jornada


letraese

Número 183
Jueves 6 de Octubre
de 2011



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

opiniom


Católicas por el Derecho a Decidir

¿Qué nos queda después de la resolución de la SCJN?

En Católicas por el Derecho a Decidir, celebramos que siete de los once Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se hayan pronunciado a favor de los derechos humanos de las mujeres, durante las discusiones relacionadas con las reformas constitucionales estatales que protegen la vida desde el momento de la concepción en Baja California y San Luis Potosí.
Consideramos importante destacar la explicación de la Ministra Olga Sánchez Cordero, en el sentido de que la SCJN no emitió realmente una resolución sobre la constitucionalidad de las leyes antiaborto en San Luis Potosí y Baja California: “En el tema la Corte no resolvió, no hay resolución, simplemente hay una desestimación de la acción, pero la SCJN no se pronunció sobre la validez o sobre la invalidez, sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad” de las reforma, es decir no hay triunfo, para decirlo en términos muy llanos, de ninguna de las dos posiciones; simplemente la Corte archiva el asunto. Esta situación permitirá a las mujeres que sientan vulnerados sus derechos recurrir al amparo.
Sin embargo, la jerarquía de la Iglesia católica y los fundamentalistas de derecha aprovecharon la discusión y no escatimaron recursos para hacerle creer a la opinión pública que habían salido victoriosos en esta batalla legal. De lo que se trata, creemos nosotras, es que se reconozca que el aborto es un tema de derechos humanos, de dignidad y autonomía. Ninguna mujer puede ser forzada, bajo el peso de argumentos religiosos, morales o de cualquier otra índole, a cursar un embarazo y asumir una maternidad que no ha elegido. Tener hijos/hijas, o no tenerlos, siempre debe constituir una práctica de libertad, nunca de imposición.
En todo caso, la Corte reafirmó que ningún derecho es absoluto y que si bien debe protegerse la vida prenatal, dicha protección no puede ir en contra de los derechos de las mujeres. Hubo consenso en que la libertad de los estados para regular la protección de la vida en gestación no puede contravenir ni restringir derechos ya reconocidos en la Constitución Federal y los tratados internacionales de derechos humanos. Con ello, la mayoría de los Ministros de la Corte consideró que la protección de la vida prenatal debe ser compatible con los derechos de las mujeres. Esperamos que éste sea el espíritu que prevalezca en la interpretación de las reformas constitucionales y en la actuación de las autoridades tanto de salud como de procuración de justicia.
Sin embargo, en sus desesperados intentos por continuar imponiendo su agenda moral conservadora, la jerarquía católica pasa por encima de la evidencia científica, de las leyes mexicanas y del Estado laico. Asimismo, ignora deliberadamente sus mismos preceptos, pues el Código de Derecho Canónico, la ley interna de esta Iglesia, acepta misericordiosamente circunstancias en las cuales las mujeres que recurren al aborto no pueden ser excomulgadas.
Lamentamos que quienes dicen defender la vida, utilicen el recurso de la descalificación y la agresión hacia quienes desempeñan su labor apegados a derecho, como lo hizo el Ministro Franco. Lamentamos la indebida injerencia del ejecutivo federal y de la jerarquía Católica Que llegó al extremo de aludir al Papa para presionar a los Ministros, desconociendo una vez más su profesionalismo y probidad moral.
De igual forma, reconocemos nuevamente la congruencia y el valor de los ministros Fernando Franco, Sánchez Cordero, Cossío Díaz, Zaldívar Lelo de Larrea, Silva Meza, Valls Hernández y Aguilar Morales, quienes supieron ponerse por encima de amenazas e insultos, y reafirmaron su compromiso con los derechos humanos de las mujeres.
Hacemos un llamado a la feligresía católica, a la ciudadanía consciente, a tomadores de decisión, para que no permitamos que estos intentos de vulnerar nuestros derechos sigan teniendo cauce en un país herido por la violencia y la desesperanza.

Las mujeres deciden, la sociedad respeta, el estado garantiza y las iglesias no intervienen

 

 


S U B I R