Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 20 de noviembre de 2011 Num: 872

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora bifronte
Jair Cortés

Cioran y la sorna
de la ironía

Enrique Héctor González

El gabinete de los monstruos
Eduardo Monteverde

La mirada poética galvaniza cada palabra
Ricardo Yáñez entrevista con Claudia Berrueto

La sombra como tormento
Hugo José Suárez

Metáforas de una
guerra imperfecta

Gustavo Ogarrio

No me dejes olvidar
tu nombre, Bola

José Antonio Michelena

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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La mirada poética galvaniza
cada palabra


Foto: cortesía de la autora

entrevista con
Claudia Berrueto

Ricardo Yáñez

Claudia Berrueto (Saltillo, 1978) es licenciada en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Coahuila. Ha sido becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Coahuila (Icocult), de la Fundación para las Letras Mexicanas y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). Se le ha antologado en el Anuario de poesía mexicana, la Muestra de Literatura joven de México, en La mujer rota y en Del silencio hacia la luz: mapa poético de México. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Tijuana 2009. Actualmente trabaja en la Coordinación Editorial de la Universidad Autónoma de Coahuila (Uadec).

 

–¿Cómo fue que decidiste tu vocación?

–Creo que nadie decide su vocación. En este asunto de la escritura más bien siento que cada uno es movido por poderes extraños, ajenos. “La poesía es el temperamento de la excepción y del peligro” dice Jorge Cuesta.

–¿Qué tan cómoda o no te sientes en el oficio?

–Creo que me falta mucho para ser poeta. Digamos que escribo y que la escritura es el camino que tiendo para ir hacia a mí misma y para tocar el mundo.

–En tu ciudad, en tu estado, ¿crees que compartes similares sensaciones con otros poetas, escritores?

–Pienso que cada quien tiene una manera muy particular de abordar los temas que en algún momento determinan su escritura. El desierto, por ejemplo, puede ser el cielo para cierta poesía y para otra puede ser un rincón de la ciudad.

–¿Tu desarrollo está más relacionado con lo interior, con lo exterior?

–Está relacionado con ambos todo el tiempo: hay que interiorizar el mundo para poder escribir.

–¿Cómo ves el desarrollo general de la poesía en el ámbito (los arraigados, los inmigrantes, los emigrados)?

–Pues hay un panorama bastante variado de poetas y de poesía coahuilenses. Enriqueta Ochoa (que nació en Torreón pero vivió fuera de Coahuila mucho tiempo), Alfredo García Valdez (nacido en Zacatecas pero radicado en Saltillo desde hace muchos años), Julián Herbert (nacido en Acapulco pero coahuilense ya también desde hace buen rato), Jorge Valdés Díaz-Vélez (originario de Torreón que ha vivido en distintos países), Marianne Toussaint (nacida en Torreón y establecida en el DF), José Chapa (originario de Texas y formado en Monclova), Gerardo Carrera, Marco Márquez, Marco Antonio Jiménez, María Luisa Iglesias, Dana Gelinas, Ivonne g. Ledezma, Víctor Palomo... Siento que con la escritura de todos ellos he mantenido un diálogo importante. Para mí la poesía coahuilense goza de muy buena salud: hay distintas músicas, planos y propósitos que la enriquecen y la llenan de elementos muy peculiares.

–No hablemos de estadísticas, sino de percepción: ¿Cuántos libros de poesía se publicarán al año en tu ciudad?

–Creo que últimamente en Saltillo no se han publicado más de diez poemarios por año.

–Menciona por favor algunos libros de creación literaria coahuilense para ti imprescindibles.

–La Poesía reunida, de Enriqueta Ochoa (FCE); El nombre de esta casa, de Julián Herbert (Tierra Adentro); El paisaje era la casa, de Marianne Toussaint (UAM); Pájaros de pólvora, de José Chapa (Icocult); Kilómetro cero, de Jorge Valdés Díaz-Vélez, (Uadec); No hay muerte natural, de María Luisa Iglesias (Trilce); Deshojar el insomnio, de Ivonne G. Ledezma (Uadec), y, más recientemente, El fuego de San Antonio, de Gerardo Carrera (Red Estatal de Bibliotecas). Aparentemente estos poemarios fueron escritos con lenguaje común, pero la mirada poética galvaniza cada palabra. Así en cada verso navega una tormenta, así en cada verbo una semilla se desentraña, así en cada estrofa se despliegan territorios originarios tan evidentes pero tan inasibles a la vez. Los mencionados libros contienen universos que conversan conmigo sobre algo que yo ignoraba de mí misma. La literatura por eso es tan sugestiva, porque nos muestra a los otros que llevamos dentro. Creo en la contundencia y altos vuelos de la palabra a la que acuden varios poetas coahuilenses.

–¿Qué función crees que cumpla la feria del libro?

–En septiembre se verificó la XIV edición de la Feria del Libro de Saltillo (desde este año internacional). Creo que la fil es un excelente foro para dialogar con los poetas porque el género tiene un lugar muy especial en ella.

–Entre tus contemporáneos, ¿qué poetas de Coahuila destacarías?

–Ya nombrados, Ivonne G. Ledezma, Víctor Palomo, José Chapa, y Marco Márquez; mas hay que incluir también a Miguel Gaona.

–La Facultad de Filosofía y Letras de tu universidad, ¿es filón de escritores?

–En la Uadec desgraciadamente no existe Facultad de Filosofía y Letras, sólo la Escuela de Letras Españolas. Desconozco si será o no filón de escritores.

–¿Y los talleres?

–Ha habido sequía de talleres literarios en Coahuila en los últimos años y eso es muy lamentable. Y digo lamentable porque creo que una dinámica de taller es vital para discutir inquietudes, entusiasmos, fobias, filias, para saber dónde se está parado. Se han llegado a dar algunas actividades similares pero pronto han perdido continuidad. Personalmente creo que un taller no es origen ni principio de nada. Quienes llegan ahí lo hacen porque ya han sido llamados por los poderes extraños de la vocación. Quien está interesado en escribir no necesita estrictamente pertenecer a un taller de por vida, pero sí por cierto tiempo a esa dinámica en cuanto a la promoción de la escritura, como acto y como libro.

–Referente a la actividad editorial...

–La Uadec publica la colección Siglo XXI/ Escritores Coahuilenses desde 2007 (muy pronto saldrá a la luz su cuarta serie) y ha tenido muy buena respuesta. El Icocult hasta hace un par de años sacó La Fragua y ahí paró. La Red Estatal de Bibliotecas ha inaugurado una serie que comienza a tomar vuelo. El Consejo Editorial del Estado, cuyo giro es más bien por el lado de la historia.

–Y por último, ¿cómo ves en general la vida literaria saltillense?

–La verdad no identifico una dinámica. No estoy muy involucrada. Creo que en Saltillo hay vida literaria en cuanto a que se comparten lecturas sin llegar a su discusión, sin entablar un diálogo crítico.