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Utiliza orquesta instrumentos elaborados con desechos; ha ofrecido conciertos en Europa

Crean belleza musical extraída de la basura en la capital de Paraguay

El milagro en Asunción se debe a un padre de familia que construye guitarras con madera de embalaje, violines con cacerolas y materiales reciclados del vertedero de Cateura

 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de agosto de 2011, p. 7

Asunción, 4 de agosto. ¿Escuchar melodías de Beethoven, Vivaldi, Mozart o canciones populares de distintos países, con un sonido cercano a las más caras orquestas, pero interpretadas con instrumentos hechos con material sacado de la basura? Cuesta imaginarlo, pero en Paraguay es posible.

En uno de los países más pobres de Sudamérica, amantes de la música con escasas posibilidades económicas fabrican desde hace unos años violines, violonchelos, instrumentos de percusión, y hasta flautas, con material reciclado del principal basurero de Asunción, el vertedero Cateura.

Hasta formaron una orquesta sinfónica que interpreta música de los grandes compositores a la que bautizaron Melodías de la basura.

A un padre de familia se le ocurrió un día construir un violín con una vieja cacerola que encontró en la basura. Él trabajaba en nuestro taller de confección de instrumentos musicales, relató Luis Szarán, un músico símbolo de las orquestas de cámara de Paraguay.

Herramienta educativa

Al frente de su organización no gubernamental Sonidos de la Tierra, Szarán estimuló la creatividad y la habilidad de don Kolá, como llaman a Nicolás Orué, este padre de familia de unos 50 años que empezó a construir guitarras con madera de embalaje, y violines con viejas cacerolas o asaderas, de aluminio o de metal, con el mango de madera de aglomerado.

Construyó flautas y saxofones hechos de restos de canaletas de agua, un violonchelo hecho de viejas latas de aceite, instrumentos de percusión de madera reciclada y parches (la membrana de la percusión) hechos de restos de películas de radiografía, explicó Szarán.

Con gran éxito, el maestro llevó esta experiencia a los más cotizados escenarios de Europa y Estados Unidos, donde el público, con incredulidad, pudo disfrutar de las mejores melodías como si fuesen interpretadas con los tradicionales instrumentos.

Hoy los instrumentos están construidos por jóvenes pero asesorados por expertos de nuestra fundación. La calidad es muy aproximada a los instrumentos reales, perceptible por los muy conocedores de los sonidos musicales, destacó Szarán.

Don Kolá instaló actualmente su fábrica de instrumentos en su humilde casita de Cateura, con mucha demanda, pero con sus familiares dedicados plenamente al reciclaje de basura. Él fabrica instrumentos que pueden costar desde 30 dólares hasta mil, según la calidad, precisó Szarán.

El músico recordó que un profesor de la fundación se impresionó cuando escuchó por primera vez el milagro de un sonido musical rescatado de los residuos. “Nos dijo que con un violín hecho de estos elementos reciclados, un niño podría comenzar a aprender sus primeras lecciones de música.

A mí me impresionó el hecho de que viviendo en el estadio más bajo de la pobreza, como es habitar encima de la propia basura, se pueda crear una herramienta educativa que puede cambiar radicalmente la vida de los hijos.

Eso, manifestó Szarán, fue su inspiración para crear toda una orquesta sinfónica, única en el mundo en su género, con instrumentos fabricados con desechos.

Su director actual se llama Favio Cháves. La orquesta ha ofrecido más de 50 conciertos en Europa, con niños que aprendieron a conocer de música y a tocar con los novedosos instrumentos.

Szarán, quien por sus aportes a la cultura mundial recibió un premio de la fundación canadiense-estadunidense Skoll al emprendedurismo social, relató que la experiencia con los instrumentos de la basura multiplicó el interés de niños, jóvenes y de las mismas autoridades por la promoción de músicos.

Hoy tenemos una orquesta de arpas, de 500 músicos. Centenares de ellos brindaron un gran espectáculo durante las celebraciones del bicentenario de la Independencia de Argentina y Chile en 2010, y de Paraguay, en mayo pasado, dijo.

En Europa, los recitales de estos virtuosos de la música inspiran a otros adolescentes, que viven bien, tienen todo, pero les faltan metas en su vida, puntualizó.

Estos jóvenes europeos valoran lo que hacen estas personas sin recursos, que se las ingenian para crear belleza musical extraída de desechos, concluyó.

Szarán se basa en La pequeña música nocturna, de Mozart, para llevar con entusiasmo el proyecto de difusión de la música en las personas humildes.

Hay una frase que inspira su proyecto Sonidos de la Tierra: El joven que durante el día interpreta a Mozart, por la noche no romperá vidrieras.

Revela el espíritu transformador de la educación musical y su formación a través del arte”, aseguró el músico paraguayo.