Cultura
Ver día anteriorLunes 14 de noviembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Inauguraron en el Munal la muestra Los sueños de una nación: un año después 2011

Por primera vez, el sistema político mexicano recibe severa crítica en una exposición

Pudimos remontar el discurso institucional para invitar a la reflexión ante la crisis del país, indica el curador José Luis Barrios

No hubo censura respecto del contenido, reconoce el experto

 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de noviembre de 2011, p. a10

Y cuando el país despertó del sueño bicentenario, un tremendo caos estaba ahí.

Tal es el espíritu provocador que guía la exposición Los sueños de una nación: un año después 2011 que se inauguró el jueves en el Museo Nacional de Arte (Munal).

Se trata de la primera muestra en México que, desde uno de los recintos federales más importantes de la República, hace una fuerte y profunda crítica al sistema político, así como a las utopías planteadas desde el poder.

Basta mirar la sección titulada Morirse de la risa, conformada por una selección de caricaturas en torno a la figura presidencial. Ahí están Gustavo Díaz Ordaz, bañado de sangre; José López Portillo y su gran mansión; Luis Echeverría Álvarez, con su perorata en torno a la libertad de expresión; Miguel de la Madrid, rodeado de un país que le pertenece a bancos extranjeros; Ernesto Zedillo, huyendo de Chiapas, entidad a punto de estallar; Carlos Salinas de Gortari, con cuerpo de chupacabras, y Vicente Fox, sin poder colgar bien en una pared varios cuadros que representan sus años de gobierno.

Y al final de un estrecho y gris pasillo, una caricatura aparece ante la sorprendida mirada de los visitantes: una enorme silla presidencial, abajo de la cual, escondido, se observa a Felipe Calderón (obra de Antonio Helguera, de 2009, que lleva el título Repudiado). A un lado de la imagen, una obra de Jonathan Hernández provoca silencio o exclamaciones: una botella de brandy Presidente.

¿Todo esto aquí, en el Munal? ¿Cómo es posible?, se le pregunta al curador de la exposición, José Luis Barrios.

Esta muestra sólo tiene sentido en el Museo Nacional de Arte, porque parte del quehacer de la curaduría es trabajar con la simbólica del espacio. En un museo más marginal, o inclusive en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (Muac), las estrategias del discurso habrían cambiado totalmente. Esta exposición esta pensada por lo que significa el símbolo de un museo nacional, responde el especialista.

Metáforas y cruda realidad

Barrios deja claro que jamás hubo algún intento de censura en cuanto al contenido de la exposición “ahí sí tengo que ser muy honesto, nunca se me pidió cambiar nada. Los problemas que hubo, ni siquiera creo que sean exclusivos del Munal, sino de la institución y, si se me permite, del sistema hacendario del país. La precariedad y la torpeza con la que se trabaja para la cultura, en cuanto a presupuestos, decisiones a largo plazo y liberación de recursos, vuelve cuesta arriba cualquier trabajo.

En un museo de estas dimensiones esos factores se convierten en algo muy complicado, pero son un síntoma de la política cultural y administrativa de México; habría que seguir demandando que fuera de otra manera.

Los sueños de una nación: un año después 2011 estaba concebida originalmente para presentarse el año pasado, como parte de los festejos por el bicentenario de la Independencia, pero lo mejor que me pudo pasar es que se pospusiera un año, continúa el curador, “pues pude replantear muchas cosas, salirme del contexto celebratorio y radicalizar el trabajo.

A pesar de todo tenemos la exposición, a pesar de las políticas de administración de los recursos. Ojalá un día el Estado aprenda que las cosas no se hacen a tumbos ni precipitadamente. Ante esas condiciones, pudimos remontar el discurso institucional para provocar, esa es la intención de la exposición: plantear una ironía, y si hago una crítica a la institución por la torpeza con la que hace las cosas, también tengo que agradecer, al menos al Munal, la libertad que tengo de decir todo esto.

Foto
Vista parcial de la exposición Los sueños de una nación: un año después 2011 que se inauguró el jueves en el Museo Nacional de Arte, ubicado en Tacuba 8, Centro Histórico. En primer plano la escultura Tlahuicole (1851), de Manuel Vilar i Roca; atrás, la pintura Cuauhtémoc (1986), de Javier de la GarzaFoto Yazmín Ortega Cortés

La muestra reúne 131 piezas, tanto del acervo del Munal, como de colecciones privadas. Pinturas, fotografías, instalaciones que construyen metáforas o, de plano, muestran la realidad, tal cual, cruda, estremecedora.

Por eso no faltan las imágenes de los desplazados, de la matanza de Acteal, la angustia de los indocumentados, la sangre derramada en la frontera, las cruces por los feminicidios en Ciudad Juárez.

Ante una situación de crisis simbólica, hay una necesidad de repensar que no todo es tan bonito ni tan fácil, esta crisis tiene que ver con su símil social y político, en este sentido, el planteamiento de la muestra tiene que ver con esa invitación a pensar la crisis política y social del país, generar una reflexión, explica José Luis Barrios, durante el recorrido que ofreció a la prensa.

Los sueños de una nación se divide en cuatro núcleos temáticos: Soñar en rosa mexicano, Morirse de risa, Ahí está el detalle e Interrupciones, este ultimo incluye intervenciones de artistas contemporáneos en espacios públicos, como la columna del Ángel de la Independencia (de Mariana Botey en colaboración con Eloísa Mora); las rutas ferroviarias porfirianas (Ivan Puig y Andrés Padilla), el Monumento a la Revolución (Erik Meyenberg, en colaboración con Jorge Torres y Álvaro Herrera), y el estadio Azteca (Melanie Smith y Rafael Ortega).

Es un recorrido por cómo se soñó y se sueña la nación, por cómo se construye a través de la risa una estética del distanciamiento para operar una crítica a la nación, y luego cómo es la realidad del país. Además, es como si un hereje recorriera toda esa historia, dijo Barrios.

Visitas guiadas y ciclo de cine

Con espléndidas obras de Diego Rivera; Jesús de la Helguera; Jorge González Camarena; Saturnino Herrán; Antonio Ruiz, El Corcito; Gerardo Murillo, Dr Atl; Rufino Tamayo; Roberto Montenegro; Julio Galán, y Nahum B. Zenil, entre otros, se construye el primer núcleo que da cuenta del modo en el que se ha representado el cuerpo en la conformación de los ideales de nación y patria.

En el segundo apartado hay caricaturas de Abel Quezada; Rogelio Naranjo; Rafael Barajas, El Fisgón; Manuel Ahumada; Gonzalo Rocha, y Helio Flores, por mencionar algunos.

Mientras que en la tercera sección abundan las fotografías de autores como Héctor García, Nacho López, Lola y Manuel Álvarez Bravo, Carlos Cisneros, Ángeles Torrejón y los Hermanos Mayo.

Al final, un trabajo de Jona-than Hernández pone, de nuevo, un ácido acento a la muestra: un astabandera retorcida, obra titulada La cruda, esos son los sueños de una nación, un año después de 2010, concluye el curador.

La muestra Los sueños de una nación: un año después 2011, auspiciada por el Patronato del Museo Nacional de Arte, AC, y seguros AXA, estará abierta al público hasta el 29 de enero de 2012, acompañada por un programa de visitas guiadas y un ciclo de cine, así como la presentación del catálogo. Informes sobre los horarios en la página web del recinto: www.munal.com.mx.