Norte de Argentina


fotos: JOSÉ ALBANO

Repudio al asesinato de Cristian Ferreyra

El 16 de noviembre de 2011, la comunidad de San Antonio en el norte de Argentina comunicó que el luchador Cristian Ferreyra, de 25 años, fue asesinado, y otro compañero fue herido de gravedad a manos de matones armados contratados por el empresario Ciccioli. Tanto Cristian Ferreyra como el compañero herido son integrantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MoCaSe/Vía Campesina) que vienen resistiendo a los intentos de desalojos que tanto empresarios como poderes políticos locales y provinciales llevan adelante desde hace décadas.

Este asesinato se enmarca en una serie de ataques sistemáticos que vienen sufriendo las poblaciones campesinas e indígenas, no sólo con amenazas y actos de violencia; también con detenciones arbitrarias, atentados a personas, y asesinato.

Este acto de violencia ilimitada no puede pensarse como algo aislado. Es parte de una estrategia que se repite, en el intento de promover, sostener y consolidar el modelo de agronegocios que sustenta la producción para la agroexportación, la expoliación de nuestros recursos naturales y la eliminación de todo aquello que no sirva a los fines de la obtención de ganancias. Así lo muestran el asesinato de Javier Chocobar, líder Indígena de Tucumán; los cuatro muertos en el desalojo y represión sufridos en el reclamo por viviendas en Libertador General San Martín, Jujuy, por parte de la Policía provincial, en julio de 2011; el desalojo violento de la ruta 86 de la comunidad Toba Qom La Primavera, en Formosa, del que en estos días se cumple exactamente un año de impunidad, así como los innumerables acosos y despojos que sufren las poblaciones campesinas e indígenas de nuestro país.

Por esto, cientos de docentes, científicos, académicos, intelectuales, artistas repudiaron el avance de la frontera agrícola sobre poblaciones campesinas e indígenas, destruyendo la biodiversidad de bosques y montes, expulsando y contaminando a las comunidades y poblaciones que buscan construir relaciones de reciprocidad con la naturaleza, y que se plantean relaciones de cooperación y fraternidad.

Es vital denunciar la impunidad del poder económico que utiliza matones, sicarios y grupos paramilitares para amedrentar y asesinar a quienes luchan por un mundo diferente. Empresas que contaminan y enferman mediante aspersiones aéreas a los pobladores de las áreas rurales y que utilizan mecanismos legales fraudulentos para expropiar las tierras ancestrales de aquellos que las han cuidado por generaciones.