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Culmina la gira de las centroamericanas; empezamos a ver hechos, expresa activista

Una de las 33 madres de la caravana halla a su hijo encarcelado en Chiapas

Surge información de que otra persona desaparecida estaría en Tecún Umán, Guatemala

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El encuentro de la hondureña Olivia Odalma Orellana con su hijo Osmán Lizandro Mejía Orellana, ayer en el penal de MotozintlaFoto Elio Henríquez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 14 de noviembre de 2011, p. 17

Motozintla, Chis., 13 de noviembre. La caravana Sigo tus huellas con la esperanza de encontrarte, integrada por 33 madres centroamericanas, concluyó este domingo su recorrido de dos semanas por México con la noticia de que la hondureña Olivia Odalma Orellana encontró en el penal de este lugar a su hijo Osmán Lizandro Mejía Orellana, de quien no tenía noticias desde 2004.

¡Éste es un milagro de Dios!, exclamó cuando en el reclusorio de Tapachula el director Luis Antonio Coutiño Ruiz informó que había cruzado datos con las autoridades del penal de Motozintla –en la sierra de Chiapas– y le habían dicho que estaba una persona con ese nombre, después de una llamada informó: Es positivo, está en Motozintla.

La noticia se difundió entre las integrantes, quienes estallaron en júbilo, cuando platicaban con prisioneros centroamericanos. Martha Sánchez, dirigente del Movimiento Migrante Mesoamericano, exclamó: ¡Hey, encontramos a uno!

Olivia Orellana manifestó: “Mis hijos me decían que estaba muerto y no me querían ayudar para que viniera en la caravana; ésta es una bendición, pues salí con la fe de hallarlo, y dije: ‘Señor, tú me vas a dar una señal para hallar a mi muchachito, yo sé que no está muerto’”, después soltó el llanto y se desvaneció por un momento en el penal de Tapachula.

Hoy era el último día de estancia de las 33 madres centroamericanas que el 30 de octubre ingresaron en México por Tenosique, Tabasco, para buscar a sus hijos desaparecidos.

Mi esperanza estaba en que podría encontrar a mi hijo en Chiapas, pues de aquí me había hablado la última vez, en 2004, señaló Olivia Orellana, quien comentó que su hijo, acusado de intento de homicidio, estuvo preso en Tapachula.

Contó que no tenía previsto participar en la caravana, que se puso en contacto con los organizadores porque encontró un periódico tirado en la basura con la información. Dijo que su hijo Osmán Lizandro salió hace siete años de Honduras hacia Estados Unidos, dejó a un niño de tres años y a su familia.

Ingresó al penal y entre lágrimas se fundió en un abrazo con su hijo, quien no la esperaba, y la recibió en short y con gorra. ¡Ay, mami, púchica! Las autoridades del reclusorio le permitieron platicar a solas con él durante más de una hora. A las 17 horas Olivia Orellana abandonó la cárcel para ir a Tapachula, y emprender el regreso a Honduras. Comentó que “cuando le dije que murió su papá meses después de que él salió, se puso a llorar y después me dijo: ‘La estoy mirando y parece que no la estoy viendo’. Lo mismo le dije yo”.

Orellana partió al mediodía hacia Motozintla acompañada por el cura Heyman Vázquez Medina, director de la Casa el Migrante Hogar de la Misericordia. Los demás miembros de la caravana se quedaron en la fronteriza Tapachula para cerrar la visita con un acto en el parque central.

La activista Martha Sánchez sostuvo que el recorrido estuvo lleno de matices. Hemos tenido muchos compromisos con funcionarios del gobierno y tenemos esperanzas de que esta vez se avance más en lo que prometen, comentó que el encuentro de la madre hondureña con su hijo es producto del intercambio de datos de un reclusorio a otro; es la primera vez que algo así sucede, lo que significa que estamos empezando a ver hechos concretos, e informó que se tienen pistas de otros desaparecidos y hay posibilidades de localizar a otra persona, en Tecún Umán”, Guatemala.