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Huesos de mano descubiertos en Sudáfrica en 2008 datan de hace 1.9 millones de años

Señalan al Australopithecus sediba como ancestro directo del homo

Tenía un pulgar extralargo y dedos fuertes, que habría usado para fabricar herramientas, pese a tener un cerebro similar al del mono, según investigación, que arroja datos sobre la transición al hombre moderno

 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de septiembre de 2011, p. 2

Washington, 8 de septiembre. Se balanceaba entre los árboles como chimpancé, pero tenía dedos largos, hábiles para fabricar herramientas, y pies híbridos para caminar erguido: así era el homínido Australopithecus sediba, muy posible ancestro del género homo, según un estudio divulgado este jueves.

Hasta ahora se creía que el primer fabricante de herramientas había sido el homo habilis. Esto se basaba en estudios de 21 huesos de mano fosilizados hallados en Tanzania, que datan de hace 1.75 millones años.

Sin embargo, un examen pormenorizado de dos esqueletos parciales fosilizados de Australopithecus sediba, descubiertos en Sudáfrica en 2008, sugiere que estas criaturas, que habitaban el planeta hace 1.9 millones de años, elaboraron herramientas incluso antes, y podrían ser el primer antepasado directo de la especie homo.

Tras analizar la mano más completa hallada hasta ahora, los expertos concluyeron que el Australopithecus sediba tenía un pulgar extralargo y dedos fuertes, que habría usado para fabricar herramientas, a pesar de tener todavía un cerebro pequeño, similar al del mono, indicaron los hallazgos, publicados en la revista Science.

Restos de una mujer de unos 20 o 30 años al morir

Los huesos de mano descubiertos pertenecían a una adulta de unos 20 o 30 años al morir. Sus restos fueron encontrados cerca de los de un niño, cuyos huesos fosilizados también se incluyeron en el estudio.

La mano sediba revela una sorprendente mezcla de características que no habíamos predicho que podrían existir en una misma mano, dijo una de las investigadoras, Tracy Kivell, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania.

Tiene un pulgar largo, pero es sorprendente que sea aún más largo de los que vemos en los humanos modernos, comentó.

La muñeca estaba mejor preparada para soportar cargas más grandes de las que podría experimentar al usar herramientas, por ejemplo, y tenía dedos largos y angostos, capaces de agarrar con fuerza, agregó.

Así que esta morfología nos sugiere que el sediba probablemente todavía usaba las manos para trepar a los árboles... pero es probable que también fuera capaz de ejecutar las maniobras de precisión que creemos necesarias para fabricar herramientas de piedra, afirmó Kivell.

Otras partes del cuerpo incluidas en el estudio fueron el pequeño pero avanzado cerebro del Australopithecus sediba; su pelvis, que refleja una postura vertical, y un pie y tobillo singular, que combina características de los monos y los seres humanos en un solo paquete anatómico, dijo el autor principal del proyecto, el estadunidense Lee Berger.

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Lee Berger, profesor de la Universidad de Witwatersrand, quien descubrió los fósiles, muestra el cráneo del homínidoFoto Ap

Berger, profesor en la Universidad de Witwatersrand, en Sudáfrica, y su hijo de nueve años descubrieron el fósil en Malapa, al norte de Johannesburgo, en 2008.

Ese sitio aportó más de 220 huesos de al menos cinco personas, entre ellas niños, jóvenes y adultos.

Los huesos del pie y tobillo de una hembra sorprendieron a los paleoantropólogos debido a su extraña mezcla de un arco del pie y un tendón de Aquiles como los de los humanos, pero un talón y una espinilla como los de un mono.

Si los huesos no se hubieran encontrado pegados, el equipo podría haberlos clasificado como pertenecientes a especies diferentes, dijo otro de los autores del estudio, Bernard Zipfel, de la Universidad de Witwatersrand.

Nuevas pistas

El análisis realizado por un equipo de 80 científicos internacionales, detallado en cinco artículos en Science, ofrece nuevas pistas sobre cómo pudo haber ocurrido la transición del mono al ser humano, pero también plantea muchas preguntas acerca de la evolución de la especie humana.

Los científicos no están seguros de si el género homo, que incluye a los humanos contemporáneos, evolucionó directamente del Australopithecus sediba, o si este último era una de las llamadas especies sin salida y las especies del género homo evolucionaron por separado.

Uno de los principales problemas que enfrentan los paleoantropólogos es lo poco que se sabe sobre el esqueleto del homo habilis, por lo que, aunque el Australopithecus sediba está bien definido, falta evidencia para la comparación.

“El registro fósil de los primeros homos es caótico”, dijo otro de los investigadores, Steven Churchill, de la Universidad Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos. Muchos fósiles son dudosamente atribuidos a varias especies o su datación es muy vaga.

Pero una larga lista de todas las características avanzadas que el Australopithecus sediba comparte con otras especies de homo, como el homo habilis y el homo rudolfensis, “sugiere que es un buen ancestro de la primera especie que todo el mundo reconoce en el género homo: el homo erectus”. Según Berger, los resultados del equipo sugieren que el Australopithecus sediba tiene “directamente el potencial de ser el ancestro que llevó a la aparición del género homo”.