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Francia y Bélgica lo rescatan con la creación de un bad bank que asume activos riesgosos

Dexia, primer banco que cae por la crisis de deuda en Europa

Los mercados reaccionaron de inmediato, y las acciones perdieron más de un cuarto de valor

Había asumido pérdidas por 338 millones de euros por el descuento en el débito de Grecia

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El ministro belga de Energía, Paul Magnette, tras una reunión del grupo francobelga Dexia en Bruselas. Tanto Francia como Bélgica están dispuestas a aportar una garantía para financiar a Dexia, afirmó el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, al anunciar una reunión de urgencia del gobierno en la noche del martesFoto Reuters
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Logotipo del banco francobelga Dexia en BruselasFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de octubre de 2011, p. 26

París, 4 de octubre. Francia y Bélgica salieron al rescate del banco francobelga Dexia, al borde de la asfixia, lo que lo convertiría en la primera entidad europea víctima de la crisis de la deuda y en el primero en ser objeto de este tipo de acción gubernamental.

Pese a una restructuración a marchas forzadas durante 2010 bajo el impulso de la Comisión Europea, Dexia fue alcanzado por la crisis de la deuda.

Con demasiados activos, demasiados préstamos a largo plazo y muy pocos depósitos, la reacción de los mercados fue contundente el martes: en menos de 20 minutos las acciones de Daxia perdieron más de un tercio de su valor a la apertura de la bolsa de París.

El gobierno belga anunció el martes por la noche que aprobó la creación de un bad bank (banco malo) que reunirá los activos financieros riesgosos de Dexia, en proceso de desmantelamiento.

Coaccionistas del banco, Francia y Bélgica salieron al paso para tratar de tranquilizar a los alocados mercados, y aseguraron que garantizarán con sus bancos centrales los depósitos y los préstamos del grupo hasta la liquidación que se prepara.

Los estados belga y francés responderán presentes como en 2008 durante la crisis financiera, aseguró en Luxemburgo el ministro francés de finanzas, Fracois Baroin, después de que las acciones del banco perdieron un cuarto de su valor.

Baroin no se manifestó por inyectar nuevos recursos a la institución, y estimó que la crisis que atraviesa Dexia es una réplica de la gran crisis de 2008.

La entidad financiera, que daba crédito a miles de poblaciones francesas y que necesitó ayuda en la crisis financiera de 2008 para salir de la bancarrota, verá cómo su división financiera municipal francesa se escinde y queda bajo la protección de bancos gubernamentales.

Hubo un acuerdo (en el gobierno belga) para aislar las cargas del pasado: que gozaría, en caso de ser necesario, del otorgamiento de garantías de los estados belga y francés para asegurar la actividad de Dexia Banque Belgique, declaró el primer ministro belga, Yves Leterme, tras una reunión de sus principales ministros.

El plan de rescate prevé una división probablemente mayor con la venta de los activos sanos, así como la creación de un banco apoyado por el Estado con los activos tóxicos. En su comunicado, Dexia dejó entrever que iba a aislar fuera de su perímetro la cartera con 95 mil millones de euros de activos de riesgo que trata de sacarse de encima desde hace años y que pesa estructuralmente en el grupo.

Dexia había asumido pérdidas por 338 millones de euros para cubrir el 21 por ciento de descuento en la deuda griega acordado por inversionistas privados. No obstante, se dispone a perder más si los ministros de finanzas europeos deciden que los bancos asuman mayores pérdidas de las que han acordado aceptar, como se está discutiendo.

“Tenemos que poner todas las partes peligrosas fuera del banco. Es ahí donde entrarán en juego las garantías del Estado, es lo que se llama un ‘banco malo”’, informó el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, tras un comunicado francobelga.

Interrogado sobre la forma que podría adoptar el apoyo de París y de Bruselas, Reynders respondió que las ayudas financieras pasan por garantías, recapitalización, préstamos, y que todo dependerá del esquema presentado por la dirección de Dexia.

Afectado en las últimas semanas por su fuerte exposición a Grecia y los problemas para acceder a fondos al por mayor, Dexia vio cómo sus acciones cayeron hasta 28 por ciento, mínimo histórico, conforme se desplomaba la confianza en el grupo.

Básicamente, nos estamos acercando hacia una nacionalización por la puerta de atrás, opinó un analista con sede en Londres, que habló bajo condición de mantener el anonimato. Todo lo que está sucediendo ahora es sólo un caso de cómo se divide la tarta, pero en realidad toda la tarta va hacia el Estado, de hecho.

El economista jefe de ING en la eurozona, Peter Vanden Houte, mencionó que si la intervención estatal se limita a garantías, las finanzas francesas y belgas no deberían verse muy afectadas.

Francia, accionista de Dexia, trabajaba para escindir la división local de préstamos a ayuntamientos galos y combinarlo con las entidades estatales Caisse des Depots y Banque Postale, precisó un senador del partido de centroderecha del presidente Nicolás Sarkozy.

El plan pondría fin a la fusión que en 1996 unió al banco belga y al francés, ambos centrados en préstamos a las autoridades locales públicas.

Los inversionistas no se consolaron con las garantías públicas. Las acciones de Dexia cerraron con una baja de 22.5 por ciento a 1.080 euros, tras haberse derrumbado 38 por ciento, a un mínimo de 0.81 euros durante el día.

Reacción sindical

Un sindicato belga dijo que unos 150 de un total de 400 puestos de trabajo están en peligro por los planes de disolver el holding. El conjunto del grupo Dexia está en venta, indicó Jean-Michel Cappoen, responsable sindical belga, al término de una reunión de representantes de la dirección y del personal del banco en Bruselas.

Es el fin del camino (...) Los empleados están preocupados, resumió Pascal Cardineaud, representante del sindicato francés CFDT al comité de empresa europeo de Dexia. Desconocemos los impactos sociales, subrayó, y criticó a los dirigentes por no revelar información.

Según el diario francés Le Figaro, Dexia debería ceder su filial turca Denizbank, las actividades de gestión de activos del banco privado así como de la filial del banco al por menor en Bélgica, apoyada en el viejo Crédit Comunal de Bélgica. En cuanto a la cartera de préstamos a las comunidades locales en Francia, que pesan cerca de 70 mil millones de euros, será absorbida por una sociedad creada por la Caisse de Dépôts y el Banco Postal.

Ambas entidades ya trabajaban en la recuperación de las actividades de Dexia, según fuentes cercanas. No hay razones para mayor preocupación sobre este grupo si se acelera la cesión de activos, aseguró por su parte Reynders, quien rechazó hablar de desmantelamiento. Se va hacia un refuerzo de la actividad bancaria, es el objetivo, afirmó.