Sociedad y Justicia
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Hoy, reunión en Roma para ayudar a afectados por la sequía

Inmoral que en el siglo XXI aún haya niños que mueran de hambre: FAO
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de julio de 2011, p. 37

Roma, 24 de julio. La directora de operaciones de urgencia de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Cristina Amaral, declaró que una hambruna es inmoral en el siglo XXI, antes de la reunión que habrá el lunes en Roma, para socorrer a 12 millones de personas afectadas por la sequía en África.

–Después de las hambrunas de 1980 y 1990 debido a las sequías en África, ¿por qué se dan aún estas tragedias en Somalia, Kenia y Etiopía?

–Llegar a declarar una hambruna en el siglo XXI es inmoral. Aún tenemos niños que mueren de hambre, ¡esto no puede continuar! En términos de mortalidad no estamos en los niveles trágicos de 1982 o 1991 y, sobre todo, actualmente tenemos mejor capacidad de respuesta. Pero tememos que las cosas empeoren si no se hace nada hoy.

En África no ha habido inversión en el sistema productivo. No ha habido suficiente atención a la investigación, a las variedades adaptadas a la sequía. Hay que poner atención en las sociedades pastorales, enseñarles a conservar a sus animales en buena salud en periodo de sequía. Nuestro mensaje es que no podemos tratar el problema sólo a corto plazo.

La población no sale de un ciclo de sequía en uno o dos años, esto toma cinco o seis. Allá ha habido una sequía en 2008 y ahora otra en 2011, cuando la población todavía no se recuperaba de la anterior. Debemos poner en marcha un mecanismo a largo plazo.

–¿Cómo se encuentra la situación en el sur de Somalia, controlada por los shebab, que prohíben el acceso a las organizaciones humanitarias?

–Sin acceso al sur de Somalia, no vemos más que la punta del iceberg, los refugiados que llegan a Kenia y Etiopía. Hay muchos más, estimamos que 3.7 millones que se encuentran, sin duda, en peor estado. Hubo negociaciones con los shebab lideradas por personalidades somalíes y de la región y hubo promesas, pero todavía no es satisfactorio.

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Un niño desnutrido del sur de Somalia es revisado por un médico en el hospital de Banadir, en Mogadiscio, donde miles de personas han llegado en busca de ayudaFoto Ap

Esperamos que las negociaciones políticas progresen y que la situación humanitaria obligue a los clanes en Somalia a negociar para facilitar el acceso a las personas que lo necesiten.

La solución a largo plazo para Somalia depende de los somalíes, con un proceso de paz y un diálogo entre las diferentes fuerzas políticas. Sin paz ni democracia no será posible poner fin a la hambruna.

–¿Qué espera de la reunión del lunes en Roma?

–Es una reunión ministerial de urgencia convocada ante la escalada de la hambruna. La finalidad es llamar la atención de los dirigentes del planeta y de todos los miembros de la FAO. Es un llamado a los políticos para que traten la raíz del problema de la inseguridad alimentaria. Es también una reunión sobre la sequía. Necesitamos inversiones a largo plazo para permitir a esas poblaciones vivir durante años, aunque no llueva.

También vamos a abordar la cuestión del alza de los precios de los productos alimentarios y de los carburantes que, sumados a la sequía, hacen muy problemático el acceso a la comida.

En cuanto a los fondos, para la región afectada hay un agujero de 135 millones de dólares en las contribuciones prometidas por los países miembros de la FAO. Sabemos lo que hay que hacer, pero la recolección de fondos no funciona hasta que se logra la atención de los medios. La guerra se ha convertido allí en una rutina. Sólo se habla de Somalia por sus piratas.