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El uso de sustancias sicoactivas comienza ahora a los 10 años de edad: Marcela López

Familias que permiten a sus hijos fumar y tomar, factores para hacerlos adictos

La ciudad pasó de ser territorio de paso a foco de consumo de drogas: titular del IAPA

 
Periódico La Jornada
Lunes 19 de septiembre de 2011, p. 50

Las familias que permiten a los hijos fumar y beber en su casa constituyen el principal factor de riesgo para que los jóvenes caigan en una adicción, afirmó la directora del Instituto de Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA), Marcela López Cabrera, quien aseguró que está demostrado que el consumo de alcohol y tabaco incrementa 13 veces el riesgo de llegar a probar otra droga.

En entrevista con La Jornada, López Cabrera precisa que se ha reducido la edad de consumo de sustancias sicoactivas, a grado tal que en los seis años recientes se pasó de los 15 a los 10 años cuando un menor se inicia en las adicciones.

Resalta que esta situación se debe en mucho a que el territorio nacional, pasó de ser un país de tránsito a uno de consumo de drogas. “Los que estamos en el tema de las adicciones –dijo– sabemos que a partir de que se cerraron muchísimo más las fronteras –luego de la caída de las Torres Gemelas– las drogas tardan en pasar, y se quedan para su venta en México, es decir, hay una mayor oferta”.

Incluso, dijo que los peligros para que los jóvenes puedan ser presas del consumo de sustancias sicoactivas está desde antes de salir de la casa, pues hay muchos hogares que son permisivos para el consumo y se convierten en sitios de riesgo.

Detalló que en muchas casas es común el consumo de alcohol, porque es sábado, porque hace calor o porque va ganando un equipo de futbol, y los padres no dicen nada, o le llegan a pasar la cajetilla para que fumen juntos, pues eso se convierte en un factor de riesgo.

Marcela López –con 35 años de trabajo en materia de adicciones– expresó que en la medida en que se generen factores protectores en el seno familiar, se podrá prevenir la adicción entre los jóvenes. Por eso, dijo, en el IAPA se trabaja tanto con los menores como con los padres.

Expresó que este instituto es muy reciente y está en la tarea de consolidar sus tareas, que van desde la prevención –como tema prioritario– hasta la atención de las personas que llegan al nivel de adicción, o la misma supervisión de los centros de atención para estas personas.

Reconoció que en esta encomienda ha logrado tener buena colaboración de instituciones locales y federales que llevan a cabo labores complementarias.

Destacó este punto, ya que hoy el reto es complejo, pues se reduce dramáticamente la edad de inicio en las drogas, aunado al hecho de que el marco legal para prevenir ese fenómeno social no nos ayuda mucho.