Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 8 de enero de 2012 Num: 879

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora Bifronte
Jair Cortés

En la uña de la gata
Kostas Sterguiópoulos

Los daños
Juan Tovar

Lo breve de los siglos, lo profundo del momento
Ricardo Yáñez entrevista con Juan Manuel Ramírez Palomares

La palabra clara de Gabriela Mistral
Ximena Ortúzar

Años
Cesare Pavese

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
Javier Sicilia

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Galería
Esther Andradi

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Foto: Vanessa Dualib

Los daños

Juan Tovar

Hablan en ella:

diego chaparro presidente
amapola saucedo su consorte
leona del arco ministra de seguridad
eusebio borrego ministro de transparencia
el poeta praga y su coro de víctimas

El diálogo tiene lugar en un salón de Los Oyameles, residencia presidencial de Huaxilán.

I

Escenario vacío. Entra Amapola, revisa los arreglos. Llega Leona y se le acerca cantándole.

leona: “Amapolita morada/ del valle donde nací,/ si no estás enamorada,/ enamórate de mí…”

amapola: Ay, Leona, me asustaste.

leona: Fue sin intención, Amapolita. (Mira en torno.) Como que se me hizo temprano, ¿verdad?

amapola: No, para nada. Diego vendrá en cualquier momento, aquellos ya están ahí afuera esperando. Sólo falta Eusebio Borrego.

leona: Ése es el de…

amapola: Transparencia.

leona: Claro. Con razón se me transparenta.

amapola: Es muy amable, y hacen ustedes buena pareja, ¿no te parece? Digo, para la ocasión.

leona: No, pues sí.

amapola: Quién mejor que la ministra de seguridad y el ministro de transparencia para apuntalar al presidente de Huaxilán en su primer enfrentamiento cara a cara con la protesta ciudadana.

leona: La cara es lo que habría que romperles a esos revoltosos, en vez de ponerse a platicar con ellos. Dizque están hasta la madre…, pues hay que darles en la madre, ¿no?

amapola: Eso por un lado. Por el otro…

Entra Borrego.

borrego: Buenos días, señoras. Disculpen la dilación, pero es que los guardias no me reconocieron y tuve que pasar por todo el procedimiento de seguridad.

amapola: Llega usted muy a tiempo, Eusebio. Ya sólo nos falta aquél.

borrego: Hacerse esperar es privilegio de los grandes.

leona: Y abuso de los chaparros, no agraviando lo presente.

borrego: Bueno, no por llamarse Chaparro deja de ser un gran hombre.

leona: Claro que no: todavía le queda un rato de ser el señor presidente don Diego Chaparro, primer ciudadano de Huaxilán...

borrego: Y primer jefe del heroico ejército huaxilano.

leona: A quien ahora mismo estaremos apoyando mientras da la cara al enemigo en cadena nacional –a no ser que lo esté pensando mejor y decida dejarlo para después.

amapola: No, no, lo vi hace un rato y me dijo que enseguida venía.

leona: Menos mal, porque un plantón en cadena nacional dañaría seriamente su imagen, ya de por sí bastante deteriorada, ¿no?

borrego: Bastante, sí, pese a todos los filtros puestos a la información sobre sus usos y costumbres, que no tienen por qué ser del dominio público…

amapola: Ni tema favorito de tanto periodicucho satírico que hay por ahí.

leona: Habría que clausurar dos o tres, nomás para escarmiento.

amapola: Sí, ¿verdad? Los que de plano lo pinten como un borrachín…

borrego: No hay uno que no lo haga.

leona: Cría fama… y échate a dormir.

Pausa.

amapola: Disculpen ustedes, voy a ver si no se entretuvo con algo…

Sale.

leona: Como no sea con un buen chinguirito refinado… Pero ¿tan temprano?

borrego: Ha de estar nervioso. Por lo demás, su caso es terminal. Es un alcohólico consumado cuya supervivencia, más allá de un corto plazo, requeriría todo un trasplante de hígado.

leona: ¿Ah, sí? ¿Y usted de dónde sabe?

borrego: De las mejores y más fidedignas fuentes. Es función del ministerio a mi cargo recabar toda la información disponible, archivarla convenientemente y filtrarla adecuadamente para el consumo público.

leona: Ministerio de información, pues, con otro nombre.

borrego: Más a tono con nuestros democráticos tiempos.

leona: Sí, claro… Oiga, ¿y le pasa seguido eso de que no lo reconozcan?

borrego: Pues… ya no tanto. Sólo a veces…

leona: Como que se les transparenta.

borrego: Pues… sí, de algún modo, en tanto funcionario de fuste –quiero decir, no se percatan de que soy alguien con… investidura.

leona: Y eso… ¿por qué será?

borrego: Pues… yo pienso que podríamos hablar de una especie de deformación profesional, toda vez que el recurso de pasar inadvertido se cultiva en nuestra ocupación, pero si se vuelve costumbre, será una mala costumbre.

leona: Por eso a usted como que le falta presencia en la escena, ¿verdad?

borrego (asiente): Estoy como si no estuviera; soy algo así como el hombre invisible. Pero todo cambiará ahora que el presidente Chaparro me proponga para sucederlo.

leona: Si es que lo hace.

borrego: Él me dijo que lo haría. Me lo aseguró.

leona: No dudo que le dijera; dudo que se acuerde. De repente en la briaga le da por planear y proyectar cosas que después se le olvidan.

borrego: No estaba borracho; digo, no demasiado. Estaba… inspirado, mirando al futuro…

leona: Y tiene sentido, cómo no: después de un Chaparro, un medio chaparro…

borrego (soñador): El señor presidente Eusebio Borrego…

leona: Beee... (Ríe.) Se me hace que usted también ya trae su chinguirito entre pecho y espalda, ¿a poco no?

borrego: Dios me libre. El matutino es asesino, dicen por ahí.

leona: Ha de ser, pero… (Saca una anforita.) Ora sí que nomás para hablar de lo mismo que el Chaparro… ¿Gusta?

borrego: No, gracias.

leona: A su salud, pues. (Bebe.) ¡Ahhh…! Chinguirito noble y leal, que nos consuelas del mal… ¿Cómo va ese cantar?

borrego: No recuerdo.

leona: Pero es por ahí, y es muy cierto. No salva de nada, no evita nada, nomás consuela –y eso ya es gran cosa. De otro modo el Chaparro mal podría apechugar con las consecuencias de su dichosa chinguiriguerra.

borrego: ¿Usted cree?

leona: A estas alturas, ya hasta para él ha de ser obvio que combatir militarmente al crimen organizado es un error de órdago, pero ya encarrerado el ratón, pues ni modo de echarse para atrás, ¿verdad?

borrego: No existe precedente alguno de que ningún mandatario huaxilano se desdijera jamás de sus equivocaciones, de donde debe deducirse que no las ha habido y que, así como en ciertos sectores la papal, priva entre nosotros la infalibilidad presidencial.

leona: Así es. El presidente no se equivoca, y si lo hace, nadie se da por enterado.

borrego: Porque dudar de su juicio sería poner en duda todo el juego, y eso a nadie le conviene.


Foto: Colonelchi

leona: Por algo dice el dicho que para guajes, Huaxilán.

Borrego suspira.

borrego: ¿Sabe…? Siempre sí le voy a aceptar un trago.

Toma el frasco, lo empina con cautela.

leona: Aguas, que ahí vienen.

Borrego se atraganta. Leona le palmea la espalda mientras recupera el recipiente.

borrego: No hay tos, no hay tos.

Llega Amapola con Chaparro del brazo. Lo lleva a su lugar.

chaparro: Buenos días.

Leona mira el reloj.

leona: Buenas… tardes, casi.

borrego: Buenos días, señor presidente.

amapola: Entonces tú aquí, con nosotras dos a los lados y usted a mi derecha…

leona: No, perdón. Yo preferiría estar a la diestra de don Chaparro, a fin de mejor poder usar la mía si se hiciera necesario sacar la rigurosa y soltar un balazo para llamarlos al orden.

amapola: Los guardias se harían cargo de esa eventualidad, por lo demás muy remota. Esta gente es pacifista.

leona: Yo no me confiaría.

chaparro: No se puede uno fiar, ¿verdad, Leona? Véngase aquí a mi diestra.

amapola: Bueno, entonces usted y yo, Eusebio, a la siniestra…

Se acomodan.

chaparro: Muy bien, que vengan aquellos.

Entran el poeta Praga y el Coro de Víctimas.

II

praga: Comparece ante usted, señor presidente, una sucinta representación de la Asociación Huaxilana de Víctimas de Guerra, que cuenta con miles de socios en todo el país y que ha emprendido por todos los medios a su alcance una campaña por la paz. Respetuosamente solicitamos que nos escuche.

chaparro: ¿Es usted el dichoso poeta Praga?

praga: Pedro Pablo Praga, a su servicio, pero más desdichado que dichoso. De hecho, señor presidente, he venido a traerle la voz de la desdicha nacional, seguro de que al escucharla su corazón cristiano querrá ponerle remedio, que si en algunas manos está, es en las suyas.

chaparro: Escucharé con el corazón en la mano. Nuestra actual guerra contra el crimen organizado, tan justa como necesaria, no teme a la crítica que lógicamente tenía que suscitar, dado que toda acción armada produce por fuerza daños colaterales que son siempre muy de lamentar y que de todo corazón deseamos en lo posible remediar. A usted le mataron un hijo, ¿no es así?

praga: Así es.

chaparro: ¿Sicarios, pandilleros…?

praga: Policías, a lo que parece.

leona: Se está investigando.

borrego: Y debidamente se informará.

chaparro: Y se hará justicia, yo se lo aseguro, aun en el caso de que el asunto nada tenga que ver con la guerra…

praga: Todo tiene que ver con la guerra, señor presidente: la guerra es el infierno y en él estamos. Yo he andado de acá para allá juntando gente que no quiere más guerra, y la gente ha juntado gente y ya somos muchos y queremos que se nos escuche.

chaparro: Escuchemos, pues.

Praga da la señal de iniciar el coro de los daños. 

III

coro: “Ya estuvo bueno de guerra/ y de sangre derramada;/ de daños colaterales/ y morir nomás por nada.”

víctima 1: Fue por el pan, ahí a dos cuadras; de seguro se entretuvo platicando. Llega de pronto el ejército, cierra la calle, se apresta para un operativo en el edificio de enfrente. Ella regresa, se encuentra con eso, siente que algo se avecina como una tempestad, quiere ponerse a resguardo, corre hacia la casa… y la acribillan. Noventa balazos le dieron.

amapola: Qué horror.

becerro: No debió correr.

leona: Es lo que te digo, Chaparro: esos operativos no se hacen con soldados.

Chaparro asiente, beatífico.

coro: “Es hora de que la vida/ ponga en su sitio a la muerte, porque anda muy desmandada/ haciéndola ver su suerte.”

víctima 2: Éramos muy unidos. Dos almas, una vida. Desapareció, ¿pasan a creer? Me lo desaparecieron. No sé quiénes ni por qué. Nomás de pronto ya no estaba, no se le encontraba. Y ni manera de saber. Las autoridades toman nota, se hará lo que se pueda pero qué puede hacerse estando todo tan turbio con lo de la guerra. El caso es que él ya no está, y sin él no tengo vida.

amapola: Hay que buscarlo.

borrego: Abrir los archivos.

leona: Lo busco, lo busco y no lo busco.

Chaparro asiente, serio.

coro: “Es injusto hacer la guerra/ para que unos ganen más;/ para que todos ganemos,/ vamos haciendo la paz.”

víctima 3: Llegaron al pueblo los soldados y se querían llevar al profesor, dizque porque tenía un plantío de chínguere –y cuál plantío, un par de plantitas tiernas ahí frente a su casa, a la vista, pues nada prohíbe el cultivo del chínguere con fines ornamentales, les dijo: antes bien lo recomienda el hecho de ser la planta que aparece en el escudo nacional, aliada al guaje sagrado de los antiguos… Quién sabe qué tanto cuento les hizo que al final desistieron, pero yéndose ya, nomás porque sí, balacean a las plantitas, de sendas ráfagas las destrozan –y aquél se enfurece, se les va encima a los gritos: “¡Burros! ¡Bestias! ¡No entienden…!” Le dispararon, según esto, en defensa propia… y el pueblo se quedó sin profesor.

amapola: No había necesidad.

borrego: Se extralimitaron.

leona: No me extraña.

Chaparro asiente, comprensivo. Pausa. 

IV

chaparro: ¿Eso es todo?

praga: Podríamos seguir indefinidamente. Se cuentan ya por millares los civiles muertos y desaparecidos en la turbulencia de esta guerra bastarda, así que por historias no quedamos –aunque las coplas habría que repetirlas.

A una señal suya, el coro amaga reiniciar. Chaparro lo silencia con un gesto. Pausa.

chaparro: He escuchado, he comprendido. Ya sé qué es lo que les pasa. Todos ustedes han sufrido pérdidas, se han visto disminuidos, y a resultas de ello han perdido la autoestima que se deben como dignos ciudadanos de la polis huaxilana. Eso es lógico, casi inevitable, pero habiendo voluntad es posible superarlo. Yo los invito, conciudadanos, a cambiar de actitud, a ser positivos y ver en la actual guerra, no tanto una fuente de daños como un momento glorioso en la historia del país del que todos nosotros formamos parte, y un motivo de orgullo para todo patriota corazón –orgullo tanto más legítimo cuanto más se haya sufrido a causa de la causa, de modo que bien pueden ustedes inventariar sus pérdidas como un sacrificio, no por involuntario menos meritorio, en aras de nuestra lucha por un Huaxilán sin crimen.

praga: Pero es que una guerra contra el crimen viene a ser una paradoja, si no es que una redundancia. Siendo la guerra un crimen…

chaparro: De ninguna manera. No siempre. Hay crímenes de guerra, voluntarios e involuntarios, pero eso es otra cosa.

leona: Y siempre se pueden perseguir…

borrego: Los unos, o indemnizar los otros.

chaparro: Justamente. Se tomará nota de todos sus casos y se instrumentarán los trámites correspondientes para que reciban la indemnización a la que se hagan acreedores, a la vez que se realizarán las investigaciones pertinentes para localizar a sus familiares desaparecidos y castigar a los culpables de sus daños, sobre quienes caerá todo el peso de la ley. Tienen ustedes mi palabra. (Mira el reloj.) Ahora, si me perdonan…

praga: Señor presidente, no se trata nada más de nuestros daños, se trata en esencia del daño incesante que la guerra inflinge al mundo. Eso tiene que acabarse, en algún lado tiene que empezar a acabarse: ¡qué mayor orgullo para nosotros que pudiera ser aquí! El estado huaxilano depone las armas… y Huaxilán se convierte en un ejemplo para todos los países del planeta, en luz del mundo entero y paradigma de gobierno cristiano…

chaparro: Mira, poeta, tú no sabes de lo que hablas. La guerra es un mal necesario que siempre ha existido –y la nuestra, además, es justa.

leona: Ya encarrerado el ratón…

chaparro: Justa y necesaria. Estamos librando la batalla decisiva contra el Mal. Cuando acabemos de ganarla habrá un Huaxilán más limpio, más puro, más cercano al reino de Dios en la tierra.


Foto: Vanessa Dualib

amapola: Amén.

praga: Pero es que…

leona: No se diga más.

borrego: Se levanta la sesión.

Se retira la facción oficial. Transición. 

V

praga: Hasta aquí el diálogo con el poder. Lo demás por sabido se calla, aunque de pronto se canta y hasta se vuelve a cantar.

A una señal suya, el coro reinicia sus coplas.

coro: “Ya estuvo bueno de guerra/ y de sangre derramada,/ de daños colaterales/ y morir nomás por nada.”

praga: “Es el coro de los daños,/ las patrañas, los engaños/ a lo largo de los años.”

coro: “Ya es hora de que la vida/ ponga en su sitio a la muerte,/ pues anda muy desmandada/ haciéndola ver su suerte.”

praga: “Es el puro desatino/ el puñal del asesino/ erigiéndose en destino.”

coro: “Es injusto hacer la guerra/para que unos ganen más;/ para que todos ganemos/vamos haciendo la paz.”

praga: “Es el sueño de la gente/ viendo el final inminente/ de un país inexistente.”

Oscuro.