Acapulco, Gro., 8 de octubre. El paso vehicular que une al poblado de La Sabana con la colonia Las Plazuelas, cumplió más de dos meses cerrado, debido a la falta de planeación y errores en su cimentación, pues no soportó la última temporada de lluvias, lo cual afecta a unas 4 mil personas, quienes deben utilizar la vía que comunica la carretera Acapulco-Pinotepa Nacional con el crucero del Cayaco, tramo que representa tres veces la distancia normal para llegar a La Sabana.

Habitantes de esa zona rural, relataron que desde la edificación de la estructura, construida durante el periodo del ex alcalde perredista Alberto López Rosas (2002-2005), existen problemas pues, debajo del puente fluye el río La Sabana y cuando llueve con intensidad, se inundan las viviendas ubicadas en la calle principal, donde el nivel del agua y lodo alcanza hasta un metro de altura.

Durante la administración del ex gobernador perredista Zeferino Torreblanca Galindo (2005-2011), se invirtieron 6 millones de pesos para pavimentar y renovar el camino de Las Plazuelas, pero el puente, que tiene accesos empinados y donde únicamente puede circular un vehículo a la vez, no fue considerado.

En abril de 2010, Torreblanca Galindo inauguró el nuevo camino de Las Plazuelas, que supuestamente incluía 2.5 kilómetros lineales de pavimentación, además de terraplenes y obras complementarias de drenaje y agua potable, aunque el puente se encuentra inservible.

Los habitantes ahora deben esperar por tiempo indefinido que las obras, que fueron retomadas por el gobierno municipal, sean concluidas, aunque éstas avanzan con ritmo lento y se encuentran prácticamente abandonadas.

El comisario municipal de Las Plazuelas, Carlos Cruz Zacapala, lamentó que el acceso se encuentre bloqueado, pues los vehículos no pueden transitar, mientras que los niños y sus madres deben cruzar el curso del río. Subrayó que colonias y poblados como San Isidro Gallinero y El Salto se encuentran parcialmente incomunicadas.

En una de las viviendas cercanas al puente, se observa un anuncio en el que se ofrecen terrenos de 150 metros cuadrados con 10 mil pesos de enganche, pues los predios no se encuentran ocupados, ya que la zona, rodeada por enormes extensiones abandonadas de matorrales y bancos de arena, es usada por grupos delincuenciales para esconderse y abandonar cadáveres.