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Se agotó la vía de negociación diplomática con Washington, considera el gobierno ruso

El Kremlin evalúa una respuesta militar al escudo antimisiles de EU en Europa
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 6 de octubre de 2011, p. 27

Moscú, 5 de octubre. El Kremlin, convencido de que ya se agotó la vía de negociación diplomática, sopesa cuándo comenzar a instrumentar una respuesta militar a la decisión de Estados Unidos de instalar componentes de su sistema de defensa antimisiles en Europa, sobre todo en Turquía y Rumania, el cual deberá estar completado, según los planes de Washington, hacia 2018.

Ya nadie espera aquí que Estados Unidos o, como grupo de países, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), den marcha atrás en su rechazo definitivo, formalizado a comienzos de julio pasado, de la propuesta rusa de crear un escudo conjunto.

Tampoco se cree posible ya que Estados Unidos o la OTAN ofrezcan por escrito, en un documento jurídicamente vinculante, garantías de que los interceptores en Rumania y la estación de radares en Turquía no se usarán para contener el arsenal nuclear ruso.

Rusia pondrá en servicio operativo –antes del siguiente primero de diciembre–, una estación de radares cerca de Kaliningrado y otra similar en Irkutsk, capaces de detectar ataques con misiles, confirmó ayer Oleg Ostapenko, comandante en jefe de las fuerzas del espacio rusas.

Pero son medidas de corte defensivo y lo que realmente irrita al Kremlin es que el escudo estadunidense pueda interceptar misiles rusos, con lo cual se rompería el equilibrio estratégico que, basado en la disuasión recíproca, se mantiene desde el periodo de la guerra fría.

En realidad, para Moscú sólo queda una respuesta militar que neutralice ese riesgo. Por ejemplo, diseñar y fabricar misiles que pudieran eludir los sistemas de detección estadunidenses.

Eso, que equivaldría a meterse de lleno en una nueva carrera armamentista, significaría asumir públicamente que se está dispuesto a destinar mucho más dinero que el ya presupuestado para el gasto de defensa.

Hacerlo ahora, en tiempos para promesas electorales más tangibles para la gente, podría restar votos al candidato oficialista a la Presidencia, obviamente el primer ministro Vladimir Putin.

Y además Putin, quien nunca dejó de ser el eslabón fuerte del tándem gobernante que integra con Dimitri Medvediev, y ahora sólo vuelve a poner las piezas en su lugar, quisiera ser el jefe de Estado ruso que se asocie con la respuesta al escudo.

Por lo mismo, todo indica que no habrá grandes anuncios en materia de gasto militar antes de que Putin asuma de nuevo la Presidencia en Rusia, es decir, no antes del 7 de mayo de 2012.

Mientras tanto, como forma de presión adicional, en conversaciones en corto –como las que está celebrando en Bruselas el ministro ruso de Defensa, Anatoli Serdiukov con su homólogo estadunidense, Leon Panetta–, se insinúa la posibilidad de que el presidente de Rusia podría no asistir a la reunión Rusia-OTAN, prevista para mayo de 2012 en Chicago, en señal de protesta por el fracaso de las negociaciones.

En este contexto de creciente distanciamiento en materia de defensa antimisiles –con cada vez más países europeos sumándose al escudo estadunidense–, sorprende la visión optimista del embajador saliente de EU en Rusia, John Beyrle.

El diplomático declaró hace poco al diario ruso Kommersant que está convencido de que, en mayo próximo, tendremos un acuerdo sobre defensa antimisiles entre Rusia y la alianza (noratlántica).

Porque, explicó, un acuerdo de cooperación en mayo daría un gran impulso a la relación bilateral y establecería un tono positivo al comienzo de lo que probablemente sea un nuevo mandato presidencial de Vladimir Putin.