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Regresó a Rusia como testigo en un caso de corrupción de su esposa

Interrogan al ex alcalde de Moscú Yuri Luzhkov
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de noviembre de 2011, p. 28

Moscú, 15 de noviembre. Yuri Luzhkov, ex alcalde de Moscú con un dilatado y controvertido historial, finalmente regresó a Rusia desde Austria y acudió hoy a la citación en la procuraduría, donde se le interrogó en calidad de testigo en un caso de corrupción que involucra como beneficiaria principal a su esposa, Yelena Baturina.

Apenas llegó a Moscú, Luzhkov dejó en claro que prohibió a su mujer venir a Rusia –que reside en el exterior, esto es, en Austria, Reino Unido o España, donde tiene propiedades–, dado que no está seguro que la justicia rusa, por motivos políticos aseveró, le permita volver a reunirse con sus hijas, que viven en Londres.

Se imputa a Baturina, quien ya se negó a rendir declaración como testigo en tres ocasiones, haber vendido unos terrenos a una empresa que consiguió un sorprendente préstamo millonario del Banco de Moscú, luego que éste casualmente le vendió por la misma cantidad acciones –papel mojado a cambio de casi 500 millones de dólares– a la alcaldía de Moscú a cargo de Luzhkov, su marido.

Éste sería un esquema clásico de corrupción, pero no en Rusia, donde las partes implicadas ni siquiera ven nepotismo y las que deberían impartir justicia aún no reciben del Kremlin luz verde para actuar.

Al levantar la bandera de perseguido político por sus críticas contra el presidente Dimitri Medvediev, en recientes entrevistas de prensa, Luzhkov sabe que su detención podría ser, a dos semanas de las elecciones legislativas en Rusia, una suerte de bumerán para el Kremlin, toda vez que no hace mucho se consideraba que era un funcionario respetable y uno de los principales dirigentes de Rusia Unida, el partido oficialista.

También se escuda Luzhkov en que, si se le imputa enriquecerse a través de su esposa y abusar del poder al gobernar la capital rusa durante más de 20 años, cualquiera podría preguntarse dónde estaban las actuales autoridades del país y la respuesta oficial sería francamente irrisoria –contraproducente en las urnas, sin duda– si dijeran que se dieron cuenta sólo un año después de que dejó el cargo.

Cuando Serguei Narishkyn, director de la Oficina de la Presidencia, afirmó que Medvediev cesó a Luzhkov por una corrupción descomunal, sin proponérselo le dio un respiro al ex alcalde y creó el contexto que hizo posible que hoy se presentara, acompañado de uno de los más afamados abogados rusos, a responder el interrogatorio de más de cuatro horas y media.