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Futuro en riesgo
Los jóvenes se integran al narco por el descuido de la familia, según el Imjuve

Hay 150 mil que no quieren hacer nada; ni estudiar ni trabajar, aún teniendo oportunidad

Quienes no entraron a la UNAM o al Poli pueden pedir crédito educativo, según el panista

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Si un joven tiene trabajo y por flojera dejó de capacitarse, ¿qué merece? Pues debería estar desempleado, plantea el director del Imjuve. La imagen, durante un duelo de bandas musicales organizado por el instituto el año pasado ‘Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de agosto de 2011, p. 2

En México hay por lo menos 150 mil jóvenes que no quieren hacer nada, incluso teniendo la oportunidad de estudiar o trabajar, afirma Miguel Ángel Carreón Sánchez, director del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve). Tras identificarlos como un sector juvenil totalmente apático, peleado consigo mismo, con su entorno, su familia y su comunidad, reconoce que es un tema preocupante, pero advierte que como gobierno debes priorizar. ¿Qué haces con estos jóvenes que no quieren nada?.

Abierto defensor de un modelo de salud sexual basado más en la conciencia y el diálogo con los padres que en el impulso a una educación sexual científica y laica, asegura que una de las principales causas por las que muchos jóvenes han ingresado a las filas del narcotráfico es por la falta de un referente moral, pues considera que si en México hay mayor incidencia del crimen organizado es porque no se ha fortalecido la célula básica del tejido social: la familia.

Carreón Sánchez, responsable de las políticas públicas del gobierno federal para dicho sector de la población, es fundador y ex presidente de la organización Generación 2030, creada en 2008 para impulsar una sociedad con valores en pro de la familia tradicional y contra el aborto. Desde 2003 ha sido activo integrante del PAN, donde ha desempeñado cargos como consejero regional, secretario electoral en la delegación Álvaro Obregón y coordinador de becas de la Secretaría Nacional de Acción Juvenil.

Egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), donde cursó la licenciatura en economía, está ligado al grupo político de Mariana Gómez del Campo, coordinadora de la bancada panista en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), y al diputado local blanquiazul Fernando Rodríguez Doval, ex vicepresidente de Generación 2030, de quienes fue cercano colaborador desde la secretaría técnica de la Comisión para la Reforma Política del Distrito Federal en la ALDF. En ese cargo apoyó –en marzo de 2010– la Ley para la Maternidad y Paternidad Responsables, con la que se demanda protección legal para la maternidad.

En entrevista con La Jornada en torno a la conmemoración, este 12 de agosto, del Día Internacional de la Juventud, Carreón Sánchez expone sus principales propuestas para los 36 millones de jóvenes en el país, a quienes considera sus clientes.

–¿Con qué saldo llega México al cierre del Año Internacional de la Juventud?

–Con uno favorable, pero con muchos retos por delante. Las exigencias de los jóvenes son claras: educación de calidad, una posición económica sana, no acomodada, pero sí tranquila con un trabajo digno y bien remunerados, y formar una familia. En materia de educación hay muchas oportunidades para estudiar. A lo mejor los jóvenes, por distintas coyunturas, no las conocen. Está la formación técnica, que ha sido muy devaluada, y es una gran oportunidad para acceder en poco tiempo a una buena formación que les permita obtener un trabajo con un sueldo digno.

–¿El problema de los jóvenes es que no han sabido aprovechar las oportunidades que existen?

–Hay oportunidades que los jóvenes estamos desaprovechando. A lo mejor hay chavos que no entraron a la UNAM o al Poli, pero hay otras universidades estatales y centros tecnológicos. A lo mejor puedes pedir un crédito educativo e inscribirte a una escuela privada o becado.

–¿Cuáles son las políticas públicas que impulsa esta administración para ese sector?

–Yo llegue (al cargo) en febrero y tengo una visión específica para aprovechar el bono demográfico.

En 2019, siete de cada 10 mexicanos estarán en edad productiva, lo que nos abre una oportunidad, pero también un gran reto, por ejemplo, en seguridad social. Hay muchos programas de apoyo a la vejez porque los jóvenes están impulsado el sistema de seguridad social, pero qué pasará cuando ya no existan suficientes (trabajadores) para aportar. Por ello, aparte de empleo, educación y salud, en el Imjuve vamos a impulsar una política para generar una cultura del ahorro. En algunos estratos socioeconómicos, como en las zonas urbanas con clase baja y media baja, es un tema cultural. El joven no ahorra porque el papá no está acostumbrado a ahorrar, o lo hace en el colchón.

–¿Y qué hacer con los 7 millones de ninis que no tienen recursos para ahorrar?

–A mí no me gusta ese término, porque a los jóvenes nos prejuicia, nos discrimina. Creo que este problema hay que desvertebrarlo verdaderamente para saber cuántos se encuentran en esta situación. Me gustaría llamarlos jóvenes inactivos. El Imjuve está impulsando un programa de inserción laboral de jóvenes en riesgo. Con el apoyo de programas federales, como Empleo Temporal, y con el uso del sistema de alerta temprana de la Subsecretaría de Educación Media Superior podemos detectar quiénes están en riesgo y ofrecerles una oportunidad.

–La Organización de Naciones Unidas alertó que en el mundo hay 81 millones de jóvenes en el desempleo, ¿cómo frenar este fenómeno en México?

–Hay una reforma laboral que está detenida, y tenemos muchas esperanzas de que salga adelante porque beneficia a muchos jóvenes. La gran derrama de empleo se va a dar cuando esté vigente, pero mientras tengamos esta ley, más empresas utilizarán el outsorcing (subcontratación). Cerrarán sus filas por miedo a que, como la ley protege en demasía al trabajador, incluso premia la inutilez (sic), entonces las propias empresas se protegen.

–Hay quienes alertan sobre los riesgos de que con esa reforma se pierdan beneficios sociales que ya no llegarán a los jóvenes.

–No creo sinceramente que los quite, más bien alínea incentivos específicos. Si un joven es flojo, no le interesa salir adelante y empezó a trabajar en una empresa donde tiene una productividad específica, pero de pronto por cuestión de flojera dejó de capacitarse y ser productivo, en justicia ¿esa persona qué merece? Pues debería estar desempleado.

–En materia de seguridad, ¿a qué acciones busca dar prioridad?

–Es claro el mensaje de no criminalizar a los jóvenes inactivos. Es lamentable que se metan en las filas del crimen organizado, siempre los ha habido.

–¿Pero por qué se unen a la delincuencia?

–Creo que es un tema aspiracional. Son varios factores: la cultura en que han sido formados, las oportunidades que tienen en su entorno y lo que ellos vislumbran. Si es un muchacho desempleado que desertó de la educación y el hogar termina siendo la esquina, pero ve que el dealer (expendedor de droga) trae coche, ropa, dinero y buena vida, tiene muchas posibilidades de caer porque no cuenta con un referente moral que le diga: ¡hijo, no es por ahí!

–¿Se ha descuidado el modelo de educación sexual de los jóvenes ante el incremento de embarazos en adolescentes?

–Es un tema más bien de conciencia que de educación sexual.

–¿Pero ha fallado su aplicación en las escuelas?

–Depende de la perspectiva de quién creas que es el responsable de esto. Yo fortalecería mucho la comunicación familiar; que los padres hablen con sus hijos sin tabúes, con mucha apertura, porque de algún lado nacieron los hijos, ¿me explico? Hay jóvenes que teniendo toda la información deciden tener o no relaciones sexuales, porque creen que no están preparados.

–¿Se refiere a la abstinencia?

–Ellos lo ponen de esa manera, sobre todo las mujeres, que en muchos casos deciden que no están suficientemente preparadas.

–¿Se trata entonces de una educación científica y laica o es un tema que debe resolverse en la familia?

–Creo que es un tema más personal. El gobierno invierte gran cantidad de recursos en estas cuestiones y no he visto que sustancialmente bajen los niveles (de embarazos). Creo que hay otros modelos que pueden utilizarse, como el que los padres de familia hablen con sus hijos.

–¿Qué opina del aborto como un tema de salud entre los jóvenes?

–No es que vaya en contra de una política de salud, pero creo que ha hecho falta que la misma gente se acerque. Y aunque existen lugares donde se pueden realizar este tipo de actos, creo que la gente se sigue sintiendo apenada o que no se le trata de una manera digna.

Hablamos mucho de las mujeres que quieren abortar, pero qué hay de las jóvenes que sí quieren tener a su hijo. Qué oportunidad les das tú como gobierno. Algo que estoy impulsando son estas dos vertientes: qué oportunidad le estás dando a estas jóvenes y al ejercicio de una paternidad responsable.