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Amenaza de recesión global
Inyección de medio billón de euros a bancos europeos no mitiga la crisis de deuda

El BCE otorga préstamos a 3 años con interés de 1%, que es menor a la inflación

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Hablemos del futuro, dice una manta colocada por indignados alemanes frente a la sede del BCE, en FráncfortFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de diciembre de 2011, p. 2

Fráncfort, 21 de diciembre. Por primera vez en su historia, el Banco Central Europeo (BCE) otorgó préstamos a bancos a largo plazo por cerca de 500 mil millones de euros, unos 641 mil millones de dólares, con lo cual esas instituciones financieras podrán hacer uso de créditos con interés bajo.

La primera subasta de este tipo de préstamos –que tienen plazo de pago de tres años con una tasa de interés de uno por ciento– del BCE atrajo a 523 bancos del continente, que en total adquirieron créditos por 489 mil 200 millones de euros, cantidad que superó ampliamente los 300 mil millones que esperaban los analistas.

La decisión tiene el objetivo de inyectar liquidez en las instituciones bancarias, en momentos en que las fuentes estables de financiamiento para los bancos están disminuyendo.

El monto de préstamos puesto a disposición por el BCE es el mayor que ha bombeado la institución comunitaria al sistema financiero y supera los casi 450 mil millones de euros que inyectó con sus primeros créditos a un año de vencimiento en 2009.

El BCE busca que los bancos utilicen ese dinero para prestar a hogares y empresas de la zona euro y evitar el derrumbe del crédito, que sería devastador para el sistema financiero y la economía en su conjunto.

El director del BCE, Mario Draghi, señaló que se espera que los bancos usen ese dinero para comprar deuda de los países del euro, pero los críticos advirtieron que podría ser un juego peligroso, debido a que esas instituciones financieras buscan refinanciarse antes que comprar más bonos de riesgo.

Escasez de crédito

Hoy se lanzó el primero de los dos tramos de la operación conocida como LTRO (Operación de Refinanciación a Largo Plazo, por sus siglas en inglés); la segunda etapa se realizará el 29 de febrero.

Mediante los nuevos préstamos con vencimiento en 2014 y un tipo de interés de uno por ciento –un nivel mínimo histórico, inferior a la tasa de inflación– se pretende mejorar la liquidez de los bancos europeos, que en tiempos de crisis requieren de prestarse cada vez menos dinero entre sí.

La medida se considera como la muy esperada bala de plata contra la crisis de las deudas contratadas por los gobiernos de varios países de Europa, en particular de la eurozona, cuya posibilidad de impago afecta cada vez más la solidez del capital de la banca privada acreedora de esos gobiernos.

Las tensiones en los mercados han alcanzado dimensiones de una crisis sistemática como no se veía desde la quiebra de Lehman Brothers, ocurrida en septiembre de 2008 y que marcó un antes y un después de la crisis financiera que estalló ese año, admitió el BCE en un estudio publicado el lunes pasado.

Paralelamente, al hablar ante el Parlamento Europeo, Draghi advirtió sobre los riesgos para la liquidez de los bancos del continente, en particular en los primeros tres meses de 2012, ya que previó que tendrían dificultades para tener acceso a dinero fresco.

La presión que experimentarán los mercados de bonos es muy, muy significativa, sin precedente, admitió el presidente del BCE.

Ante el temor de que la escasez del crédito y el recrudecimiento de los riesgos desencadenados a partir de la crisis de deuda en la eurozona arrastre al sistema financiero mundial, el Banco Central Europeo puso a disposición de los bancos privados recursos públicos sin precedente, partiendo de que es en el sistema financiero donde se concentra la presión de la crisis de deuda.

Así, las instituciones públicas, como el BCE, optan por salir al quite de las entidades financieras, más que destinar recursos para favorecer el crecimiento o la permanencia de programas sociales.

Una de las estrategias de los gobiernos europeos ha sido la aplicación de programas de austeridad, consistentes en recortes al gasto social y a los salarios; aumentos en los impuestos y reformas para aumentar la edad mínima de jubilación. Este tipo de medidas se han impuesto por los gobiernos y avalado por los parlamentos en países como Grecia (el más endeudado de la zona euro y donde se desencadenó la crisis de deuda de la eurozona), Portugal e Irlanda (los tres rescatados por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional), hasta países como Francia, Italia y España, segunda, tercera y cuarta economías de la eurozona.

Antes de la crisis, el BCE prestaba dinero para un tiempo máximo de tres semanas con el fin de que los créditos fueran poco atractivos para los bancos. Los institutos que necesitaban dinero debían pedir préstamos de liquidez a competidores.

Pero con la crisis de 2008 los préstamos interbancarios empezaron a hacerse menos frecuentes, toda vez que los acreedores tienen miedo de que los bancos a los que otorgaron créditos no vayan a pagar la deuda contraída.

Aunque con la operación se logró reducir el temor a una escasez de préstamos interbancarios, es incierto que los bancos ocupen ese dinero para comprar deuda gubernamental de Italia o España, como apremió el presidente francés, Nicolas Sarkozy, debido a las presiones que enfrentan para reducir su riesgo, reconstruir su capital y dar préstamo a empresas.

Dudamos que el dinero sea utilizado principalmente en compra de deuda de países como Grecia, España o Irlanda, advirtió Martín van Vlic, de ING.

La mayoría de los grandes bancos tienen otras prioridades, como cubrir sus propios vencimientos, y no desean comprar activos de riesgo que podrían costarles una rebaja en su nota de calificación financiera, señaló Christian Schulz, del banco Berenberg.

Aunque esto podría ayudar a resolver los indicios recientes de nuevas tensiones en los mercados crediticios y apoya el préstamo bancario, seguimos escépticos ante la idea de que la operación alivie además la crisis de deuda soberana, dijo Jonathan Loynes, economista europeo encargado de Capital Economics.

Debido a esas dudas, la mayoría de los expertos de los mercados afirman que sólo una compra más agresiva y directa de bonos gubernamentales de parte del BCE ayudaría a aliviar la crisis, idea a la que el banco se opone.

Mercados

Tras el otorgamiento de créditos por el BCE, economistas señalaron que no resuelve del todo los problemas de los países más endeudados, mientras los principales mercados bursátiles del continente se movieron en el terreno de pérdidas.

La bolsa de París perdió 0.82 por ciento, Fráncfort 0.95, Madrid 0.90 y Londres 0.55.

El euro cayó 0.3 por ciento frente a la moneda estadunidense y cerró así en 1.30425 dólares, por preocupaciones de que el nuevo programa del BCE a bancos regionales haría muy poco para aliviar sus problemas de financiamiento.