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El grupo islamita Al Shabab, milicia aliada de Al Qaeda, se adjudica el ataque suicida

Atentado en la capital somalí deja al menos 70 muertos y 150 heridos

Jóvenes estudiantes que hacían fila, el objetivo; también fallecen soldados, funcionarios y varios civiles

El bombazo más mortífero de los últimos años en Mogadiscio, condenado por la comunidad mundial

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Soldados, rescatistas y civiles somalíes retiran heridos del complejo oficial de cuatro ministerios en la ciudad de MogadiscioFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de octubre de 2011, p. 32

Mogadiscio, 4 de octubre. Más de 70 personas murieron y otras 150 resultaron heridas hoy en un atentado con explosivos en el corazón de esta ciudad, en el ataque más mortífero de los últimos años en la capital de Somalia, acción que se adjudicó el grupo islamita Al Shabab, milicia vinculada con Al Qaeda que hace dos meses había sido expulsada de la ciudad.

Estados Unidos condenó enérgicamente el atentado ante el total desprecio por la vida que demuestra el grupo atacante, en tanto que Gran Bretaña lo calificó de insensible y Francia dijo que este hecho es un vil atentado terrorista, y reafirmó su apoyo al gobierno somalí de transición respaldado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó el ataque del grupo islamita como repugnante.

Al Shabab reivindicó la responsabilidad del ataque suicida en un cruce frente al Ministerio de Educación, que resultó en la muerte de más de 70 personas y 150 heridos, en su mayoría jóvenes estudiantes, dijo el presidente Sharif Sheikh Ahmed en una declaración de condena.

Mientras tanto, la Unión Africana dijo que el saldo podría ser hasta de 100 muertos.

Se trató de un ataque suicida efectuado mediante un camión repleto de explosivos que ingresó al complejo oficial en Mogadiscio, de acuerdo con testigos, y que tuvo como objetivo cuatro ministerios que funcionaban allí. El complejo ministerial resultó gravemente dañado y varios vehículos estacionados en las inmediaciones se incendiaron.

El edificio está ubicado en un empalme conocido como K4 (Kilómetro 4), uno de los principales cruces de la ciudad que lleva al aeropuerto donde está destacada una fuerza militar de paz de la Unión Africana (Amisom), que consta de unos 9 mil efectivos en apoyo a la estabilidad de la nación del cuerno de África y de su gobierno de transición.

Es el primer atentado en Mogadiscio desde el 6 de agosto, cuando los shebabs fueron obligados a abandonar la ciudad tras una ofensiva lanzada desde febrero por las tropas gubernamentales apoyadas por la fuerza de la Amisom y el aval de Occidente. Desde entonces, los rebeldes han lanzado varios contrataques y ahora desmoronaron la zona de seguridad en el centro de la capital.

Los shebabs reivindicaron de inmediato el atentado. “Uno de nuestros mujaidines (combatientes) se sacrificó para matar a responsables del gobierno federal de transición, a soldados de la Unión Africana y a informadores que se encontraban en el recinto” del edificio gubernamental, declaró por teléfono a la Afp un responsable del grupo que no se identificó.

Los anteriores y más mortíferos atentados en Mogadiscio habían provocado 21 muertos en la sede de la Amisom, en septiembre de 2009, y 33 muertos en agosto de 2010. Los shebabs también reivindicaron un doble atentado que dejó 76 muertos en julio de 2010 en la capital ugandesa de Kampala, su primera acción fuera de Somalia.

El atentado de hoy ocurrió cuando estudiantes hacían fila delante del edificio para obtener becas otorgadas por Sudán y Turquía, dijo una fuente local. Entre las víctimas también había soldados, funcionarios y otros civiles. Pero otra fuente de Shabab justificó que atacó a los jóvenes que iban a ser llevados a Sudán para ser entrenados como espías.

El gobierno de Turquía prometió una ayuda importante a Somalia devastada por la guerra civil que dura desde hace 20 años, y desde hace varios meses por una sequía que ha dejado varias decenas de miles de muertos.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, fue en agosto pasado el primer jefe de un gobierno extranjero que viajó a Mogadiscio desde el comienzo de la guerra civil, en 1991.

A raíz del conflicto no ha habido un gobierno central estable, y el actual de transición sólo controla pequeños sectores de la nación desgarrada por la guerra civil y cuyos habitantes padecen la más grave hambruna de los últimos 60 años. En contrapartida, los rebeldes, que buscan derrocar al gobierno, controlan grandes sectores del sur y el centro de Somalia.

Es evidente que no tienen interés alguno por el pueblo somalí, y el mundo debe saber que son los shebabs quienes impiden la llegada de ayuda humanitaria a las víctimas de la hambruna en Somalia, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.

Estados Unidos impuso en 2008 sanciones contra la milicia rebelde, al prohibir suministrarle cualquier forma de apoyo. Pero en agosto de 2011, Washington decidió no perseguir a las organizaciones humanitarias que trabajan con los shebabs para poder distribuir los alimentos, una medida destinada a luchar contra la hambruna en la región.

En Somalia hay unas 750 mil personas amenazadas de muerte, especialmente niños, advirtió este martes en Ginebra la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Suman unos 450 mil niños con malnutrición aguda y entre ellos unos 200 mil están en riesgo fatal si la ayuda no llega pronto, según estimaciones del organismo.

Más tarde, el Consejo de Seguridad de la ONU emitió una condena en los términos más firmes. Señaló que el terrorismo es criminal e injustificable, cualquiera sean las motivaciones.