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No queremos recibirlo porque llega con todo el poder y el boato propios de un hombre de Estado

El Papa, asociado con el poder económico y político, dicen sus críticos en Madrid

Costará más de 50 millones de euros su presencia en las Jornadas Mundiales de la Juventud

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Las calles madrileñas se vieron inundadas con participantes de las Jornadas Mundiales de la Juventud y con manifestantes contra la visita de Joseph RatzingerFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de agosto de 2011, p. 7

Madrid, 16 de agosto. Nosotros no queremos recibirlo porque Joseph Ratzinger está asociado a los poderes económicos y políticos, y no comprometido con los excluidos y víctimas del sistema. Además, el Papa no viene como jefe espiritual de los creyentes, sino con todo el poder y boato propios de un hombre de Estado, afirmó el sacerdote Evaristo Villar, de la comunidad de base de Santo Tomás de Aquino y vocero de la plataforma Redes Cristianas.

Como parte de la Iglesia católica, pero ajena a las directrices de su cúpula, esta plataforma –que cuenta con miles de integrantes– se sumó a las numerosas críticas que ha suscitado el uso de dinero público en los actos litúrgicos de un líder religioso durante su visita a Madrid.

Ratzinger, sucesor de Karol Wojtyila al frente de la jefatura del estado Vaticano, visitará por primera vez Madrid desde que logró la fumata bianca de la cúpula cardenalicia. Su encuentro será con jóvenes católicos de todo el mundo, para lo que la maquinaria de la Iglesia lleva tres años trabajando y recabando fondos para traer hasta la capital española al mayor número posible de adolescentes católicos y devotos de la doctrina ortodoxa de la cúpula de Roma.

Las autoproclamadas Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), que se iniciaron hoy en Madrid y finalizarán el próximo domingo con una misa presidida por Ratzinger, pretenden fortalecer el discurso de la Iglesia entre los más jóvenes y ratificar algunos puntos nodales ante los fulgurantes cambios que se producen en el mundo: su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo; su frontal rechazo a la investigación con células madre; sus críticas a las campañas que educan y fomentan el control de la natalidad a través de métodos contraceptivos, y su lucha porque no prevalezca en la sociedad lo que ellos llaman los valores laicos y relativistas.

El más de medio millón de jóvenes que visitarán la capital de España gozarán de subsidios en el transporte público (patrocinados por la Comunidad de Madrid), podrán usar los colegios públicos gracias a la generosidad del gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero, tendrán las calles del centro cerradas al tránsito vehicular para que puedan llevar a cabo sus actividades litúrgicas, visitar los museos más emblemáticos (todos ellos con exposiciones de carácter religioso) y hasta desplegar sus numerosos puestos de venta de recuerdos de bisutería: rosarios, llaveros e incluso latas de cerveza con la imagen del papa Benedicto XVI y el emblema de las JMJ.

Hambre en África, dispendio en la capital española

Lo más llamativo es que cuando estamos viendo cómo se desangra el mundo en el cuerno de África, con niños, mujeres y poblaciones enteras muriendo de hambre por la sequía, aquí la Iglesia católica y el gobierno español se gastan 50 millones de euros para ceremonias de autobombo. Y del dinero que recauden, que supongo será mucho, nadie ha dicho que se destinará a paliar la pobreza. Más bien a pagar los gastos de sus jóvenes peregrinos, explicó Luis Vega, presidente de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores.

Esta plataforma, también contraria al gasto de dinero público en la visita del Papa alemán, logró vencer las reticencias tanto de los tribunales como de las propias autoridades para lograr que se autorice una manifestación que recorrerá este miércoles las calles del centro madrileño.

En la marcha estarán representantes de las centenares de organizaciones convocantes, incluido el movimiento 15 de Mayo (15-M o indignados), que también reivindicarán su derecho a criticar a las autoridades por destinar fondos públicos a este tipo de actos mientras que la sanidad, la educación y las políticas sociales se reducen a causa de las crisis. Incluidas las redes cristianas, que pertenecen a la Iglesia católica pero con un enfoque distinto, con un trabajo en la base de la sociedad, con los pobres y los más desfavorecidos. Esta plataforma también ha sido duramente perseguida y criticada en las décadas recientes, al igual que los teólogos de la liberación en América Latina.

Esta plataforma expuso las razones por las que se oponen a la visita del papa Benedicto XVI a Madrid: porque no viene como jefe espiritual de los creyentes, sino que viene con todo el poder y boato propios de un hombre de Estado; viene revestido de omnímodo poder y encumbramiento personal; supone un gasto de más de 50 millones de euros del bolsillo de todos los españoles, sean católicos o no; viene como jefe de Estado, y no como autoridad moral y religiosa; viene como monarca absoluto, y no como símbolo de unidad de una institución democrática; porque no es vicario de Cristo ni de Dios; porque está asociado a los poderes económicos y políticos, y no comprometido con los excluidos y víctimas del sistema, en medio de una crisis con 5 millones de parados (desempleados) y, por último, porque aparece como garante del mantenimiento de los actuales privilegios de la Iglesia católica en España, en los Acuerdos firmados con el Estado español en 1979.

Lejos de asumir las críticas de una parte de la sociedad española que se siente ajena a los actos litúrgicos –sólo 27 por ciento de la población se declara católica practicante–, desde la cúpula de la Conferencia Episcopal Española y desde las autoridades locales de la ciudad de Madrid se ha repudiado a los críticos con las Jornadas Mundiales de la Juventud. Incluso la responsable de Medio Ambiente del ayuntamiento y esposa del ex mandatario español José María Aznar, Ana Botella, se preguntó: ¿Qué hubiese pasado si se hubiese autorizado una manifestación antigay precisamente durante las fiestas del Día del Orgullo Gay?.