Política
Ver día anteriorMiércoles 23 de noviembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Jonguitud formalizó su mandato en 1974 y fundó un verdadero brazo armado en el gremio

Encabezó una de las etapas más oscuras y violentas del SNTE: disidentes y expertos

Será recordado como uno de los cacicazgos más dañiños para el sistema educativo nacional

Foto
Carlos Jonguitud Barrios durante la entrevista concedida a La Jornada el 20 de agosto de 2002Foto José Núñez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de noviembre de 2011, p. 11

Con la muerte de Carlos Jonguitud Barrios desaparece quien encabezó una de las etapas más oscuras y violentas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), afirmaron profesores disidente y especialistas del sector educativo.

Precursor de la llamada fase del pistolerismo en el gremio y fundador de la corriente Vanguardia Revolucionaria, verdadero brazo armado de la represión contra la disidencia magisterial, aseguraron maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), formalizó su mandato en febrero de 1974, luego de ser electo en un Congreso Nacional convocado en La Paz, Baja California.

Olac Fuentes Molinar, especialista en el sistema educativo y ex subsecretario de Educación Básica y Normal, destacó que en el mandato de Jonguitud Barrios se profundizó una forma de cacicazgo sindical que alcanzó incluso dimensión nacional. Logró posicionarse fuera del SNTE. Fue electo gobernador de su estado natal, San Luis Potosí, además de ocupar importantes cargos públicos, como extensión natural del férreo control sindical.

Con el ex dirigente magisterial, quien falleció este martes en la capital del país a los 87 años –indicó–, se fortaleció una tradición de cacicazgo sindical que continúa hasta nuestros días. Su biografía política es muy conocida. Creó Vanguardia Revolucionaria con una presencia prácticamente nacional y una férrea disciplina interna. Logró ejercer una doble combinación de control en los sectores magisteriales y establecer una fuerte alianza con los gobiernos federales en turno.

Jonguitud –explicó– es quizá quien lleva a un nivel más alto que sus antecesores una forma de intercambio político que le permite, tanto a él como a sus allegados, ocupar puestos políticos importantes más allá del SNTE.

Por ello, consideró que a pesar de que la llegada de Elba Esther Gordillo Morales a la secretaria general del gremio magis- terial, en 1989, para reemplazarlo en su cacicazgo, se da en un contexto de ruptura con el propio Jonguitud, bajo un discurso de pluralismo democrático y renovación sindical, en los hechos se recuperó, e incluso fortaleció, la tradición del caudillismo y todo lo que esto implica.

Azael Santiago Chepi, dirigente de la sección 22 de Oaxaca, aseguró que Jonguitud será recordado por haber ejercido uno de los cacicazgos sindicales más dañinos para el magisterio y el sistema educativo.

Su memoria –indicó– estará completamente ligada a uno de los periodos más oscuros, violentos y represivos en la historia del SNTE. Recordó que fueron casi 200 maestros disidentes quienes en los años 70 y 80 del siglo pasado vivieron en carne propia los abusos de los vanguardistas, que buscaban incertarse en todo las secciones sindicales del país.

Francisco Bravo, secretario general del magisterio disidente de la sección 9 del Distrito Federal, apuntó que el potosino fue quien encabezó el segundo periodo de mayor cacicazgo en el SNTE, sólo superado por Gordillo Morales, a quien debemos reconocer que la alumna superó al maestro en la aplicación de mecanismos de represión y control sindical.

La CNTE –agregó– puede contar la historia de los 200 maestros que perdieron la vida en la defensa de sus derechos laborales y por la democratización del sindicato magisterial. Ese es uno de los saldos negros que Jonguitud heredará a la historia.

Al respecto, Sergio Espinal, integrante de la CNTE y secretario general del CEN democrático del SNTE, afirmó que Jonguitud estableció no sólo un cacicazgo que cobró la vida de muchos maestros disidentes, también alentó el deterioro de las condiciones laborales y salariales de los profesores al imponer la doble plaza, con lo que empezó la pauperización del trabajo docente.

Fue un periodo negro en la historia del gremio –afirmó–, en el que supervisores, jefes de sector y directores debían ser absolutos incondicionales del vanguardismo y de sus esquemas de corrupción e intimidación, mismos que hoy han sido perfeccionados por la cúpula sindical que encabeza Gordillo Morales.