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México SA

Deuda pública y telenovela

PAN-PRI: la misma cojera

Menores recursos a estados

A

unque falta un par de semanas para que formalmente el Congreso reciba del inquilino de Los Pinos el llamado paquete económico (propuesta de ley de ingresos, presupuesto de egresos, miscelánea fiscal y criterios generales de política económica) correspondiente a 2012 (año de elecciones federales, con la presidencial como plato fuerte), la temperatura del horno político está a todo lo que da por el jaloneo que priístas y panistas encabezan en pos de mayores recursos presupuestales para sus respectivas parcelas, en medio de mutuas acusaciones de falta de transparencia y excesos en el manejo de los dineros de la nación.

El gobierno calderonista, por ejemplo, ha hecho un escándalo por el vertiginoso crecimiento de la deuda pública estatal, cuyo saldo histórico es de 315 mil millones de pesos, aproximadamente. ¡Qué horror!, aunque por obvias razones el inquilino de Los Pinos y sus secuaces han dejado fuera del guión mediático un elemento igual de terrorífico que el que ahora cuestionan: para 2011, Felipe Calderón propuso al Congreso, exclusivamente para el pago de intereses y comisiones relacionados con el endeudamiento del sector público federal, destinar 315 mil 18.5 millones de pesos, monto 5.9 por ciento superior con respecto al de 2009, es decir, el mismo monto que el débito estatal (acumulado durante varias décadas), con el agravante de que sería utilizado en sólo un año, sin reducir el saldo de la deuda federal. ¡Qué horror!

¿Cuál de las dos realidades es peor? ¿El débito de los estados, o la impresionante cantidad de dinero que año tras año se destina al pago de intereses de la deuda federal? Los blanquiazules dicen que la primera; los tricolores que la segunda, y los mexicanos que ambas, porque son ellos los que pagan por los excesos estatales y federales, toda vez que el uso productivo de la deuda no se ve por ninguna parte. Pero los partidos políticos son felices lanzando ajos y cebollas a sus contrincantes, pero ocultando sus propias cuentas. Entonces, se reclaman por lo mismo, son igual de bárbaros, pero se culpan entre sí. ¿Y dónde está la deuda?

Otra arista de los gritos y sombrerazos que protagonizan blanquiazules y tricolores se da por el lado de los recursos federales canalizados a los estados. Los primeros exigen recorte, mientras los segundos reclaman mayores montos, cuando es obvio que en ambos casos el objetivo es atender sus urgencias en materia electoral. ¿Y los ciudadanos? ¿Los qué…?, reviran los partidos políticos entre mentadas. Entre lo nuevo está el anuncio priísta en el sentido de que aplicarán recortes presupuestales al Ejecutivo federal (léase al inquilino de Los Pinos) para evitar dispendios y excesos: 110 mil millones de pesos menos en publicidad y gasto interno. La notificación provocó ataque hepático a los panistas, quienes a su vez advierten que recortarán los dineros a los estados, mientras el feliz funcionario-candidato Ernesto Cordero asegura que el monto presupuestal para 2012 sería de 3 billones 378 mil millones de pesos (favor de descontar, cuando menos, una tercera parte para la nómina burocrática), destinados, según su chiste de ocasión, a la creación de empleo.

Ese es el panorama, en el que los blanquiazules no tendrían mayor problema para recortar recursos presupuestales a los estados de la República, pues la triste situación económica que vive el país, con ganas de empeorar, no sólo les ha hecho el trabajo, sino que trabaja afanosamente para perpetuar el círculo vicioso. De acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, al cierre del primer semestre de 2011 las 31 entidades más el Distrito Federal recibieron de la federación, por concepto de participaciones, 8 mil 116 millones de pesos menos (-3.2 por ciento) con respecto al estimado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el calendario mensual de ministración, con lo que 24 entidades federativas resultaron afectadas.

En las proyecciones oficiales, apunta el CEFP, “se estima que en el segundo semestre del año la actividad económica será menor a la esperada, y que el precio del petróleo se reduzca. Considerando lo anterior, es posible que las participaciones federales sigan cayendo respecto a lo que se había presupuestado. De continuar con el panorama adverso en los ingresos públicos, el saldo del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) al final de 2011 podría ser insuficiente para compensar a las entidades federativas ante las menores participaciones, lo que implica que dichas entidades se verían obligadas a buscar otras fuentes de ingresos, como el endeudamiento, o en su defecto realizar acciones orientadas a disminuir el ejercicio en el gasto público.

Sin duda, la realidad es más puntual que el intercambio de mentadas, gritos y sombrerazos entre los partidos. Tricolores y blanquiazules se amenazan mutuamente, mientras la realidad simple y sencillamente procede. De acuerdo con el CEFP que el monto de las participaciones federales que la Secretaría de Hacienda entrega mes a mes como anticipo a las entidades de la República, depende básicamente del comportamiento dos factores: el nivel de recaudación de impuestos federales, asociado al desempeño de la actividad económica, y el derecho ordinario sobre hidrocarburos (DOH) y del derecho especial sobre hidrocarburos (DEH), asociados al comportamiento de la actividad petrolera. Dichos conceptos forman parte de la recaudación federal participable.

Con relación al primer factor (el desempeño de la actividad económica), las menores participaciones a los estados de la República observadas a junio de 2011, obedecen a que los ingresos provenientes de los impuestos federales se ubicaron por debajo de lo programado por la Secretaría de Hacienda. La propia SHCP reconoce que la menor captación en los ingresos tributarios se debe a que las devoluciones de IVA crecieron 32 por ciento en términos reales respecto a las realizadas en el mismo periodo del año anterior. Sobre el segundo factor (la actividad petrolera), el favorable desempeño del DOH y del DEH, derivado del mayor precio de la mezcla mexicana de exportación observado en el primer semestre del año, ni de lejos compensó las menores participaciones.

Entonces, mientras los partidos se concentran en el indiscriminado intercambio de mentadas por los mismos excesos y no hacen nada para evitar la caída económica, la realidad lleva a los gobiernos estatales y al federal directamente a un mayor endeudamiento, es decir, a lo que supuestamente ha provocado la ira de panistas y priístas.

Las rebanadas del pastel

Dice Enrique Peña Nieto que el crimen organizado no controlará el estado de México. Y tiene razón, porque no es a futuro: ya lo controla.