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Por cuarta ocasión, el subcomandante envía misiva a Luis Villoro

Marcos: Mentir en grande y hacerlo impunemente, eso es el Poder

Peña Nieto, actor secundario de telenovela, sentencia el zapatista

 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de diciembre de 2011, p. 26

Mentir en grande y hacerlo impunemente, eso es el Poder, expuso hoy el subcomandante insurgente Marcos en una cuarta misiva al filósofo Luis Villoro. Mentiras hechas campañas electorales, programas de gobierno, proyectos alternativos de nación, plataformas partidarias, artículos en periódicos y revistas, comentarios en radio y televisión, consignas, credos.

Así concluye Marcos (al menos por ahora) su participación en el intercambio de ideas y reflexiones con Villoro sobre ética y política, acaso ahora más solitarios por el barullo mediático en torno a la definición de los nombres de los tres bribones que habrán de disputarse el regir sobre los ensangrentados suelos de México.

Cuestiona al presidente Felipe Calderón Hinojosa y a los precandidatos presidenciales por sus célebres yerros. Sólo de uno admite: No encuentro nada significativo que Enrique Peña Nieto haya dicho, como si se tratara de un mal actor secundario, de ésos que salen en las telenovelas, balbucean algún parlamento y en los que nadie repara. Su designación como candidato será una muestra más de la descomposición del Revolucionario Institucional, y la disputa por ver quién lo maneja será a muerte (y en los priístas esta imagen no es retórica).

Haciendo referencia a otro de los que habrán de disputarse el trono sobre los escombros de México, quien ha venido a nuestras tierras a demandarnos silencio, y sin nombrarlo, dice: Encabeza un grupo ávido de poder, pleno de intolerancia, que buscó, busca y buscará la responsabilidad de sus torpezas y esquizofrenias en otros. Y cuestiona: “¿Aquellos que le criticaron a Javier Sicilia sus muestras de afecto para con la clase política, criticarán ahora la ‘República Amorosa’?”

Advierte Marcos al candidato de la izquierda partidaria “que no crea en serio que los empresarios lo van a apoyar, que los chuchos no lo van a traicionar, que PT y Movimiento Ciudadano son partidos de izquierda, que Televisa está cambiando”. Por el contrario, suma a su derecha (desertores del PAN incluidos) y nada aparece a su izquierda. Así, sigue los mismos pasos de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Y pregunta: ¿Cuándo, en México, le ha dado resultado positivo a la izquierda correrse a la derecha? ¿Cuándo ser serviles con los poderosos ha ido más allá de divertirlos?

La Voz de los Muertos

El vocero zapatista se extiende también en los perfiles del escritor Tomás Segovia y el comandante Moisés, veterano mando civil del EZLN, ambos fallecidos recientemente. En estas líneas que ahora le mando, Don Luis, palpitan muertes que son vidas, escribe.

De Segovia destaca sus reflexiones críticas sobre y frente al Poder. Reconoce que pocos, muy pocos, fueron y son los intelectuales que se han empeñado en entender, que no en juzgar al zapatismo. Considera que quienes recuerdan a Segovia sólo como poeta lo hacen para escindir a ese hombre de su ser libertario. Recuerda que en 1994, en plena euforia condenatoria de la derecha, Segovia escribió: Siempre que prevalece una u otra forma de fascismo, la verdad y la justicia toman la forma de la Resistencia.

Si bien la izquierda es constitutivamente resistencia, se precipitó, decía Segovia, en el insalvable error histórico de creer que podía tomar el poder. La izquierda en el poder es una contradicción, añadía. Hoy, la izquierda es el otro del poder. En cambio, el otro sentido de la vida social, lo que queda sepultado y olvidado en el poder constituido es la voz de los desposeídos antes que la de los pobres. En esto, la izquierda es la Voz de los Muertos.

Dos años después, en 1996, señalaba: En un país que no practique ya la prohibición violenta de las expresiones directas de la vida social primaria, la ideología del poder nos chantajeará, o bien tratará de persuadirnos, como tratan de persuadir los politólogos y otros intelectuales a los zapatistas, como tratan de persuadirme a mí mis colegas (empezando por Octavio Paz), de que la ‘verdadera’ vía de expresarnos y de influir en la vida social es entrar en las instituciones –o en lo instituido en general”.

Respondiendo a los provocadores textos de Segovia, Marcos expresa a Villoro: la reflexión sobre Ética y Política debe tocar el asunto del Poder. Sobre todo porque, más que el poeta de las dos orillas, es el pensador que abrió una tercera puerta hacia el movimiento indígena zapatista.

Texto íntegro