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El multifacético artista visita el país para acudir a un foro sobre el futuro de la movilidad

David Byrne asume su existencia como un compromiso social

No sé si las canciones cambien las mentes, creo que definen un momento y crean cohesión en un grupo de personas que piensa de manera similar, expresó en entrevista el ex líder de la banda Talking Heads

Publicó Diarios de bicicleta, en castellano a cargo del sello Sexto Piso

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David Byrne fue calificado por la revista Time como Hombre Renacentista del Rock; convirtió sus reflexiones sobre pedales primero en blog y luego en un libro. Las fotografías corresponden a una sesión que realizó en Lima, el 19 de julio pasado, para promover el uso de la bicicleta como medio de transporte del futuroFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de julio de 2011, p. 9

Estar vivo es un compromiso social, dice David Byrne a La Jornada. El músico, productor y artista plástico visita México en su faceta de escritor y activista, para participar en el foro Ciudades, bicicletas y el futuro de la movilidad, que se realiza este jueves 28 en el Centro Cultural Tlatelolco (CCT), a las 20 horas. Dos días antes estará en Guadalajara.

México forma parte de una gira que lo llevó a Brasil, Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Colombia, y que después continuará en Estados Unidos y Canadá.

¿Por qué David Byrne? Porque sus numerosos viajes lo han convertido en un observador de la realidad montado en un vehículo que poco a poco gana adeptos como medio de transporte alternativo: la bicicleta, que utiliza como principal medio de transporte desde principios de los años 80, tanto en Nueva York, donde vive, como en las ciudades que visita. Byrne convirtió sus reflexiones sobre pedales primero en un blog y ahora en un libro, publicado en castellano con el título Diarios de bicicleta por el sello Sexto Piso, que incluye también los diseños de anclajes para bicicletas realizados para Nueva York por el compositor.

Este volumen no es sólo acerca de sus peripecias en bici, hace un análisis de lo que son las ciudades, su historia, la necesidad de cambios para hacerlas más habitables. Urbes como Berlín, Estambul, Buenos Aires, Manila, Sidney, Londres, y varias ciudades estadunidenses, entre ellas San Francisco y Nueva York, forman parte de este recorrido.

Creo que soy un observador, que, como cualquiera, da sus opiniones, esperanzas y prejuicios acerca de lo que veo, expresa el ex líder de la mítica banda Talking Heads vía correo electrónico.

“Sé que mis opiniones no siempre son las mismas que las de los demás. Tengo una idea, basada en lo mucho que he viajado, de cómo imagino que mi ciudad, Nueva York, podría llegar a ser, pero sé que hay otros que no tienen los mismos valores o sienten que Nueva York es solamente una máquina para hacer dinero, y no un lugar para vivir… algunos creen que si no eres exitoso, es porque no trabajas lo suficiente, porque eres flojo, o que existe alguna razón seudomoralista para explicar la inequidad social y financiera. Yo no estoy de acuerdo. Esto expresa lo que veo, lo que escribo y, en cierta manera, mi forma de vivir.

Tengo un montón de otras opiniones también, esas son unas pocas. Estoy consciente de que no soy un pizarrón en blanco. Encuentro mucho para observar, y el simple acto de ver y tratar lo que se ha visto, de preguntarse cómo y por qué es de la forma en la que es, me resulta un proceso disfrutable. Tal vez es como descubrir los secretos de un videojuego, sólo que es la vida real.

–¿Es ecologista?

–Creo que el calentamiento global es real, y que los humanos o lo hemos acelerado o hemos creado el fenómeno. Incluso, si no lo creyera, sentiría que crear una cultura y una economía sustentables son metas que valen la pena. Muchos de nuestros recursos son finitos –el petróleo, el gas natural, el agua potable, el aire respirable, el espacio, la tierra arable–, que aun cuando el clima no estuviera cambiando, tendría sentido estar alertas a nuestra situación.

“Por supuesto, no siempre actuamos basándonos en elecciones razonables –contrario a lo que los economistas nos han hecho creer– actuamos basados en emociones, satisfacción egoísta de corto alcance, estatus, sexo y rumor… y algunas veces, sí, basados en la realidad. Así que nuestra situación no es una sorpresa, pero eso no significa que tengamos que aceptarla.

“También creo que las cosas que en principio parecieran no estar relacionadas, de hecho lo están. Recuerdo que hace años, (estoy revelando mi edad aquí) cuando Martin Luther King decidió conectar la guerra de Vietnam con la lucha por los derechos civiles, algunos le advirtieron que no mezclara la resistencia a más de un tema porque al hacerlo corría el riesgo de perder seguidores y partidarios porque la conexión no era tan simple o para algunos podría resultar confusa.

“Creo que él estaba en lo correcto, y de forma similar la situación en nuestras ciudades está conectada con el racismo, con las guerras, el petróleo y la energía. El auge del mercado de arte está conectado a la desregulación financiera –ese es más obvio, ¿no es así? Uno podría seguir y arriesgarse a imaginar otros compañeros de cama divertidos y surrealistas.”

–¿Y el compromiso social del artista?

–¡Wow! Esa es una pregunta complicada. Estar vivo es un compromiso social.

No estoy seguro si creo que, por ejemplo, uno puede escribir una canción sobre cualquier tema, como Silvio Rodríguez dijo hace muchos años. No estoy muy seguro de que las canciones cambien las mentes. Creo que lo que hacen, al igual que otras formas de arte, es definir un momento, juntar a un grupo de personas que piensan de manera similar y crear unidad y cohesión donde antes sólo había individuos dispersos. Por ejemplo, las bandas punk no tuvieron mucho efecto en el cambio político, pero crearon muchas comunidades.

Pregunta David Byrne, a quien la revista Time calificó como Hombre Renacentista del Rock: “¿Existen otros medios que creen conciencia o cambien la forma de pensar mejor que las canciones o que el arte? El periodismo de investigación es en realidad una rama del gobierno –es un detector de mentiras y a menudo actividades y prácticas que han sido expuestas son detenidas como resultado de la investigación hecha por alguien– y la decisión y habilidad para publicarla es igualmente importante.

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Antes de la ciudad de México, el músico y activista pasará por GuadalajaraFoto Reuters

“Yo diría que los papeles del Pentágono apresuraron el fin de la guerra de Vietnam, y de una forma similar pareciera que los cables de Wikileaks y el video del helicóptero de ataque apresurarán el fin de la participación de Estados Unidos en Irak y Afganistán.

“Algunas películas tienen efectos similares –Una verdad inconveniente, Fahrenheit 9/11 y una que vi recientemente, Inside Job. Muchas están predicando a los conversos, y aunque pueden ayudarnos a articular nuestras intuiciones, en realidad no crean nuevos creyentes.

“Las canciones son algo más sutil. Están conectadas con el cantante o la ‘voz’ del compositor, así que automáticamente tienen un aura subjetiva: sentimos que estamos escuchando la opinión de alguien, sus sentimientos, y un recuento objetivo de los hechos. Así que, a causa de su naturaleza, no estoy seguro de que puedan crear nuevos conversos, pero al crear un lazo emocional crean una comunidad. Quizás esto es lo que las personas proclaman que hacen también las redes sociales –aunque es más difícil pervertir el uso de una canción de lo que es para un régimen represivo el utilizar los datos de Facebook, o al menos eso es lo que me gustaría creer.

“Las canciones pueden trabajar de manera política aunque no estén hechas directamente para eso. Proveen apoyo sicológico, eso es obvio, ¿verdad? La forma en la que se viste o baila un artista puede ayudar a alguien que está luchando con su identidad sexual, por ejemplo.

Todo mundo conoce canciones y música que los ha ayudado a pasar tiempos difíciles, ¿o no? Las canciones y sus creadores cambian la forma en la que pensamos que encajamos en el mundo, la clase de esperanzas y posibilidades que podemos tener para nosotros y para nuestros amigos, eso es el verdadero cambio social, y puede ser más grande que la política.

–En Diarios de bicicleta usted habla no sólo de subirse a una, habla de historia, arquitectura, vida, la pérdida de humanidad en las grandes ciudades¸ pero también ofrece una alternativa. ¿Quién ha escuchado?

–No creo que esté tratando de lograr un cambio, sino de articular un cambio que ya está en marcha. Siento que muchas personas están repensando lo que pueden ser sus ciudades y las bicicletas son parte de ello. Hemos llegado a un momento en el que estas ideas y posibilidades están en el aire. Me di cuenta de algunas de ellas, pero yo no cree la situación. Estos pequeños eventos en los que me he involucrado unen a personas locales que ahora saben mucho más de lo que ocurre que yo. Están involucrados en la política de la ciudad, en la toma de decisiones, activismo y teoría. Quizá soy una especie de facilitador o catalizador, pero no conduzco esto: lo hacen las personas en sus localidades.

A menudo otros ciclistas me agradecen por haber escrito el libro, pero no es un libro de polémica, describe más una forma de ver y vivir.

El compositor, cantante y director de cine conoce acerca de los programas que existen en México para promover el uso de la bicicleta, y durante la visita a la capital espero pedir prestada o rentar una bicicleta, si no llueve. Algunos amigos me han dicho de exposiciones que podrían ser interesantes y podrían funcionar como destino, auque a menudo los mejores puntos de vista y momentos ocurren durante el viaje y son completamente accidentales. Conozco acerca del programa de fin de semana y los programas de calles peatonales. ¿Hay más?

En el cambio de mentalidad de los habitantes de las grandes ciudades respecto de otras alternativas de transporte no sólo deben participar las dependencias oficiales, resalta el músico: Platicaba con algunos amigos que ninguna dependencia puede hacerlo todo. Se necesita la coordinación de los intereses de negocios, incentivos, tecnología, transportación, departamentos de salud, de impuestos, la zonificación; todos deben responder a este deseo creciente de que las ciudades sean más habitables. Afortunadamente, este deseo es bueno para los negocios, y de energía eficiente se crean incentivos, pero todavía se requiere voluntad política.

Y como cualquiera, David Byrne no ha estado a salvo de caídas: “He tenido suerte y soy cuidadoso. Tuve un accidente hace algunos años. Había estado en un acto y estaba un poco ebrio y manejaba la bicicleta sobre unos adoquines. Perdí de vista a mi novia y miré alrededor para buscarla, la calle estaba muy irregular, y cuando volteé perdí el equilibrio y caí. Me rompí dos costillas. Dos policías me preguntaron si había bebido mientras estaba tirado sobre la calle. Después me reconocieron. Fue embarazoso… y doloroso. Tuve terapia física y todo sanó bien. Ahora soy más cuidadoso con eso de beber y conducir”.