La crisis financiera y económica actual es tan grave como la Gran Depresión iniciada en 1929 en Estados Unidos, una crisis del sistema capitalista mundial, por lo cual hoy también es necesario un New Deal (Nuevo trato, que buscaba relanzar la economía y cierto apoyo a los sectores más empobrecidos), dijo Hans Modrow, considerado un dirigente histórico de la izquierda alemana.

Modrow (1928) –último primer ministro de la República Democrática Alemana (RDA), cargo que asumió durante unos meses, apenas cuatro días después de la caída del Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989) para encabezar las reformas que se venían encima– participó en una mesa del encuentro Exilio en México y Antifascismo, realizado en el Museo Casa de León Trotsky.

Durante la lectura de su ponencia Exilio y política, Modrow recordó que tras la generalización del terror de las potencias del eje Alemania-Italia-Japón, muchos ciudadanos de diversas ideologías tuvieron que salir de Europa y refugiarse y seguir su lucha antifascista en otros países, en particular de América Latina y en especial México.

Diputado del Bundestag y también eurodiputado en los años posteriores a la reunificación, una de las líneas de trabajo político de Modrow, presidente de honor del Partido de la Izquierda alemán, ha sido el vínculo con movimientos progresistas, en particular de Latinoamérica.

Desde ninguna otra parte en la Tierra ha llegado hoy en día un llamado tan claro, y poco a poco cada vez más sostenido, por un socialismo en el siglo XXI como de América Latina. Así que tampoco es por pura casualidad que el lema Otro mundo es posible saliera de un foro social mundial celebrado en esta región.

En la mesa participaron además de Modrow las investigadoras Olivia Díaz Pérez, de la Universidad de Guadalajara, y Leticia Calderón, del Instituto Mora, moderados por Torge Löding, director para América Latina de la Fundación Rosa Luxemburgo, también organizadora junto con el Instituto de Investigaciones Interculturales Germano-Mexicanas.

Tras mencionar el activismo antifascista de los escritores alemanes Bodo Ushe, Anna Seghers y Ludwig Renn, quienes estuvieron exiliados varios años en México y de quienes el narrador Paco Ignacio Taibo II acaba de publicar la antología El exilio rojo, Hans Modrow vinculó de nuevo las experiencias del pasado con la crisis económica mundial del presente, ahora desde los riesgos del militarismo:

“No debe pasarse por alto que también hoy en día el desempleo y la inseguridad social fomentan la disposición a prestar servicio militar. La cantidad de soldados provenientes del este de Alemania y desplegados (hoy) en Afganistán es desproporcionadamente alta.

En el este de Alemania el desempleo medio es dos veces más alto que en la parte oeste. Y la canciller (actual, Angela Merkel) llama a honrar a los que perdieron su vida ahí, pues se nos dice que defienden nuestros intereses.

Tras recordar que miles de refugiados de diversos países –entre ellos brigadistas internacionales que habían luchado contra el fascismo y el franquismo– pudieron salir desde Francia hacia México, recordó que el presidente Lázaro Cárdenas había roto relaciones diplomáticas con la Alemania de Hitler y dado instrucciones al cónsul en Francia Gilberto Bosques para ayudar a salvarlos.

Quiero agradecer profundamente esa acción histórica, dijo, y agregó que las oportunidades que se ofrecían con México se volvieron muy importantes. Se pude decir que la ciudad de México se convirtió en el centro político más importante del movimiento antifascista, aparte de Moscú.

Aunque no hay datos exactos, dijo que se puede señalar que en 1942-43 unos cien comunistas estuvieron exiliados en México, y de ellos 70 por ciento fueron compañeros y compañeras judíos.

Modrow mencionó diversas instancias de organización creadas en el exilio mexicano, como el movimiento Alemania Libre, encabezado por Renn y de importancia para toda la región latinoamericana, y el Club Heinrich Heine, encabezado en un momento dado por Anna Seghers.