Mundo
Ver día anteriorDomingo 13 de noviembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Il Cavaliere presentó su dimisión al presidente Napolitano, quien la aceptó de inmediato

Acaba la era Berlusconi en Italia; el escándalo marcó sus últimos años

Manifestantes festejan en las calles de Roma y exigen que el magnate sea encarcelado

Foto
El premier italiano, Silvio Berlusconi (izquierda), y su ministro de Finanzas, Giulio Tremonti, ante la Cámara de Diputados, ayer en Roma, antes de que cientos de manifestantes, al grito de ¡Dimisión, dimisión! (imagen de la derecha), se concentraran frente al palacio presidencial en la capital italiana para celebrar la salida del gobernanteFoto Ap y Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de noviembre de 2011, p. 20

Roma, 12 de noviembre. El magnate de las comunicaciones y primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, renunció este sábado a su cargo poniendo fin a una vida política de casi 18 años marcada por los escándalos sexuales y judiciales, mientras una muchedumbre lo despidió por las calles de Roma con abucheos, insultos y reclamos de juicio y cárcel.

Berlusconi presentó su dimisión al presidente de la república, Giorgio Napolitano, quien la aceptó de inmediato, después de que el Parlamento aprobó las reformas exigidas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para restablecer la confianza del mercado en las finanzas públicas y salvar al país de la quiebra económica.

Cientos de manifestantes se congregaron frente al Parlamento y el Palacio del Quirinale, sede de la presidencia, para celebrar el adiós al premier, quien dijo sentirse dolido por los abucheos y silbidos. Es algo que me ha dolido profundamente, declaró rodeado por miembros de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), antes de hacer efectiva su dimisión.

¡Payaso!, ¡Payaso!, ¡A la cárcel!, ¡Juicio, juicio!, gritaba la muchedumbre, que según medios de prensa llegó a lanzar monedas al paso de su automóvil y pedía que fuera juzgado por sus numerosos líos judiciales. Entre las pancartas artesanales destacaban aquellas que rezaban “¡Bye-bye, Silvio!” o que simplemente llevaban escrito una palabra: ¡Desaparece! y ¡Por fin!

Izando banderas de Italia, los manifestantes festejaban para despedir una era marcada por los escándalos y la crisis económica, luego de tres periodos como premier de Berlusconi, que comenzó el primero en 1994. Un concierto de bocinas estalló, con cantos como de estadio y el destape de botellas de champaña en honor del adiós del multimillonario político.

Es como el día de la liberación, confesó emocionado Pierluigi Bersani, líder de la mayor formación de izquierda, el Partido Democrático (PD).

Italia tuvo que acelerar el ritmo esta semana para aprobar el paquete de medidas exigidas por sus socios europeos, ante el riesgo de que una economía en ruinas derribe al país, la tercera economía de la eurozona, con una deuda de 1.9 billones de euros (120 por ciento del PIB).

La economía italiana se acercó esta semana a un desastre cuando los rendimientos de los bonos a 10 años aumentaron sobre 7.6 por ciento, nivel que llevó a Irlanda, Portugal y Grecia a buscar un rescate internacional.

Hoy se cierra una larga y dolorosa página de nuestra historia, clamó Dario Franceschini, en la Cámara de Diputados, poco antes de la votación. “Mañana –dijo– se inicia una nueva era, se voltea la página, comenzamos de cero. Tenemos que reconstruir de sus cenizas la economía, la justicia, la ley electoral.”

La Cámara de Diputados adoptó este sábado un paquete de reformas y medidas de ahorro del gobierno, un paso para solucionar la grave crisis política y económica y que era reclamado por Bruselas. El paquete se aprobó con 380 votos a favor, 26 en contra y dos abstenciones. El viernes, el Senado había aprobado por amplia mayoría el paquete anticrisis.

La Cámara baja la constituyen 630 diputados, pero no todos los legisladores votaron. La mayor agrupación opositora del PD, estuvo presente, pero no votó.

Fabrizio Cicchitto, portavoz del PDL de Berlusconi, defendió a éste por el gesto de responsabilidad que cumplió. La renuncia de Berlusconi, de 75 años, fue aceptada y deberá aliviar el acoso de los mercados y la especulación internacional.

Con ese acto se puso fin a una de las épocas más polémicas de la historia de Italia, recordada por los escándalos judiciales y sexuales, que minaron la imagen del país y desacreditaron a su clase gobernante. Il Cavaliere, como se conoce al ahora ex premier, está encausado en tres procesos en relación con escándalos de sexo, soborno y buscar beneficios fiscales en sus negocios.

Ahora se deberá formar un gabinete de emergencia que se comprometa a reducir la colosal deuda pública. Se espera que se le encomiende la tarea de formar nuevo gobierno al economista Mario Monti, de 68 años, experto en asuntos europeos y por 10 años comisario de la zona, quien cuenta con el apoyo de casi todos los partidos políticos, entre ellos el PD, así como de los industriales.

El partido de Berlusconi despejó el clima de incertidumbre contra el llamado gobierno técnico tras una reunión de horas con su posible remplazo, Mario Monti, nombrado senador vitalicio hace pocos días. Pero el controvertido movimiento populista Liga Norte, aliado clave de Berlusconi, confirmó en cambio que se opone a un gobierno que no sea elegido con el voto popular y anunció su total oposición.

Podemos desenchufarlo en cualquier momento, aseguró Berlusconi a sus consejeros mostrando la voluntad de querer continuar en la batalla política. La aprobación de las medidas y la eventual designación de Monti para salvar a Italia del abismo fue bien recibida por los mercados bursátiles, que reaccionaron positivamente el jueves y viernes tras el miércoles negro que amenazó a toda la eurozona.

La directora del FMI, Christine Lagarde, elogió el progreso significativo político logrado por Italia, como ocurrió en Grecia, donde otro tecnócrata asumió el gobierno. Nosotros sólo deseamos la estabilidad y claridad política en Italia y Grecia, dijo la funcionaria, y agregó que conocía a Monti, que lo respetaba, con enormes calidades y con quien siempre ha tenido un diálogo fructífero.

Sin embargo, a decir de analistas, la fiesta de los italianos podría ensombrecerse cuando el nuevo gobierno tenga que aplicar un impopular plan de austeridad, que reformará el sistema de jubilaciones y privatizará servicios públicos para reducir la enorme deuda pública. Incluso, el propio imperio mediático de Berlusconi podría verse gravemente afectado por nuevas leyes que limiten la publicidad.