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Investigadores afirman que para esa cultura la fecha sólo celebra la creación

La idea del fin del mundo en 2012 es completamente ajena a los mayas

El estadunidense Frank Waters planteó la primera teoría catastrofista en los años 70, interpretación descartada ahora que podemos leer mejor los jeroglíficos, señaló Érick Velásquez

 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de enero de 2012, p. 7

La idea de que el final de los tiempos será este 2012 es completamente ajena y extraña al pensamiento de la antigua civilización maya, aseguran expertos.

En entrevista con La Jornada, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras instituciones de educación superior señalan que si bien el pasado 21 de diciembre comenzó la cuenta regresiva del fin de ciclo calendárico maya, esto no significa que se terminará el mundo.

Para esa cultura mesoamericana, 2012 era una año cualquiera, en el cual se celebrará el aniversario o jubileo de la creación, sostiene el experto en ultura maya Érik Velásquez García, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

Dentro de los más de 15 mil textos jeroglíficos y alfabéticos escritos por los mayas prehispánicos y coloniales, el año que recién inicia solamente se menciona en uno: el Monumento 6 de Tortuguero. Además, existe una inscripción grabada sobre un ladrillo de barro de Comalcalco, Tabasco, donde posiblemente también se menciona esa fecha, aunque no es muy claro que así sea, continúa Velásquez.

Las versiones catastróficas y fantasiosas difundidas sobre el fin del mundo, supuestamente contenidas en esas inscripciones, han sido descartadas por los estudiosos del tema, aunque han generado sinnúmero de actividades artísticas, new age, culturales, comerciales y turísticas que tendrán lugar en los próximos meses en diversos puntos del área maya.

Velásquez García agrega que en el libro colonial Chilam Balam de Ixil se encuentra plasmada una profecía, la cual dice: “‘En 129 años se acabará el mundo, así lo dijo Beroso por el incremento (de la población) del mundo. En 1787 se acabará por lo mucho que aumentará la descendencia en la tierra’. Si el mundo no se acabó en 1787, ¿por qué se habría de acabar en 2012?”

Al buscarse el tema en Google se obtienen más de 3 millones de links, y en la tienda virtual Amazon existen innumerables títulos. En varios sitios de Internet se dan detalles de los grupos que construyen ciudades alternas para resguardarse de los supuestos fatídicos sucesos.

También, a propósito del presunto apocalipsis, hace unos meses el presidente Felipe Calderón anunció el Programa Mundo Maya 2012, con miras al incremento turístico en los estados de Quintana Roo, Tabasco, Chiapas, Campeche y Yucatán.

Esta estrategia integral, dijo el mandatario, realzará los centros turísticos cercanos a las zonas arqueológicas mayas mediante nuevas ofertas culturales y mejor infraestructura. Mientras tanto, en la zona arqueológica de Tulum, uno de los puntos estratégicos de turismo cultural, el pasado 10 de diciembre se iniciaron las actividades por 2012 y su relación con la cosmovisión del mundo maya, encabezadas por el Fideicomiso de Promoción Turística de la Riviera Maya, con un presupuesto cercano a 136 millones de pesos.

La promoción es meramente comercial, dijeron en ese anuncio, y colocaron una pirámide del pensamiento positivo (de 12 por 12 metros y elaborada con botellas PET), del artista Xavier Maria y Campos, la cual albergará miles de reflexiones positivas que serán depositadas por los visitantes desde ahora hasta diciembre de 2012. La estructura irá creciendo conforme se sumen las reflexiones de los turistas.

Sólo coincidencias

Para el experto alemán Sven Gronemeyer, de la Universidad de La Trobe, Australia, esta polémica fecha no tiene mucha importancia en el calendario maya: “Significa sólo que un lapso de trece bak’tunes (un bak’tun equivale a aproximadamente 400 años) de la cuenta larga maya coincide con el 21 de diciembre de 2012”.

El experto epigrafista dijo que junto con su colega Barbara Macleod realizó una nueva interpretación del texto esculpido en el siglo VII en el Monumento 6 de Tortuguero (Tabasco), en cuyo panel derecho se registra la citada fecha, que alude a la conclusión de un ciclo de 5 mil 125 años.

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En la imagen, persona ataviada como sacerdote maya, durante una celebración en honor a la diosa IxchelFoto Ap

De hecho, sostiene que los eventos previstos para el 21 de diciembre de 2012 aluden a un hecho mítico durante el solsticio de invierno, en el que Bahlam Ajaw, antiguo gobernante de ese lugar, se visualiza como el anfitrión de Bolon Yokte, deidad que retornaría ese día, cuando concluya una era y comience la otra.

El experto Érik Velásquez García añade: “El 21 o el 23 de diciembre de 2012 es la fecha en que el calendario maya, conocido como cuenta larga, llega a la fecha 13.0.0.0.0, es decir, 13 baak’tuunes, 0 k’atuunes, 0 tuunes, 0 winales y 0 k’iines. Un baak’tuun es un periodo de 144 mil días, un k’atuun de 7 mil 200 días, un tuun son 360 días, un winal es un periodo de 20 días y un k’iin es igual a un día. La última vez que el calendario maya llegó a la fecha de 13 baak’tuunes (es decir, al día 13.0.0.0.0) fue el día mítico de la creación del mundo, 13 de agosto de 3114 aC”.

Entonces, puntualiza, luego de más de 5 mil 125 años el calendario maya vuelve a llegar a la fecha 13.0.0.0.0, “pero de ningún modo es el fin de la creación presente, el fin del mundo o el fin de una era; tampoco es el fin del calendario maya, sólo es una especie de aniversario o jubileo de la creación. Al día siguiente, continuará el calendario maya sin interrupción ni cambio.

Existen muchas pruebas de que los mayas prehispánicos no pensaban que el mundo se acabaría en 13.0.0.0.0 (21 o 23 de diciembre de 2012), pues en los paneles jeroglíficos del Templo de las Inscripciones hay fechas futuristas que se remontan hasta 4772 dC, y se afirma que para entonces los ciclos del calendario seguirán completándose y celebrándose.

Además, tras realizar diversas fórmulas de conversión, ya sea con los calendarios mayas, cristianos u otras fórmulas de corrección, se ha determinado, agrega, que la idea apocalíptica del fin del mundo es completamente ajena y extraña al pensamiento maya del periodo clásico (300-900 dC).

–¿Existe alguna vertiente que indique por qué se trastocaron las interpretaciones de los mayas en versiones catastróficas?

–El primer autor catastrofista y fantasioso fue un estadunidense llamado Frank Waters, quien se enteró de que los arqueólogos acababan de descubrir una inscripción maya llamada Monumento 6 de Tortuguero, en Tabasco, misma que contenía un registro futurista de la fecha mencionada, y él creyó que era la fecha de una nueva creación del mundo, interpretación totalmente descartada ahora que podemos leer mucho mejor los jeroglíficos mayas.

“Waters mezcló eclécticamente esas especulaciones con el mito del fin del Quinto Sol de los mexicas, así como con las creencias de los hopis; publicó un best seller llamado Mexico Mystique: the Coming Sixth Word of Consciousness (1975), que representó el primer éxito comercial de un tipo de literatura new age que dejó grandes ganancias económicas, pero que no se apoya en los puntos de vista de la comunidad académica.”

Por tal razón, resume el especialista de la UNAM, “el éxito que ha tenido semejante ideología ecléctica y apocalíptica se basa en la necesidad de creer que tiene tanta gente en nuestro mundo contemporáneo, y en buena medida en la desconfianza que tienen muchas personas respecto de las religiones tradicionales, como el cristianismo.

Desde los tiempos de Waters hasta hoy, muchas personas se sienten cómodas al adjudicar a los mayas antiguos cosas que nunca dijeron y en las que nunca pensaron, proyectando sobre ellos miedos y supersticiones.

Las celebraciones por el fin del ciclo maya se iniciaron también en otros países como Honduras y Guatemala, con lucidas ceremonias y presentaciones artísticas de jóvenes disfrazados de guacamayas, jaguares y muerciélagos, especies de gran simbolismo para los mayas.