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La dependencia no cuenta con recursos específicos, pero tiene la buena voluntad de servir

Sin fondo para reparación del daño labora ya la Procuraduría de Atención a Víctimas

Está enfocada a personas que han sido secuestradas o que su familiar fue asesinado o desaparecido

 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de octubre de 2011, p. 8

En su primer día de trabajo como titular de la Procuraduría Social de Atención a Víctimas del Delito (Pro-Víctima), Sara Irene Herrerías Guerra señala que la prioridad de este nuevo organismo es atender la violencia extrema, esto es, hacer una labor de atención y acompañamiento a quienes han sufrido un secuestro o a familiares de desaparecidos o asesinados.

La tarea es brindar apoyo médico, sicológico, legal, de trabajo social y de acompañamiento, con los mismos recursos de la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, porque por ahora no hay presupuesto propio y tampoco un fondo para la reparación del daño.

Atención inmediata, atención, fue la orden que recibieron del presidente Felipe Calderón.

La construcción de Pro-Víctima se realizó con premura. En unos cuantos días fueron instaladas las oficinas de la nueva instancia, en un inmueble ubicado en la colonia Del Valle; se habilitó un call center y, en bloque, se trajo de las dependencias citadas a sicólogos, médicos y abogados.

Por lo menos en su primer día de labores, la nueva procuraduría que prometió el presidente Calderón en su quinto Informe de gobierno, como alternativa ante la creciente violencia y los daños colaterales, sólo tiene buena voluntad de servir, porque no tiene recursos específicos e incluso aún no ponen las líneas telefónicas a las oficinas.

Una problemática que deberán enfrentar será la logística, porque si bien en el call center se dará atención de primera instancia, el segundo paso es dar una cita a la víctima u ofendido del delito. Aunque no se ha definido lo que procederá, otra vez, con el factor dinero, cuando la víctima viva, por ejemplo, en Tijuana o Yucatán.

Otro punto será la gestión con las procuradurías estatales, donde suelen atorarse los casos y, según testimonios de víctimas o familiares de desaparecidos, los agentes ministeriales no investigan y se pierde tiempo valioso para reconstruir las historias y acumular pistas.

Aquí una breve entrevista que concedió Herrerías Guerra, hasta el jueves pasado fiscal especial para delitos de violencia contra mujeres y trata de personas:

–¿Cuáles son los primeros pasos que dará esta procuraduría?

–Esta procuraduría fue creada para dar atención integral a las víctimas y para que el ciudadano no tenga que estar tocando puertas para ser atendido, sino concentrar todas las instancias de atención a escala federal. Lo que queremos es dar una respuesta a las personas que vengan, y darles una solución en asesoría legal, atención sicológica y orientación de trabajo social. También acompañarlos en la búsqueda de personas desaparecidas.

Una de las primeras acciones será este seguimiento de las distintas instituciones que se unieron a esta procuraduría, seguir sus planes de trabajo con la atención que ya daban, pero de forma eficiente.

–¿Qué diagnóstico hay sobre cuántas personas podrían estar en situación de indefensión y los expedientes de sus casos van de un escritorio a otro?

–No tenemos cifras exactas de cuántas personas están en esa situación, pero sí se estaba dando un seguimiento de las distintas unidades de atención a víctimas, como las de la PGR y SSP, de acuerdo con las personas que nos solicitaron estos servicios, y también del área de atención ciudadana de la Presidencia.

Estamos abiertos a recibir a cualquier persona, pero la dependencia está orientada a las víctimas de esta violencia extrema, en quienes nos queremos concentrar. En caso de otro tipo de violencia, acompañarlas al fuero común, ayudarlas para que les den el servicio que se debe.

–¿Qué entiende como violencia extrema?

–La que padecen personas que han sido secuestradas o que algún familiar haya sido víctima de homicidio o de desaparición forzada. Queremos resolver problemas.