Opinión
Ver día anteriorDomingo 15 de enero de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y Sociedad

Una torre para Herodes

E

s increíble que una gigantesca torre de luz sólo sirva para obscurecer más el panorama de México. Aunque oficialmente no se llame así, siempre será identificada por los ciudadanos como monumento a la corrupción, y como triste expresión de una mentalidad obediente con quienes asumió como superiores y tirana con quienes supone están por debajo suyo.

La historia muestra como acción típica de las mentes dictatoriales el tratar de inventarse luz en obras monumentales que compensen la verdadera pequeñez de su ser.

Ofensiva por su costo de más de mil millones de pesos (a saber cuántos bolsillos se llenaron en el camino), la obscura torre de luz surge en el contexto de noticias como estas: Nivel de pobreza en México, uno de los mayores del mundo/ Para comisionados del SNTE $525 millones/ Para diputados, 385 mil millones en seguros y otras prebendas/ Aumento del salario mínimo: 2 pesos.

Asesinados 1,400 niños en la guerra al narco/ Viven en condiciones de rezago social un millón 333 mil niños/ Niños de 11 años son reclutados por los cárteles en México y EUA/ Trata de niñas y niños en La Merced/ Escuelas sin mobiliario en todo el país/ Estudiantes normalistas asesinados en Ayotzinapa/ Nueve millones de jóvenes mal alimentados/ Depósitos de mexicanos en el extranjero por 80 mil mdd.

Las últimas experiencias con gobernantes ineptos son argumento de sobra para exigir evaluación completa de quienes aspiran a puestos de gobierno: pruebas sicométricas de personalidad, de salud mental y de capacidad profesional y ética.

Debemos impedir que ser legislador o funcionario siga siendo la forma veloz de enriquecerse. Por ese camino hemos llegado a que gobiernen los peores.

En el auténtico pensamiento de izquierda, niños y jóvenes son prioridad y es un error creer que hasta que la economía crezca se puede atenderlos bien. Es exactamente al revés: sólo con grandes inversiones en esos sectores, los países crecen y se hacen fuertes. Eso lo saben bien los países ricos y las instituciones como el FMI; por eso imponen en América Latina reducciones al gasto social, mas no se meten con el exceso de puestos de gobierno y sus abusivos salarios. Está claro que hay quienes se benefician al perpetuarse la pobreza a través de los más jóvenes en AL. “El subdesarrollo no es una etapa anterior al desarrollo –señala Eduardo Galeano–, sino una consecuencia del desarrollo ajeno…” Si acaso Carstens lo sabe, no le interesa; para quien se ha formado en la escuela neoliberal, la economía es asunto de porcentajes, tasas y juegos de especulación que no sirven para dar solución a la pobreza real. (¡En la torre!)