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El ex jefe del ejército espera resoluciones para determinar si purga más años encarcelado

Noriega, repatriado a Panamá; pasó 2 décadas en prisiones de EU y Francia

Fue juzgado en ausencia por secuestro, corrupción y peculado

No tendrá privilegios: Martinelli

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Elementos de la policía escoltan a un hombre identificado como Manuel Antonio Noriega (en silla de ruedas) a su llegada al centro penitenciario El Renacer en la capital panameña; las autoridades desataron una confusión al trasladar a dos individuos en calidad de detenidos del aeropuerto al penalFoto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de diciembre de 2011, p. 24

Panamá, 11 de diciembre. El ex jefe del ejército panameño, Manuel Antonio Noriega, sacado de su país durante una invasión estadunidense que causó la muerte a unas cinco mil personas en cuestión de horas, volvió hoy a su país después de pasar 21 años y 11 meses en cárceles de Estados Unidos y Francia. Tras la extradición ejecutada por autoridades francesas y panameñas, el ex militar fue encarcelado aquí esta noche en espera de nuevas resoluciones judiciales que determinarán si purga más años en prisión o si se le permite purgar tres sentencias domiciliarias.

Declarado prisionero de guerra por el gobierno del presidente George Bush –padre de George W. Bush– y trasladado al estado de Florida, Noriega fue juzgado por un tribunal federal estadunidense por tráfico de drogas y lavado de dinero. En Francia, donde permaneció un año y siete meses, fue juzgado en ausencia en 1999, por blanqueo de fondos.

Noriega, de 77 años, viajó hoy en un avión comercial que salió del aeropuerto parisiense de Orly, con escala en Madrid. La nave aterrizó a las seis de la tarde con siete minutos y media hora después fue llevado a la prisión El Renacer, donde hay 364 reos, y fue recluido en una celda de 12 metros cuadrados, con dos ventanas, una cama, una silla y una mesa de trabajo.

Afuera de la prisión hubo pequeños grupos de manifestantes que le brindaron su apoyo o le denostaron, pero de acuerdo con reportes de agencias internacionales de noticias, su llegada fue vista con indiferencia por la mayoría de la población.

Televisoras y radios locales ofrecieron una cobertura permanente del traslado de Noriega, que cumplió un itinerario desde la madrugada en París, hasta el anochecer en ciudad de Panamá. Durante sus traslados, el ex general fue transportado en silla de ruedas.

Los críticos a Noriega exigieron que se le juzgue por presuntos delitos perpetrados en el país durante los años en que encabezó a las tropas panameñas, en un ambiente marcado por la guerra fría y los conflictos armados en Nicaragua, El Salvador y Guatemala (con Honduras como base de las operaciones militares estadunidenses en la región, a lo que se opuso el ejército de Panamá).

Frente a las especulaciones de que Noriega tendría un trato preferencial en una cárcel panameña, el presidente Ricardo Martinelli dijo hoy que el ex militar va a ir a la cárcel como cualquier convicto y sin ningún privilegio.

Durante el traslado de Noriega del aeropuerto a la cárcel se desató una confusión porque dos personas cubiertas con una manta fueron introducidas a dos distintas camionetas, lo que desató especulaciones de que uno de ellos era un señuelo y que un falso reo sería llevado a la cárcel El Renacer.

Ante las especulaciones, la ministra de Gobierno, Roxana Méndez, dijo poder garantizar que el detenido entró a la cárcel y confirmó que, como lo mostraron televisoras locales, Noriega fue escoltado por agentes armados, encabezados por el procurador José Ayú Prado y un médico. La funcionaria precisó que a pesar de que los medios querían proyectar su imagen y mucha gente quería verlo, el ex general pidió no ser parte de un circo mediático; más tarde se informó que Noriega sería presentado ante la prensa para despejar dudas, pero al cierre de esta edición eso no había ocurrido.

Durante su cautiverio en Estados Unidos y Francia de dos décadas, Noriega fue enjuiciado en ausencia tres veces en Panamá. En 1994, lo sentenciaron a tres años de cárcel por secuestro; en 1996, a año y medio por actos de corrupción; y en 2001, a ocho años por peculado doloso en perjuicio del Banco Patria. El presidente Guillermo Endara, quien tomó posesión de su cargo en un cuartel estadunidense próximo al canal, horas después de la invasión el 20 de diciembre de 1989, degradó al hasta entonces jefe de las fuerzas de Defensa de Panamá.

El 10 de julio de 1992, tres años y medio después de la invasión estadunidense a Panamá, que oficialmente provocó la muerte de 427 personas, Noriega fue sentenciado a 40 años de cárcel, pero por su buena conducta en una prisión en Miami, su pena fue reducida a 17 años y el 9 de septiembre de 2007 quedó libre de los cargos imputados.

Aún así, el ex militar debió permanecer tres años encarcelado, en espera de su extradición a Francia, la cual se consumó el 26 de abril de 2010. Su pena en ese país terminó el 11 de octubre pasado, fecha en la que comenzaron los trámites de repatriación por parte del gobierno de Panamá. Su salida de Francia fue aprobada el 23 de noviembre del presente año.

Julio Berríos, abogado de Noriega, informó hoy que su defendido niega las acusaciones por las que fue sentenciado en Panamá y anticipó que los juicios serán apelados con la finalidad de que el ex militar acceda a la defensa que cualquier detenido tiene derecho.

Berríos no ofreció detalles acerca de la posibilidad de que Noriega se acoja al derecho que tienen en Panamá todos los condenados mayores de 70 años, de cumplir con su sentencia en un domicilio específico.

Noriega, casado y con tres hijas, fue el único blanco de la invasión estadunidense. Versiones nunca confimadas ni negadas por la Agencia Central de Inteligencia dan por hecho que el ex militar fue uno de sus agentes asalariados desde 1968 –año del golpe de Estado encabezado por Omar Torrijos, quien falleció en un accidente aéreo en 1981– hasta 1986, poco antes de que comenzaran las discrepancias abiertas con Washington, derivadas de los conflictos centroamericanos.

El 11 de marzo de 1988, el gobierno del republicano Ronald Reagan impuso un embargo a Panamá para provocar el retiro de Noriega, quien fue declarado jefe de gobierno por la Asamblea de Representantes de Panamá, el 15 de diciembre de 1989, cinco días antes de la invasión; en esa fecha, Francisco Rodríguez era el presidente constitucional.

Una rebelión de militares panameños, aparentemente autónoma, fue sofocada el 3 de octubre de 1989. Pero dos meses y 17 días después, el 20 de diciembre de 1989, 26 mil soldados de las fuerzas armadas de Estados Unidos ocuparon Panamá y bombardearon zonas de vivienda popular como El Chorrillo, donde hubo acciones de resistencia popular y de soldados panameños que vivían en esa zona.

Los militares estadunidenses no pudieron capturar a Noriega, quien se refugió en la residencia del nuncio apostólico en Panamá, hasta que finalmente cinco días después se entregó. La invasión, oficialmente llamada Causa Justa, sirvió para alterar la aplicación de los tratados firmados en 1977 por los presidentes Jimmy Carter de Estados Unidos y Torrijos, que dieron paso a la devolución del canal que une a los océanos Pacífico y Atlántico, según el analista panameño Julio Yao, experto en derecho internacional.

Berríos recordó que la invasión ordenada por Bush padre arrojó un saldo de cuatro mil muertos, pero organizaciones de la sociedad civil panameña afirman que los abatidos pudieron ascender a cinco mil y aseguran que, en el terreno, los estadunidenses probaron proyectiles posteriormente utilizados en la guerra contra Irak en 1991.