La Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) informó ayer que el próximo 29 de julio el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) –organismo público autónomo– dará a conocer resultados de la medición de la pobreza 2010, como marca la ley general en la materia.

La Sedeso y fuentes del Coneval indicaron que en esta nueva medición se reportan resultados de los 31 estados del país y el Distrito Federal, y no solamente se expone el panorama a escala nacional, lo cual permitirá, posteriormente hacer comparativos de los eventuales avances en diversos ámbitos de desarrollo en los estados, o bien de estancamientos o retrocesos.

En esta medición hecha el año pasado, no sólo se tomó en cuenta el ingreso de las familias, sino además se consideraron ocho dimensiones: el ingreso corriente per cápita, rezago educativo promedio en el hogar, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, accesos a los servicios básicos de la vivienda, acceso a la alimentación y grado de cohesión social.

La dependencia recordó que la práctica de medir la pobreza en el país quedó institucionalizada hace 10 años y detalló que actualmente cada dos años se da información al respecto.

Efectos de la crisis

Fuentes del Coneval indicaron que los datos más recientes sobre la medición de la pobreza se dieron a conocer en 2009 y fueron recabados en 2008. Por ello, cuando estén disponibles las nuevas cifras, se podrá tener también un panorama más concreto de algunos de los efectos que tuvo en la población mexicana la crisis financiera y económica internacional de 2009.

Los datos del Coneval de 2008 indicaban que en el país 44.2 por ciento de la población vivía en condiciones de pobreza, es decir, aproximadamente 47.2 millones de personas (de un total de poco más de 106 millones de habitantes) presentaban al menos una carencia social y no tenían un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades.

La medición de 2008 también arrojó que 64.7 por ciento de la población carecía de acceso a seguridad social; 40.7, a servicios de salud; 21.7 estaba en rezago educativo; 21.6 presentaba alimentación inadecuada; 18.9 no contaba con servicios básicos de vivienda y 17.5 tenían una carencia social relacionada con la calidad y espacios para la casa habitación.