo día el enviado especial a Caracas del mencionado pulpo mediático, reportaba desconcertado en su primer despacho que no había encontrado en la calle nadie que no estuviera feliz con el regreso de Chávez y no apoyara su gestión.