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Científica transgénero señala obstáculos legales para el pleno ejercicio de sus prerrogativas

El largo camino de David para ser Dania
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Dania, doctora en bioingeniería e investigadora del Cinvestav, sigue siendo legalmente David Gutiérrez Ruiz debido a las limitaciones que persisten en México sobre la diversidad de géneroFoto Alejandra Arroyo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de julio de 2011, p. 37

Monterrey, NL, 12 de julio. David era un niño tímido, confundido por las reacciones que generaba su ímpetu de ser mujer; pero se sobrepuso a todo y ahora es la doctora Dania Gutiérrez Ruiz, académica del área de bioingeniería del Centro de Investigación y Estudios Avanzados Unidad Nuevo León.

Desde la infancia supo que algo andaba mal con su identidad: físicamente era un hombre, pero tenía necesidad de expresarse como mujer. De manera furtiva empezó a usar la ropa y el maquillaje de su madre. Conforme fue creciendo, aumentó la presión social para que se comportara como varón. Su propia familia lo veía mal; la Iglesia, peor, y se llegó a preguntar: ¿Soy malo? ¿Soy un pecador? ¿Me iré al infierno, hasta llegar a la adolescencia, cuando halló y contactó por Internet a muchas otras personas encerradas en un cuerpo de otro sexo.

Dania sigue siendo David Gutiérrez Ruiz, debido a las limitaciones legales sobre diversidad de género en México, pero se abre paso y recuerda la lucha incesante por compartir sentimientos, así como la represión social que le decía te puedes curar o que en algún momento se descubriría una píldora maravillosa para quitarle el deseo de querer ser y verse como mujer.

Al concluir la carrera de ingeniería mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de México se independizó gracias a la beca Fulbright-García Robles, y en la Universidad de Illinois en Chicago cursó la maestría en ingeniería electrónica y el doctorado en bioingeniería. Recibió asesoría sicológica en un departamento de estudios de género y se vinculó con Pride, un grupo estudiantil de lucha por los derechos de homosexuales y transgéneros.

En Estados Unidos hay un protocolo según el cual tienes que acumular cierto número de consultas sicológicas para entender lo que estás viviendo, aceptarte y decidir cuál es el mejor camino. Como parte de ese tratamiento, el sicólogo le autorizó iniciar terapia de remplazo hormonal. Fue así como logró una redistribución de grasa corporal, su piel se suavizó y desapareció el vello facial.

Recibes una cantidad enorme de hormonas, en dosis 100 veces mayores que la píldora anticonceptiva. Por ello es importante el seguimiento sicológico y médico porque puede haber efectos secundarios como la depresión. El proceso es difícil, pero lo vives con agrado cuando tienes claro que es lo que realmente quieres.

–¿Cómo saber si la depresión no es por arrepentimiento?

–Por eso es importante el acompañamiento de los especialistas. El proceso no es peligroso, pero puede haber repercusiones en el hígado si hay automedicación. Muchas personas transgénero optan por ella y eso es muy peligroso.

Desde su transformación, ocurrida hace 12 años, toma hormonas de mantenimiento en la misma dosis que una mujer en el climaterio, pues de lo contrario reaparecerían rasgos masculinos: le saldría vello, se endurecería la piel y ganaría peso y masa muscular.

No quiero ejercer un derecho para perder otros

Esta exitosa investigadora reconoce que el tema no es fácil de manejar para las familias. Actualmente sólo tiene contacto con una hermana. También se distanció de su afición por los toros por ser un ambiente totalmente cerrado a la transexualidad, como el futbol, y ha perdido amigos, pero dice ser feliz y estar en proceso de hacer una vida plena sin la enorme carga emocional de antes, cuando era una parodia de lo que realmente quería ser .

Sin ser una activista que exige derechos que eventualmente se van a dar, se siente afortunada por trabajar sin problemas y estar casada con la mujer que ama. Planea tener un hijo e incluso evalúa una opción más permanente, como la quirúrgica, pero aún debe sortear la parte legal porque sólo el Código Civil del Distrito Federal permite la conversión transgénero.

No quiero ejercer un derecho y perder otros, dice, porque el matrimonio contraído en el Distrito Federal entre personas del mismo sexo es válido en todo el país, pero las prerrogativas inherentes no; legalmente está casada con su pareja y cambiar de sexo por medios quirúrgicos implicaría divorciarse antes, ser soltero. ‘No me conviene. No debería ser así; debería poder ejercer todos los derechos, pero por el momento las cosas están así.

Su imagen femenina aparece en su credencial para votar, con la anotación sexo masculino y el nombre de David Gutiérrez Ruiz. En los aeropuertos ha vivido todo tipo de experiencias. Algunas de las menos agradables, dijo, han ocurrido en México, donde le han pedido más de una identificación y con frecuencia ha tenido que platicar toda mi historia. Su pasaporte lo revisan con lupa, aunque algunas autoridades migratorias ya conocen otros casos, porque la gente transgénero es una realidad mundial.