Opinión
Ver día anteriorViernes 25 de noviembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Penultimátum

La FIL de Guadalajara explorará otros paisajes

A

l cumplir sus bodas de plata, la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara explorará otros paisajes, según su directora, Nubia Macías. Se refiere a países invitados de Asia, el norte de Europa y el Lejano Oriente. Seguramente doña Nubia tiene en su lista a Nueva Zelanda. De ser así, a dos figuras de ese lejano e importante país: la cineasta Jane Campion y la escritora Jane Frame. La primera saltó a la fama cuando obtuvo en Cannes la Palma de Oro (la única mujer que la ha ganado) por El piano, donde cuenta el encuentro con lo salvaje de una encopetada señorita británica que emigra hasta la desconocida Nueva Zelanda. Más recientemente, con Bright Star, sobre el amor entre Fanny Brawne y el poeta británico John Keats, fallecido de tuberculosis a los 25 años en Roma, en un departamento ubicado en la plaza de España y hoy visita obligada de escritores.

No es el poeta romántico la estrella del filme, sino la aristócrata que lo amó con locura. Para la directora cinematográfica esta historia de amor, aunque duró apenas dos años, fue más intensa que la de Romeo y Julieta. El último poema de Keats fue precisamente Para Fanny, y las 37 bellísimas cartas que le envió, testigo de su pasión.

Campion se ha especializado en abordar en su cine a personajes femeninos difíciles, como lo hizo en Retrato de una dama (1999), protagonizada por Nicole Kidman. O con Un ángel en mi mesa (1990), el documental para la televisión en el que cuenta la dolorosa llegada a la madurez de la escritora Janet Frame. Ese documental es ahora un clásico, tanto por la forma de abordar parte de la vida de la autora, como por la denuncia de equivocadas prácticas médicas.

Hija de un ferrocarrilero arruinado, Frame mostró desde su niñez un amor por la lectura y la escritura que la llevaron a la universidad. Pero su timidez e inseguridad la mantenían alejada de sus compañeros. Esa inseguridad la orilló a consumir pastillas para que le causaran fiebre y así eludir un compromiso de trabajo. Pero los médicos calificaron esa acción de intento de suicidio, lo cual la condujo a la primera de sus reclusiones en un hospital para enfermos mentales. Un diagnóstico equivocado la definió como esquizofrénica, y para curarla fue objeto de horribles tratamientos.

En el hospital escribió su primer libro de cuentos, El lago (1952), con el que obtuvo el premio Hubert Church de prosa que la salvó de una lobotomía ya programada y salir finalmente del hospital. Gracias al apoyo del influyente autor Frank Sargeson escribió su primera novela, Los búhos no lloran (1957), en la que narra sus traumáticas experiencias. Después vendrían 10 novelas más, libros de cuentos, uno de poemas y el reconocimiento internacional.

Con Nueva Zelanda en la FIL tendríamos oportunidad de rendir un homenaje más a las dos Jean.