Opinión
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Estela de Luz, fie$ta sin fin

Congreso: del dicho al hecho

Lozano: gallito desplumado

¿L

entitud, connivencia, indolencia? Habrá que ver, pero el hecho es que entre auditorías, denuncias, puntos de acuerdo, exhortos, invitaciones para la comparecencia de los funcionarios responsables y mucho más, ha transcurrido casi un año desde la primer denuncia pública de algunos legisladores por presuntos malos manejos del presupuesto canalizado a eso que el inquilino de Los Pinos denominó festividades con motivo del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución. Casi un año, y nadie movió un dedo. Sólo hasta ahora, aparentemente (con los ojos puestos sólo en la interminable obra de la Estela de Luz), cuando el ambiente electoral está a punto de turrón.

Miles de millones de pesos se utilizaron para tales festividades (se supone que a eso se destinaron), mediante contratos adjudicados de manera directa, sin licitación, a entidades del propio Estado o a consorcios privados oficialmente inhabilitados para participar en este tipo de negocios. Algunas de las anomalías fueron documentadas por la Auditoría Superior de la Federación; un grupo de legisladores denunció violaciones a la Ley de Adquisiciones; otro, malos manejos en Turissste; algunos más propusieron un punto de acuerdo para crear una comisión encargada de examinar, analizar y evaluar la operación del Fideicomiso Bicentenario, y así por el estilo, pero nadie actuó en consecuencia, cuando hay mucha tela de dónde cortar.

Cuando menos desde junio de 2010 se denunció que la Secretaría de la Función Pública, oficialmente encargada de vigilar que los dineros públicos se utilicen como debe y para los fines aprobados, fue el canal por medio del cual se incrementó, voluminosamente y sin notificar al Congreso, el presupuesto original destinado a las fiestas mencionadas (manejo discrecional de las normas presupuestarias en la SFP, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados). Nada pasó. El inquilino de Los Pinos prometió transparencia absoluta, aunque el resultado fue una suerte de opaca transparencia, y la comprobación de los recursos utilizados se mantiene en el aire. Nada pasó. Casi un año, y, aparentemente, apenas ahora comienza a tomar forma la investigación, con base en la inagotable construcción de la Estela de Luz.

En septiembre pasado, un grupo de diputados del PRD y del PVEM exigió que los titulares de la SFP y de la SEP, Salvador Vega Casillas y Alonso Lujambio, respectivamente, “aclaren cómo se han destinado los miles de millones de pesos para los festejos del Bicentenario de la independencia, las irregularidades que existen dentro del fideicomiso correspondiente –desde su origen hasta su evasión a la Ley de Adquisiciones– y las anomalías del origen del fideicomiso en el Banco Nacional de Comercio Exterior, hasta su transferencia, sin explicación alguna, al Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (porque) adjudicar de manera directa casi 3 mil millones de pesos es una situación gravísima. El mecanismo utilizado fue por medio del ISSSTE, en concreto del Turissste, donde se están asignando estos miles de millones de pesos y sin licitar se están adjudicando a diferentes empresas”. Nada pasó.

Tampoco al denunciar que el mayor número de irregularidades se registraron en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, ya que en la auditoría financiera y de cumplimiento que se le practicó a la gestión financiera del Fideicomiso del Bicentenario resultó con 23 observaciones (y que le significó dictamen negativo por arte de la auditoría Superior de la Federación), lo que significa 19.3 por ciento del total de las irregularidades.

La propia ASF recomendó a la Secretaría de la Función Pública realizar las investigaciones pertinentes y, en su caso, inicie el procedimiento administrativo correspondiente, por los actos u omisiones de los servidores públicos que en su gestión incurrieron en que a noviembre de 2010, el monumento Arco del Bicentenario (Estela de Luz) no se concluyera, no obstante que originalmente se tenía prevista su conclusión para el 14 de septiembre de 2010 (incluida la corrección de posibles deficiencias) e inauguración para el 16 del mismo mes y año. Los problemas técnicos y de seguridad supervenientes influyeron en el retraso de la obra, los cuales debieron estar previstos desde la elaboración del proyecto.

A la par, resaltaba que, por tratarse de un tema especialmente sensible para la ciudadanía, y tomando en cuenta que los gastos efectuados a través del Fideicomiso del Bicentenario, han sido del dominio público por el significado que representaron para los mexicanos las festividades, resulta incongruente que para la revisión de esa área considerada como de opacidad, se le haya practicado una auditoría financiera y de cumplimiento cuando bien pudo haberse instruido la realización de una auditoría de desempeño que permitiera tener un panorama integral y objetivo de la situación real de dicho fideicomiso.

En febrero de 2011, un grupo de diputados tricolores propuso un punto de acuerdo para crear una comisión encargada de examinar, analizar y evaluar la operación del fideicomiso creado respecto de la conmemoración del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución para que los encargados de la Comisión Nacional Organizadora de las Conmemoraciones de 2010 expliquen los criterios observados a fin de que dicho fondo creciera de manera desorbitada y se esclarezcan las irregularidades en el manejo y destino de los recursos.

En tal punto de acuerdo se subrayó que “la organización de los citados festejos, encabezados por el gobierno del PAN, desde el principio resultó errática y fallida. Antes que una verdadera celebración de la República y de la nación, la de los centenarios se convirtió en un evento mediático. Es lamentable el fracaso evidente que se registró en estas conmemoraciones patrias, no sólo por la falta de contenido histórico, sino, peor aún, por las graves irregularidades, por el obscuro manejo del fideicomiso creado para tal fin… Llevamos más de un año investigando la corrupción en el Fideicomiso del Bicentenario y en Turissste; encontramos más de 94 observaciones al ISSSTE; y todo esto bajo la complacencia de la Secretaría de la Función Pública, que también tiene 30 observaciones. La Secretaría Hacienda también participó y registra 73 observaciones”. Pero nada pasó. ¿Hasta cuándo?

Las rebanadas del pastel

Qué pérdida para el futuro nacional: el autodenominado gallito azul dobló el pico a la primera de cambios. Desplumado, Javier Lozano asegura: no aportaré mi capital político (¡!) a algún aspirante en específico (lo cierto es que no pasará mucho tiempo para verlo trepado en la campaña de alguien en específico).