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Axolotiada

E

ntre los animales de origen mexicano, pocos han sido tan estudiados y comentados como el ajolote. El pintor José María Velasco le dedica el estudio Descripción, metamorfosis y costumbres de una especie nueva del género Siredon, que presentó en 1878 en la Sociedad Mexicana de Historia Natural.

Menciona el pintor, entre otros datos, el importante comercio de estos animales acuáticos, “puesto que se han vendido siempre ajolotes en los mercados de México y buscado con solicitud para nutrir a los niños enfermos porque proporcionan un alimento saludable y no pocas veces medicinal…” También refiere que desde épocas remotas, los indios los consideraron como un exquisito manjar.

Velasco publicó además una delicada litografía del ajolote en la revista Naturaleza; hoy podemos disfrutarla en la cuidada y bellamente ilustrada edición del libro Axolotiada coordinado por Roger Bartra (INAH/FCE, 2011), que llegó a nuestras manos gracias a Luis Zambrano.

El artículo de Zambrano, especialista en restauración ecológica, y uno de cuyos proyectos es la salvaguarda de los ajolotes del lago de Xochimilco, nos alerta acerca del grave riesgo en que se encuentra este batracio. Lo describe y hace un recuento de los naturalistas que se han interesado en él; luego narra los avatares del ajolote.

Primero fue la inyección de agua tratada en el lago y la apertura de canales con fines turísticos. Luego se puso de moda la acuacultura y se sembraron carpas y tilapias en México. Así casi desapareció el pescado blanco de Pátzcuaro; el ajolote también ha disminuido de manera drástica; hasta 6 mil veces en la reciente década. Proteger al ajolote, afirma Zambrano, es proteger a Xochimilco que sigue dando a los citadinos beneficios como agua y clima. Protegerlo significa protegernos a nosotros mismos.

Y es así en más de un sentido, pues como plantea Bartra, el ajolote, por sus misteriosas características que incluyen el que se haya quedado en una etapa anterior a su transformación en salamandra, puede simbolizar el carácter del mexicano. Es interesante en este sentido la aportación de un lector de este Itacate, que nos envía una serie de carteles elaborados por el Foro Juvenil Nómada Axolotl.

En su correo, Martín González Mercado, de la Fábrica de Artes y Oficios (FARO) Tláhuac, expresa que el axolotl representa entre otras cosas, la juventud, la resistencia y la identidad del sur-oriente de la ciudad de México.

Los invitamos a leer la selección de textos de Axolotiada y en especial a disfrutar la inimaginable muestra plástica y fotográfica, evidencia de la pasión que despierta nuestro enigmático ajolote.