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Junto con otro ex ejecutivo podría ser acusado de homicidio, informa la policía francesa

Arrestan a Jean-Claude Mas, dueño de la empresa de implantes PIP

La primera detención desde que empezó el escándalo, hace dos años

Entre las víctimas hay la sensación de que la justicia avanza y los culpables serán castigados, dice abogado

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Jean-Claude Mas, al salir de la corte de MarsellaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de enero de 2012, p. 2

Marsella, 26 de enero. La policía arresto el jueves a Jean-Claude Mas, fundador de la compañía francesa en el corazón de un escándalo sanitario internacional por la venta de implantes mamarios de mala calidad, y podría ser acusado de homicidio, dijo el fiscal de la ciudad de Marsella.

Es el primer arresto desde que empezó el escándalo, hace dos años, y llegó a los titulares de la prensa mundial en diciembre pasado. Mas y otro ejecutivo de la ya inexistente compañía Poly Implant Prothese (PIP) fueron detenidos en sus hogares, en el sur de Francia.

Si son acusados de homicidio involuntario y lesiones, ambos podrían enfrentar condenas más largas de las que ya corren riesgo de tener en un caso paralelo por fraude que llegaría a los tribunales en octubre.

Las autoridades francesas han sido criticadas por su lentitud en la reacción a un caso que ha expandido el temor entre decenas de miles de mujeres portadoras de prótesis PIP.

Los inspectores franceses ordenaron el retiro del mercado de estos implantes en marzo de 2010, debido a preocupaciones relacionadas con su calidad.

Pero apenas el mes pasado los funcionarios de París recomendaron la remoción quirúrgica de las prótesis, generando revuelo mundial en todas las personas con siliconas de la firma, que llegó a ser la tercera proveedora a escala global.

Los abogados de las francesas que interpusieron demandas por implantes de PIP recibieron con beneplácito la noticia de los arrestos y dijeron que no había forma de que Mas, de 72 años, escapara de la justicia.

El fundador de PIP había dicho que las mujeres que interpusiron demandas sobre sus implantes sólo buscaban dinero.

Esto es un alivio para las víctimas, dijo Laurent Gaudon, cuyas clientes han demandado por fraude a PIP y a los cirujanos que usaron sus productos.

Hay la sensación de que la justicia está avanzando y que no serán olvidadas. Es la tranquilidad de que los culpables finalmente serán castigados, agregó.

Mas y el ex presidente ejecutivo de PIP, Claude Couty, aún estaban siendo interrogados en sus hogares al mediodía. Iban a ser trasladados más tarde a la ciudad de Marsella bajo custodia policial, a petición del fiscal Jacques Dallest.

PIP disfrutó años de éxito con ventas internacionales, pero detrás de escena los empleados, y el mismo Mas, admitieron haber escondido de las agencias de certificación que usaban silicona más barata, de tipo industrial, no aprobada para uso médico.

Los funcionarios de salud de Francia y otras partes del mundo destacaron que no se ha demostrado que los productos de PIP tengan relación con el cáncer, pero cirujanos informan que presentan mayores tasas de rotura.

Las respuestas al problema han variado entre las autoridades de los distintos países, y van desde recomendaciones de retiro masivo de las prótesis de la firma hasta el consejo de consultar más frecuentemente al médico para controlarlas.

Mas y Couty pueden quedar detenidos 48 horas hasta que un juez decida si los acusa de homicidio involuntario y lesiones y, en ese caso, si continúan detenidos o son liberados bajo fianza.

Mas, quien vendió unos 300 mil implantes en todo el mundo, reconoció haber usado silicona no aprobada por las autoridades sanitarias, pero desestimó los temores de que eso implicara riesgos para la salud.

PIP cerró sus puertas en marzo de 2010, luego que óganos reguladores franceses descubrieron que usaba gel de silicona no autorizado y retiraron los implantes del mercado.

En diciembre de 2011, el gobierno de Francia aconsejó a las mujeres con prótesis de PIP que se las extraigan y dijo que incluso pagaría las operaciones en el país, lo que generó alarma en todo el mundo.

París reclama a la Unión Europea regulaciones más estrictas sobre los dispositivos médicos luego de este escándalo, con el argumento de que sus proveedores deberían portar los mismos tipos de autorización que las firmas que fabrican medicamentos de venta bajo receta.