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Expresa solidaridad a víctimas de la violencia en la región triqui

Solalinde visita campamento de desplazados de San Juan Copala
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El sacerdote Alejandro Solalinde recibe la bendición de los indígenas triquis, en su visita al campo de los desplazados del municipio autónomo de San Juan CopalaFoto Octavio Vélez A.
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 13 de agosto de 2011, p. 28

Oaxaca, Oax., 12 de agosto. Alejandro Solalinde Guerra –coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana de la Zona Pacífico Sur del Episcopado Mexicano– visitó el campamento de desplazados del municipio autónomo de San Juan Copala, establecido en el portal del palacio de gobierno, para manifestar su solidaridad con los manifestantes.

Esta situación me impacta muchísimo, me da mucha pena; es parte del México fragmentado y me duele doblemente, pues por ser indígenas y mujeres no se les escucha, afirmó durante su visita efectuada la noche del jueves.

Ante mujeres y niños de esa comunidad, quienes cumplieron un año acampados allí, el religioso sostuvo que si en las manos de las mujeres, y sobre todo de las indígenas, estuviera la solución de los problemas de Oaxaca y México se avanzaría más rápido.

Dicen que con los hombres se solucionan las cosas, pero pienso que no, desgraciadamente intervienen muchos intereses, señaló.

Expuso que la estadía de las indígenas triquis en el campamento resulta indigna porque estando en el cemento no puede haber vida ordinaria, no pueden atender sus animales, sus plantas, hacer su comida y en general su vida en comunidad.

¿Que necesidad hay de que estén lejos de sus tierras y de su vida?; desde la mirada de Dios me duele mucho ver esto. No es un lugar digno para ellas, asentó y demandó a los gobiernos federal y estatal tener mayor voluntad para solucionar lo más rápido el conflicto en la zona triqui, a partir de un diálogo entre las partes porque solamente así se acabará con la violencia y se alcanzará la paz.

Las mujeres y los niños triquis, independientemente de su condición de desplazados, también son migrantes, porque se vieron obligados a salir de su comunidad porque no había condiciones de paz.