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La crisis del Imperio Mediático
Nuevas revelaciones complican la comparecencia de Cameron hoy
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Arriba: Glenn Mulcaire, detective que espió para el grupo Murdoch, y Andy Coulson, ex director de comunicaciones del gobernante británico y ex directivo de News of the World. Abajo: el encarcelado Clive Goodman, ex corresponsal del tabloide para asuntos de la realeza, y David Cameron, primer ministro británico, a quien han cuestionado su relación con el magnate de los mediosFoto Reuters y Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de julio de 2011, p. 4

Londres, 19 de julio. David Cameron, primer ministro británico, se verá obligado este miércoles a explicar ante la Cámara de los Comunes las dañinas relaciones que existen entre su gobierno y el imperio mediático de Rupert Murdoch, que enfrenta un escándalo por haber espiado a más de cuatro mil personas.

Al aumentar la presión contra el jefe de gobierno, este martes trascendió que un ex subdirector de News of the World, Neil Wallis, pudo haber prestado asesoramiento informal al ex editor en jefe de ese semanario y también ex jefe de Comunicación de Cameron, Andy Coulson, antes de que el líder conservador fuera electo, el 6 de mayo de 2010.

Coulson renunció a su plaza en el semanario cuando se descubrió el espionaje telefónico que se cometía en él, y aún así, Cameron lo nombró como su director de comunicaciones.

Más aún, Paul Stephenson, el renunciante jefe de Scotland Yard, declaró hoy ante el comité parlamentario de Interior que diez de los 45 miembros del departamento de comunicación de la policía metropolitana de Londres trabajaron en algún momento para el dominical clausurado el pasado día 10 en un intento por frenar la avalancha, tras nuevas revelaciones de espionaje telefónico y sorbonos a policías.

Creo que hay diez miembros del departamento de comunicación que trabajaron para News International en el pasado, algunos de los cuales eran periodistas, dijo Stephenson al responder a una pregunta de un diputado de la Comisión de Asuntos Internos del Parlamento.

La Cámara de los Comunes ampliará un día más su periodo de sesiones –antes de entrar a su receso veraniego– para escuchar las explicaciones que este miércoles les brinde Cameron sobre nuevas revelaciones que han hecho que su gobierno se perciba como peligrosamente cercano al escándalo de escuchas telefónicas ilegales.

En un nuevo golpe, informado también este martes, se reveló que el jefe de gabinete de Cameron, Ed Llewellyn, pidió a Scotland Yard, en septiembre pasado, no mencionar la cuestión del espionaje debido a que los laboristas acusaron al primer ministro conservador de no atender debidamente sus obligaciones por la controversia.

Un vocero del Partido Conservador aseguró que hemos revisado dos veces nuestras minutas y podemos confirmar que ni Neil Wallis ni nadie asociado a él jamás ha sido contratado por el Partido Conservador, ni se le ha hecho pago alguno. Es posible que Wallis haya dado algunos consejos informales y sobre una base voluntaria antes de las elecciones. Aún intentamos averiguar la verdadera naturaleza de los hechos.

Llewellyn también fue acusado de no transmitir a Cameron las advertencias de sus compañeros de coalición, los liberales demócratas, y ejecutivos de periódicos, de no nombrar a Coulson como su director de comunicaciones tras las elecciones del año pasado. Fue el jefe del gabinete quien envió un correo electrónico a John Yates, ex asistente de la comisaría de la Policía Metropolitana en septiembre pasado, en que solicitaba que le estaría muy agradecido si no se tocara el tema del espionaje telefónico en una conferencia entre autoridades cuyo tema es la seguridad nacional.

Cameron aseguró este martes que el escándalo de escuchas ilegales del tabloide News of the World, en el que se ha visto salpicado, es un gran problema, que no obstante se resolverá, dijo a la prensa desde Nigeria, donde se encuentra de visita oficial.

Una vez concluida su comparecencia ante el comité del Parlamento, Rupert Murdoch aseguró que su grupo News Corp se convertirá, tras el escándalo, en una compañía más fuerte, según un comunicado dirigido a sus empleados.