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Ver día anteriorLunes 8 de agosto de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Agua: muy poco de qué presumir
U

na de las promesas del presente sexenio es detener la sobrexplotación de los acuíferos del país. Hace tres años, José Luis Luege, titular de la Comisión Nacional del Agua y aspirante a gobernar la ciudad de México en 2012, declaró que había 104 acuíferos en estado crítico, utilizados irracionalmente, en especial en el sector agropecuario. Ese mal uso, dijo, es el problema más grave de México. Ejemplo de lo que puede pasar si no se cumplen los programas que anuncian los funcionarios es Baja California Sur, el estado más seco. Hace 10 años se presentó en La Paz el Plan Hidráulico 2001-2005, donde se asienta que, de continuar las condiciones de sequía imperantes, los acuíferos de esa entidad se agotarán en 2015 y será necesario importar el líquido de otras entidades o desalar agua marina a un alto costo.

Para evitar tan negro panorama, se propusieron medidas drásticas para recuperar los acuíferos. Sin embargo, las autoridades han dado el visto bueno para que la empresa canadiense Vista Gold siga con sus trabajos de extraer oro a cielo abierto en la Sierra de la Laguna, donde se ubican los acuíferos que proporcionan agua a La Paz y Los Cabos. De paso, se aprueban megaproyectos turísticos que harán más crítica a la existencia del citado recurso.

Igualmente están en crisis los acuíferos de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. En las dos últimas décadas se redujeron los siete manantiales de los que se surte la ciudad. Según las autoridades, por sobrexplotación y por equipos de captación y conducción muy antiguos y con fugas. Los especialistas en el tema y las organizaciones ciudadanas consideran que el problema central es la elevada deforestación que sufre la región, pues está acabando con las fábricas naturales de agua.

Justo hace 11 años los gobernadores de Querétaro, Michoacán, Guanajuato, Jalisco y el estado de México celebraron una cumbre para definir la estrategia de conservación de la cuenca Lerma-Chapala. También anunciaron el inicio de los trabajos de saneamiento en 40 presas de la región y medidas para modernizar y tecnificar el aprovechamiento del agua. El entonces titular de la Comisión Nacional del Agua, Guillermo Guerrero, aseguró que con la construcción de 51 plantas y otras 14 que estaban en proceso, a finales de 2000 se daría tratamiento a 68 por ciento de las aguas negras generadas en la cuenca. Y quien gobernaba el estado de México, Arturo Montiel, aseveró que si no se revertía la situación de deterioro del Lerma-Chapala, habría severos conflictos que quitarían la posibilidad de obtener un desarrollo social sostenido y ordenado.

Han pasado 11 años de esa cumbre y, según los datos del investigador Cheick Fall, del Centro Interamericano de Recursos del Agua, los 60 kilómetros del Lerma que corresponden a la entidad que pronto dejará de gobernar el señor Peña Nieto “están muertos, no hay en ellos ninguna forma de vida… No pueden estar más contaminados. Lo que hay allí no es un río, eso y un alcantarillado son lo mismo, no hay peces, no hay nada que respire”. Lo mismo puede decirse del resto de la cuenca, pese a otros programas anunciados en años recientes para sanearla definitivamente.

Y han pasado cuatro años desde que la Comisión Nacional del Agua informó que de los 6 mil 871 pozos que había en el valle de México 3 mil 848 eran ilegales, no tenían título de concesión. Se localizaban en los estados de México e Hidalgo. Igualmente señaló que cuatro de los 14 acuíferos del valle citado estaban sobrexplotados: Cuautitlán-Pachuca, Texcoco, zona metropolitana de la ciudad de México y Chalco-Amecameca. Por datos recientes, la sobrexplotación continúa, lo mismo que en el estado de Morelos, donde la Comisión Nacional del Agua detectó 125 pozos ilegales en el acuífero Tepalcingo-Axochiapan, cuya agua se destina a uso agrícola y doméstico. Lograron clausurar 85 hace una semana, pero los pobladores retuvieron a los encargados de hacerlo. Los liberaron bajo la promesa de no clausurar los pozos.

Estos días la televisión y la radio se inundan de publicidad que da cuenta de los grandes logros del gobierno federal. Si nos atenemos a lo que pasa con el recurso agua, hay muy poco de qué presumir.