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No podrá evitar un ataque al margen del derecho internacional, admite el canciller Serguei Lavrov

Advierte Rusia que vetará cualquier resolución contra Irán y Siria en el Consejo de Seguridad
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El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, ayer en Moscú durante una conferencia de prensaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 19 de enero de 2012, p. 27

Moscú, 18 de enero. Rusia se solidarizó con Irán y Siria frente a eventuales intervenciones foráneas al asegurar que se opondrá a toda resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que pudieran avalarlas, pero reconoció que difícilmente podrá impedir el uso de la fuerza al margen del derecho internacional.

El canciller Serguei Lavrov hizo estos señalamientos en la tradicional conferencia de prensa que ofrece a los medios acreditados en Moscú al comenzar un nuevo año.

Un ataque militar de los países occidentales contra Irán provocaría una catástrofe con muy graves consecuencias debido a que aumentaría la tensión entre chiítas y sunitas, advirtió Lavrov.

Sobre la posibilidad de que se produzca esta catástrofe o no, deben preguntarle a quienes hablan de ello, respondió cuando se le preguntó por un posible ataque de Estados Unidos y sus aliados contra instalaciones atómicas iraníes.

Y añadió: No tengo duda de que sería como echar gasolina en un fuego que arde sin llama, el fuego oculto de la confrontación entre chiítas y sunitas, y causaría incluso una reacción en cadena que no sé dónde terminaría.

Rusia tampoco apoya las sanciones que han impuesto Estados Unidos y sus socios a Teherán por continuar con su programa atómico, bajo el supuesto de que tiene fines militares, porque son estériles y no pretenden impedir la proliferación de las armas nucleares.

Las sanciones unilaterales adicionales que adoptan países occidentales y otros estados contra Irán no están motivadas por el interés de evitar la proliferación de las armas nucleares, sino que buscan estrangular la economía iraní y provocar descontento en la población, indicó el canciller.

Respecto a Siria, Lavrov dejó en claro que Rusia ejercerá su derecho al veto a cualquier resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que suponga avalar una intervención militar en Siria.

Al mismo tiempo, si alguien tiene la intención de utilizar la fuerza a cualquier precio, he oído llamamientos (del emir de Qatar) a enviar tropas árabes a Siria, difícilmente podremos impedirlo, pero tendrá que hacerlo sin mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.

No al atizamiento bélico

Rusia se reserva el derecho de suministrar armamento a Siria, en cumplimiento de contratos anteriores. No consideramos necesario dar explicaciones a nadie y justificarnos, por cuanto no violamos ningún acuerdo internacional, ninguna resolución del Consejo de Seguridad: vendemos a Siria solamente lo que no está prohibido por el derecho internacional, afirmó categórico Lavrov.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia considera también inadmisible la entrega de armas a los grupos armados que se enfrentan a las fuerzas de seguridad gubernamentales en Siria.

Es un hecho indiscutible: los insurgentes y los extremistas religiosos en Siria reciben armas y se aprovechan de los movimientos de contestación para apoderarse del poder, acusó.

Y agregó: Es inadmisible y completamente contraproducente, ya que esto empuja (al país) hacia una espiral de violencia y nosotros pedimos el cese de toda violencia en Siria, venga de donde venga.

Para Lavrov, Rusia y Estados Unidos no son enemigos y, por consiguiente, no hay motivos para una nueva carrera armamentista o una edición renovada de guerra fría, pese a las serias diferencias que mantienen sobre el escudo antimisiles estadunidense en Europa.

La lógica de nuestra postura es simple y comprensible. Si cerca de nuestras fronteras se instala armamento capaz de romper el equilibrio estratégico y, por tanto, poner en entredicho nuestra seguridad, respondemos con medidas que evitan esa merma, indicó Lavrov.

El jefe de la diplomacia rusa, eso sí, lanzó una dura advertencia a Estados Unidos en relación con su promesa incumplida de suprimir la legislación comercial discriminatoria que data de la guerra fría.

Precisó: Rusia no cumplirá sus compromisos con la Organización Mundial de Comercio en lo que concierne a productos estadunidenses, hasta que Estados Unidos revoque la enmienda Jackson-Vanik, adoptada en 1974 y que restringía el comercio con la extinta Unión Soviética como represalia por no permitir la emigración de judíos que querían irse a Israel.

Para el ministro ruso, hace mucho expiró el fundamento legal de esa enmienda, quienes querían irse ya se fueron y algunos hasta regresaron, y la ley continúa ahí.