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Hacerla marca registrada tendrá graves consecuencias, denuncian cientos de especialistas

Grandes intereses comerciales buscan controlar la palabra agave: experto

Se privatizaría algo que es patrimonio de los mexicanos, dice el sociólogo Douglas Massey

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Trabajadores de la industria del tequila cargan bolas de agave en Arandas, JaliscoFoto Foto La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 10 de enero de 2012, p. 22

Nueva York, 9 de enero. La propuesta de convertir la palabra agave en marca registrada, promovida por las principales empresas tequileras, tendrá graves consecuencias socioeconómicas para la diversa y amplia cultura de elaboración de destilados de agave desarrollada durante siglos a lo largo y ancho del país, denuncian cientos de expertos independientes, productores, comercializadores, mixólogos y restauranteros en México y Estados Unidos.

La Cámara Nacional de la Industria del Tequila (CNIT) promueve la propuesta ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para que el tequila, mezcal y bacanora producidos bajo la denominación de origen (o sea sólo en 12 estados) sean los únicos destilados que puedan usar el vocablo agave.

Los promotores –entre los que se cuentan las principales empresas de tequila, muchas ahora subsidiarias de trasnacionales– afirman que el propósito es controlar la calidad e integridad de estos productos en el mercado.

Sin embargo, algunos críticos consideran que es más bien un intento por privatizar un patrimonio público de los mexicanos.

Rotunda oposición

En una carta enviada a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) la semana pasada, 343 expertos, importadores, productores, representantes de asociaciones y centros científicos, dueños de establecimientos de manejo de bebida y mixólogos de México y Estados Unidos expresaron su rotunda oposición a que el vocablo agave sea convertido en una marca regulada por el IMPI para los productores de tequila, mezcal y bacanora.

Señalan que la propuesta del CNIT ante el IMPI implicaría que cientos de productores de mezcales y otras bebidas destiladas de 34 especies de agave en 19 estados de México que no están en las denominaciones de origen, quedarían excluidos, o sea, no podrían afirmar que su producto es de agave.

Usar el vocablo agave en la descripción de sus bebidas es su derecho legítimo, ya que es una verdad científica, argumentan los cientos de firmantes de la carta, entre ellos algunos de los más destacados conocedores del agave en el mundo, desde la profesora e investigadora Patricia Colunga, del Centro de Investigación Científica de Yucatán; Guadalupe Rodríguez Gómez, del Ciesas; la bióloga Catarina Illsley, del Grupo de Estudios Ambientales, entre otros más en México y a nivel internacional.

Estamos convencidos de que el costo biológico, ecológico, socioeconómico y cultural de esta medida regulatoria propuesta por el IMPI será muchísimo mayor que su beneficio, afirman al presentar evidencias a lo largo de 10 páginas.

Douglas Massey, el internacionalmente reconocido sociólogo de la Universidad de Princeton, especialista en asuntos migratorios y uno de los firmantes, comentó a La Jornada que “al volverse cada vez más popular el tequila y, más recientemente, el mezcal en los mercados mundiales, grandes intereses comerciales están intentando obtener control sobre la palabra ‘agave’ para propósitos de mercadeo y comercialización, lo cual privaría a comunidades tradicionales indígenas y mestizas, que durante mucho tiempo han elaborado productos de agave, de utilizar la palabra ellos mismos. En mi opinión (esta propuesta) representa un intento por privatizar algo que verdaderamente es parte del patrimonio público de todos los mexicanos”.

En una carta adicional de 27 integrantes del Tequila Interchange Project (TIP) –asociación binacional de educación y promoción de la cultura del tequila y agave, compuesta por expertos, dueños de establecimientos de bebida, mixólogos e importadores–, también enviada a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria en estos días, se argumenta que “al limitar el vocablo ‘agave’ al tequila, mezcal y bacanora, en el futuro aquellos estados mexicanos productores de bebidas de agave podrían quedar limitados en cómo comercializar sus productos. Sería un error tremendo limitar tal diversidad” y su efecto será perjudicial para el bienestar de miles de las comunidades donde se encuentran estos productores.

Para David Suro-Piñera, presidente del TIP, el propósito de responder a la propuesta con la carta era dar a conocer en el mayor mercado de bebidas espirituosas derivadas de agave que con esta medida podríamos eliminar el flujo de estas bebidas a Estados Unidos, de las que no están dentro de la apelación de origen, si vemos hacia futuro.

Subrayó que si esa propuesta se concreta vamos a frenar, y hasta eliminar la posibilidad de disfrutar de los grandes destilados de agave que nos ofrece el territorio nacional.

Recordó que Estados Unidos es hoy el principal consumidor de tequila y otros destilados de agave en el mundo; le siguen México y Alemania.

El empresario restaurantero Bobby Huegel, dueño de Anvil Bar & Refuge entre otros proyectos en Houston e integrante de TIP, afirmó que la implementación de esta medida significaría que pequeños productores (de destilados de agave) serán legalmente obligados a censurar palabras que han utilizado durante siglos, y su lenguaje se volverá propiedad de una industria específica.

Criticó al CNIT por promover un intento de limitar el mercado de bebidas destiladas de agave y con ello atentar contra la identidad cultural de México.

Las vistas públicas de este proceso se cierran el 11 de enero, y la Comisión Federal de Mejora Regulatoria es la instancia que dará luz verde o frenará el intento de registrar la marca agave.