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Segundo periodo en Rectoría
Se mantendrá UNAM como conciencia crítica del país, ofrece Narro

Requiere México de una universidad fuerte, asevera

Educar es perseguir la utopía de la libertad

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Pablo González Casanova, Francisco Bolívar Zapata, el rector José Narro, Norma Samaniego Breach, Guillermo Soberón Acevedo y Jorge Carpizo durante la toma de protestaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de noviembre de 2011, p. 2

Al rendir protesta como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para un segundo periodo, José Narro Robles subrayó que la casa de estudios mantendrá su papel de conciencia crítica de la nación, por lo que inicia su segunda centuria, tal y como lo ha hecho todo el tiempo, con contribuciones para México.

Aseveró que el país requiere de una universidad fuerte y comprometida para aportar ideas que abonen en la resolución de los problemas nacionales. Añadió que educar es perseguir la utopía de la libertad, del combate a la desigualdad y a la injusticia.

La UNAM debe mantener su papel de conciencia crítica de la nación. Debe continuar por la vía del análisis y el debate sobre los principales problemas del país y por supuesto debe aportar propuestas para contribuir a su solución. Nada ni nadie nos impedirá decir nuestra verdad (a los universitarios). El silencio es un cobarde cómplice de los desastres y a nadie le conviene.

En su mensaje, resaltó que la institución académica es de todos los mexicanos y su grandeza se ha forjado a lo largo de los siglos al cumplir y responder a la confianza que la ciudadanía le ha depositado. La UNAM ha sido fundamental para el desarrollo educativo, científico, social y cultural del país. Es nuestra responsabilidad asegurar que esta condición no se disminuya.

El acto se realizó en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, con una breve pero solemne ceremonia enmarcada en la sesión extraordinaria del Consejo Universitario, atestiguada por alumnos, académicos, directivos y ex rectores de la máxima casa de estudios; invitados especiales como Cuauhtémoc Cárdenas y Rodolfo Tuirán –en representación de las autoridades educativas–, y rectores de otras instituciones de enseñanza superior.

Ante ese auditorio, Narro Robles enfatizó que la auténtica función de las universidades trasciende a la de transmitir y generar conocimiento. Para los universitarios educar es construir ciudadanía y perseguir la utopía de siempre. La utopía de la libertad y del combate a la desigualdad y la injusticia. La del respeto y el aprecio por los demás. La del servicio a los otros, en particular a los que menos tienen y más requieren. La de la dignidad humana que cubra a todos. Sin embargo, para nosotros una utopía no es ficción, quimera o suposición. Es, en cambio, ideal, anhelo y superación posible de alcanzar. Nuestras utopías no deben ser simples ilusiones, cuanto verdaderas realizaciones. Nos anima estar seguros que las utopías de ayer son las realidades del presente. Es por todo esto que seguiremos ensayando formas para educar por la paz, la libertad y la democracia, de hacerlo en la ética y la tolerancia.

Afirmó que la universidad de la nación tiene una cita con el futuro y para cumplirla con puntualidad necesitamos mantener la unidad en la diversidad, así como articular los distintos intereses particulares o de grupo con los de la institución.

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El rector José Narro RoblesFoto Cristina Rodríguez

Los estudiantes deben estar en el corazón de los programas, los académicos representar la medida de la calidad institucional y los trabajadores son el fundamento de la vida cotidiana. Todos ellos imprescindibles, dijo, pero sus variados y legítimos intereses tienen que amalgamarse en favor de la universidad.

Para mí, los alumnos siguen siendo el centro de nuestra atención y los jóvenes nuestra preocupación fundamental. Para mí, la solución de los problemas de siempre y de los de reciente aparición son parte de nuestros desafíos, y el diseño de un país mejor para nuestros descendientes (es) la tarea que urge emprender. Para mí, se requiere transformar los viejos paradigmas, los vetustos modelos que un día nos sirvieron y que ahora son una pesada carga que nos impide avanzar. Como rector, me empeñaré en aportar lo que a todos corresponde hacer.

Narro Robles recibió de manos del presidente en turno de la Junta de Gobierno, Francisco Bolívar Zapata, la venera que le confiere la investidura de rector de la máxima casa de estudios. De inmediato, el auditorio le dedicó un largo aplauso. Con emotividad, el rector aseveró que estar al frente de la institución representa el más alto honor que se me haya conferido. Y se comprometió a trabajar y esforzarse hasta el límite de mis capacidades para cumplir con la encomienda de coordinar las tareas de la universidad manteniendo sus principios irrenunciables: su autonomía y su carácter nacional, su naturaleza pública y laica, su régimen de libertades y su profundo apego a la sociedad mexicana y sus mejores causas.

Junto a Narro, ocuparon el podio en el escenario de la sala los 15 integrantes de la Junta de Gobierno (actores centrales en el proceso de designación); Norma Samaniego, presidenta en turno del Patronato Universitario, y los ex rectores Pablo González Casanova, Guillermo Soberón Acevedo, Octavio Rivero Serrano, Jorge Carpizo Mc Gregor, José Sarukhán Kermez y Francisco Barnés de Castro. El único ausente fue su antecesor, Juan Ramón de la Fuente, quien está fuera de la ciudad.

Reconoció que la UNAM requiere cambios para mejorar y avanzar, se impulsarán los pertinentes, pero con los acuerdos debidos. La primera responsabilidad de la rectoría consiste en asegurar el funcionamiento correcto de la universidad todo el tiempo. Nada de lo que se haga o proponga debe poner en riesgo lo anterior, ni deteriorar el clima de cordialidad y tolerancia que debe imperar en nuestra casa de estudios.

Al concluir su mensaje, nuevamente el auditorio dio un aplauso al rector. Y como es tradición en todo acto universitario, el goya representó el cierre de esta ceremonia, con la que formalmente Narro Robles inició su segundo periodo al frente de la máxima casa de estudios del país.