Sociedad y Justicia
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Estudio de la Conapo en el área rural

A 25.4% de los jornaleros adolescentes no les pagan
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de agosto de 2011, p. 39

El ámbito rural es el espacio de mayor precariedad para la juventud. Uno de cada tres jóvenes ocupados en el campo no reciben ingresos, mientras en el medio urbano esto ocurre a uno de cada 10, de acuerdo con el estudio Situación actual de los jóvenes en México del Consejo Nacional de Población (Conapo).

A finales de la primera década de este milenio, 80 por ciento por ciento de los jóvenes con una fuente de trabajo recibían menos de tres salarios mínimos, situación aún más grave entre adolescentes, ya que 74.6 por ciento obtiene menos de dos salarios mínimos y 25.4 por ciento de ellos no recibe ingresos.

Lo anterior, señala el análisis, ejemplifica las grandes desventajas a las que esta población se expone si se incorpora al mercado de trabajo cuando, idealmente, debería estar estudiando.

El nivel de escolaridad es una variable discriminante de mayor peso en la percepción salarial. Mientras uno de cada cinco jóvenes con primaria incompleta y completa no percibe ingresos, entre los jóvenes con secundaria y nivel medio y superior esto ocurre entre uno de cada seis y uno de cada 10, respectivamente.

Los adolescentes trabajadores tienen peores condiciones laborales que los adultos jóvenes: 64.6 por ciento de los primeros no tiene ninguna prestación en el trabajo y la cifra para los adultos jóvenes es de 27 por ciento.

Las madres jóvenes enfrentan condiciones de mayor vulnerabilidad, ya que hacen un uso más frecuente de estrategias de empleo independientes, lo cual implicaría condiciones laborales más inestables y precarias, producto de la necesidad de emplearse para cumplir las obligaciones que implica tener una familia.

Ocho de cada 10 tutoras ganan menos de tres salarios mínimos, situación que no ha mejorado con el tiempo ya que en el año 2000, dicha condición se presentaba entre nueve de cada 10 mujeres.

Hoy, siete de cada 10 madres jóvenes son trabajadoras subordinadas y remuneradas. Una de cada seis trabaja por su cuenta y una de cada 10 labora sin remuneración alguna.

El estudio apunta que si bien estas condiciones son semejantes a las de la población total de mujeres, existen diferencias porque las que integran el sector juvenil tienen una proporción menor de trabajadores subordinados y remunerados. Una cuarta parte de ellas no tiene ninguna prestación y cuatro de cada 10 no tiene acceso a seguridad social.

Por lo anterior, el documento señala que existe un panorama inquietante sobre las condiciones en las que se encuentra la juventud dentro y fuera del espacio laboral, así como sobre los mecanismos de los que se tendrán que valer para satisfacer sus necesidades y responder, a la vez, al mundo que los rodea, el cual implica cada vez más exigencias.

Concluye que los esfuerzos en pro de este sector de la pobñación deben ser mayúsculos si se espera obtener algún beneficio del bono demográfico.