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Presentan exposición con fotografías de la artista, don Manuel, Yampolsky y Raúl Conde

Difunden el quehacer pionero de Lola Álvarez Bravo en fotomontaje
 
Periódico La Jornada
Martes 29 de noviembre de 2011, p. 7

Aunque Lola Álvarez Bravo (1907-1993) no fue la primera fotógrafa mexicana, sí es considerada un parteaguas en este quehacer, además de ser pionera en incursionar en el fotomontaje, expresa Javier Vázquez, investigador del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.

En el recinto de Altavista, esquina con Diego Rivera, San Ángel Inn, se presenta la exposición Lola Álvarez Bravo y la fotografía de una época, con 87 piezas en una muestra que incluye también obra de su esposo, Manuel Álvarez Bravo, porque advertimos cierta influencia de él en la obra de ella, así como trabajos de tres de sus alumnos: Mariana Yampolsky, Raúl Abarca y Raúl Conde.

De no haber conocido a don Manuel es muy probable que Lola no se hubiese dedicado a la fotografía, porque de él la aprendió. Vázquez opina que de no haberse conocido los dos, la historia de ellos habría sido completamente diferente. Es un periodo bastante importante en el que se debe considerar a ambos personajes, sobre todo cuando vivieron en común. Ellos se conocen desde muy chicos, entonces la historia empieza mucho antes de casarse y continúa a pesar de que se separaron en 1934 y se divorciaron en los años 40 del siglo pasado. Tras casarse en 1925, la pareja se trasladó a Oaxaca, donde don Manuel era contable del gobierno federal. Allí hicieron fotografía juntos.

La exposición, que no es cronológica, surgió de revisar el archivo inédito de Lola, propiedad de la familia González Rendón. Aparte de mostrar las imágenes más conocidas de la fotógrafa, también hay novedades, como una serie de fotomontajes originales.

Un inédito

“Lola hacía –explica Vázquez– recortes de sus fotografías, los montaba y luego los fotografiaba. Conocíamos esas fotografías, sin embargo, los originales, los recortes, no. El paradero de esas piezas era incierto. En el archivo encontramos varios fotomontajes originales. Se trata de El sueño de los pobres (1935), obra famosísima de Lola; Abriendo caminos (circa. 1948); El capital hambriento, sobre el trabajo; además, mostramos un fotomontaje inédito.

“Mientras trabajábamos en el archivo, encontramos una serie de negativos. Entonces, hicimos pruebas para ver de qué se trataba, cómo se podía interpretar. Mandamos hacer una primera impresión del tamaño del negativo, de 8 x 10, de allí nos dimos cuenta que ambas piezas en algún momento coinciden. Dedujimos que se trata de una sola obra. Lo interesante de este fotomontaje es que en él se incluyen algunas de las imágenes de Lola de las que ya teníamos referencia, por ejemplo, hay unos magueyes que se encuentran en el archivo.

“En la parte central de la composición hay una imagen de la Torre Latinoamericana y un atlante de Tula, pieza que además está coloreada en verde, en algunas zonas. Eso nos llamó la atención, porque en la producción de Lola prácticamente no hay trabajos a color, excepto otro fotomontaje, El ensueño del ahogado, en azul, que nunca se había exhibido. No teníamos noticia de él.”

La muestra, que concluirá el 17 de febrero de 2012, tiene seis núcleos: Lola en el mundo del arte; Obras clásicas, Lola y Manuel Álvarez Bravo; Fotomontajes; Lola Álvarez Bravo y sus alumnos; Escuela de ciegos, y Surrealismo.

La fotógrafa impartió clases en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y uno de los ejercicios consistía en que los alumnos enfrentaran a personas que no se sentían presionadas por la cámara.