Opinión
Ver día anteriorMartes 23 de agosto de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Strauss-Kahn: turbiedades del caso
E

l fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, encargado de la acusación contra el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, quien fue imputado por el delito de violación, pidió formalmente ayer al juez del caso que desestime los cargos, tras haber detectado contradicciones en el relato de la presunta víctima, Nafissatou Diallo, de origen guineano.

El ex funcionario internacional, quien hasta entonces era considerado un sólido precandidato a la presidencia de Francia, fue detenido el 14 de mayo en uno de los aeropuertos de Nueva York a raíz de la denuncia por agresión sexual presentada en su contra por Diallo, trabajadora de limpieza en el Sofitel de Manhattan.

La empleada aseguró que Strauss-Kahn la había obligado a hacerle sexo oral y que había intentado violarla. El político francés fue de inmediato colocado bajo arresto y en los días siguientes la prensa dio a conocer supuestos episodios de su vida pasada que lo dibujaban como un depredador sexual. Aunque el acusado negó los cargos desde un principio, y aseguró que lo ocurrido entre él y Diallo había sido una relación de mutuo acuerdo, las autoridades judiciales estadunidenses, con abundante ayuda de los medios, presentaron el caso ante la opinión pública como si se tratara de una imputación consistente que habría de desembocar en un fallo condenatorio.

Del linchamiento mediático del supuesto agresor se pasó al linchamiento mediático de la presunta víctima: en julio, The New York Times divulgó las dudas de la fiscalía ante las inconsistencias en los testimonios de la presunta víctima, sus antecedentes de mentiras a las autoridades, así como sus supuestos vínculos con estamentos del crimen organizado, los cuales habrían realizado depósitos bancarios por un monto de 100 mil dólares a la cuenta bancaria de Diallo. El rotativo neoyorquino citó incluso grabaciones de presuntas conversaciones entre la mujer y un individuo con el cual discutió por un pago a cambio de su acusación contra Strauss-Kahn. Un antecedente más: la semana pasada el parisino L’Express afirmó que los resultados del examen médico practicado a Diallo tras su denuncia confirmaban la violación.

Ha de tenerse en mente, también, que desde el inicio del escándalo diversas voces apuntaron a la posibilidad de que el episodio del Sofitel fuera un montaje y una trampa orientada a destruir la carrera política de Strauss-Kahn, una hipótesis que parece posible si se toman en cuenta las prominentes posiciones de poder en la política y las finanzas mundiales que están en juego en este caso. Ahora, tras el desestimiento de la fiscalía neoyorquina, cobra fuerza la posibilidad de que el ex funcionario francés haya sido víctima de una emboscada legal.

Es inevitable: en el punto al que ha llegado el proceso, si Strauss-Kahn es finalmente absuelto, el sistema judicial estadunidense quedará seriamente afectado en su credibilidad y se enfrentará a una encrucijada que desemboca, por cualquiera de sus vertientes, en una monstruosa injusticia: si el acusado es declarado inocente, se habrá afectado gravemente su nombre y su carrera por medio de una maquinación que ni siquiera ha sido investigada, o bien se habrá impuesto la influencia y el poder económico de un hombre prominente para negar la justicia a una mujer humilde, víctima de una grave agresión sexual.