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Bajo la Lupa

El otancidio global y su próxima guerra contra Siria, vistos desde China

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Soldados estadunidenses resguardan el lugar en que fue detonado un auto bomba contra un convoy militar de la OTAN, el sábado pasado en los suburbios de Kabul, con saldo de 18 muertosFoto Ap
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partir del colapso de la URSS en 1991, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) –anteriormente a la defensiva frente a las disuasivas bombas nucleares soviéticas– ha pasado a una brutal ofensiva militar multivectorial: desde los Balcanes, pasando por Medio Oriente (Irak) hasta el subcontinente indio (Afganistán y Pakistán).

A su década sanguinariamente irredentista, el otancidio global ha agregado una guerra más en Libia, lo cual presagia otras operaciones bélicas en África, mientras se alista a intervenir en Siria para proceder a un cambio de régimen y, sobre todo, a diluir el triunfo de Irán tanto en Irak como en Afganistán, donde no salió bien librado Estados Unidos (EU), el verdadero líder de la OTAN.

Una guerra de la OTAN contra Siria, además de beneficiar a Israel, afecta, en un primer plano, a Irán (el mayor aliado del régimen sirio) y, en un segundo plano, daña los intereses de Rusia y China en el tablero de ajedrez eurasiático.

Siria se encuentra al final de una línea horizontal geográfica que empieza en Afganistán/Pakistán prosigue por Irán/Irak y desemboca en la parte oriental del mar Mediterráneo: la mayor placa tectónica del planeta exquisitamente geopolítica, donde se confrontan los intereses singulares de la OTAN (a la ofensiva) contra Rusia y China (a la defensiva).

El destino de Siria alcanzó su bifurcación geopolítica: el cambio de régimen, necesariamente militar con la enésima intervención de la OTAN en Eurasia (y Noráfrica); o bien, las inevitables reformas –con la incorporación de la oposición democrática a la estructura gubernamental, siempre y cuando preserve la reverencia a sus relevantes minorías (cristianos, kurdos, drusos y alawitas)– que anhelan Rusia, China y hasta Irán con el fin de evitar que otras flamas bélicas se acerquen a sus fronteras respectivas (de por sí incandescentes).

De allí que la postura china, después de la guerra en Libia (donde la OTAN le tomó literalmente el pelo a Rusia y a China), sea más proactiva que de costumbre.

Un editorial del rotativo People’s Daily (27/10/11), portavoz oficioso del gobernante Partido Comunista de China, explora la probabilidad de una guerra contra Siria por la OTAN, lo cual significa, a su juicio, un juego de alto riesgo para EU.

Comenta en forma ominosa que el retiro mutuo de los embajadores de EU y Siria, y los recientes cambios situacionales, prueban que Siria será la siguiente Libia, ya que el antagonismo entre ambos se ha intensificado a raíz del barbárico asesinato de Kaddafi– con sodomización y doble bendición tanto de la OTAN como de su instrumento el Tribunal Penal Internacional, al que, curiosamente, no reconocen EU ni China, lo cual le niega su legitimidad, pero no su elevado grado canallesco.

La escalada es preocupante, a juicio del rotativo chino, que refiere el caso perturbador de John McCain, fallido candidato presidencial y hoy senador ultrabelicoso del Partido Republicano –no se olvida su bailoteo grotesco cantando Bombardear, bombardear Irán para complacer a sus donadores del sionismo financierista jázaro que controlan Wall Street–, quien embriagado por el triunfo militar de la OTAN en Libia sentenció que Siria se encontraba en la mira militar del Pentágono.

Peor aún (como dato cultural personal adicional): McCain amenazó al premier ruso, Vlady Putin, de ser candidato a seguir la suerte de Kaddafi. ¡Uf!

¿Busca McCain una tercera guerra mundial que anhela el sionismo financierista jázaro para intentar rescatar a la barbárica globalización de su agonía?

Según el rotativo chino, cabe inferir que Bashar Assad será el próximo Kaddafi con base en la presente situación que enfrenta Siria, incluyendo sanciones e intimidaciones de EU, Gran Bretaña, Francia y otros países y los preparados (sic) rebeldes sirios.

A mi juicio, el hasta hoy exitoso modelo Bengasi, montado por la OTAN –dotación financiera y militar a los insurgentes, creación de un banco central paralelo sometido a la anglósfera, además de una resolución permisiva del Consejo de Seguridad de la ONU–, en esta ocasión aplicado contra Siria ha sido transitoriamente descarrilado por el inusitado doble veto de Rusia y China (cuando un solo veto bastaba).

Según el rotativo chino, “Siria no posee los mismos recursos naturales que Libia, pero es importante por su posición geográfica estratégica (sic), por lo que si Occidente (sic) lanza una guerra contra Siria, probablemente tendrá que pagar un precio mucho mayor del que pagó por la guerra contra Libia. Advierte que en el caso de Siria la guerra probablemente se convierta en el detonador y conduzca al entero (¡supersic!) Medio Oriente a un caos irremediable (sic).

De allí proviene la percepción china de que la guerra de Occidente contra Siria signifique una apuesta elevada cuando es incierto (sic) que Occidente gane o pierda. ¡Cómo! ¿Para los estrategas chinos no está asegurada la victoria de la OTAN contra la relativamente frágil Siria?

Aportan una cifra poco manejada en Occidente sobre el número de muertos en Libia: ¡30 mil! (en sólo seis meses es una enormidad). ¿Pues no se trataba de una guerra humanitaria: la famosa Responsabilidad para Proteger, la nueva doctrina seudohumanista de la OTAN en la etapa de Obama?

El rotativo chino aduce que en el caso de Siria el número de muertos y heridos sería infinitamente superior. Quizá de eso trata la limpieza selectivamente étnica de la OTAN.

Juzga que el linchamiento y asesinato de Kaddafi quizá haya endurecido más a Assad y haya orillado a que otros países vean de ahora en adelante la situación bajo un nuevo prisma. En efecto, nada menos que Dmitri Rogozine, embajador de Rusia ante la OTAN, fustigó el sadismo infantil practicado por la OTAN en el asesinato de Kaddafi (Russia Today, 21/10/11).

El editorial chino considera que Siria es militarmente más poderosa que Libia y sorprendentemente la coloca como la más fuerte del mundo árabe. Tenía entendido que Egipto era la principal potencia militar árabe, que además goza de una sustancial ayuda militar anual del Pentágono. Quizá los chinos sepan más de la cuenta.

Más: el editorial de marras considera que Bashar Assad puede optar por el movimiento desesperado para atacar a Israel y refiere recientes movimientos inusitados en la frontera con el Estado hebreo, reportados por The Jerusalem Post, que pueden colocar misiles sirios de largo alcance en la trasfrontera. Según la propaganda de Israel, que no necesita justificaciones para emprender sus operaciones bélicas, una guerra de Siria distraería la atención doméstica e internacional.

Para el texto chino, si Occidente lanza una guerra contra Siria, Assad puede disparar sus misiles a Israel, lo cual sumirá al entero (sic) Medio Oriente en un caos todavía mayor. Revela que Bashar, en una reunión con el canciller turco, amenazó que inundaría a Israel con misiles, si la OTAN o EU (sic) atacan a Siria.

Concluye el rotativo que en las circunstancias presentes (sic), una guerra contra Siria le costará muy caro a Occidente, lo cual sería un movimiento imprudente y una apuesta muy riesgosa. ¿Quién más puede detener el otanicidio global, de no ser Rusia y China?