Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 29 de enero de 2012 Num: 882

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El caballo de Turín: más allá del bien y el mal
Antonio Valle

Café y revolución
Montserrat Hawayek

Peña Nieto y el Golem
Eduardo Hurtado

La maldición de Babel: Pacheco, Borges, Reyes
y el Tuca Ferreti

José María Espinasa

Eros, Afrodita y el sentimiento amoroso
Xabier F. Coronado

EL SIGLO XIX, inicio
de la era mediática

Jaimeduardo García

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 


con Marie-Eve Thérenty

El siglo XIX, inicio de la era mediática


El suicidio del General Boulanger

Jaimeduardo García

Cuando le pido a la traductora Kenya Bello que le pregunte a Marie-Eve Thérenty, doctora en Letras Modernas por la Université Paris 7, cómo influyó la prensa a la sociedad y a las instituciones en el siglo XIX, la investigadora gala abre sus ojos azules, me mira y sonríe: “Es una respuesta como de mil cuatrocientas páginas. En unos días se publicará La civilización del periódico. Historia cultural y literaria de la prensa, donde trabajamos sesenta investigadores durante cinco años el tema.” Es la respuesta.

Pero la especialista en prensa del siglo XIX adelanta que en el libro plantean la tesis que “la era mediática inició en el siglo XIX. La civilización que representaron los periódicos transformó profundamente la economía, la política, la vida cotidiana y social”.

De visita en México, donde ofreció un ciclo de conferencias en el Instituto Mora –en el marco de los treinta años de ese organismo– con el título "La civilización del periódico. Prensa, sociedad y literatura en Francia en el siglo XIX”, la profesora de literatura francesa en la Université de Montpellier III y autora de Balzac y la política precisa que en esa centuria todo fenómeno social tuvo eco mediático:

“Los debates en la Cámara y las luchas sociales ocuparon un espacio importante en la prensa.”

–¿Por qué define al siglo XIX como la sociedad del periódico?

–El fenómeno no se produjo en el siglo XVIII, donde existían periódicos pero los tirajes eran austeros y la circulación restringida. En el siglo XIX el periódico se insertó en la sociedad. A principios del XIX la prensa estuvo restringida a las élites, pues la suscripción de un periódico durante un año costaba 80 francos y el salario de un obrero era de 2.50 francos diarios. Pero con la caída de Napoleón III en Francia, la crónica dejó de ser para las élites y se popularizó. Por ejemplo, en 1863 surge el periódico Le Petit Journal (El Periodiquito), que costaba 5 centavos.

En el siglo XIX el periódico fue el principal medio de comunicación masiva. Le Petit Parisien tiraba 3 millones de ejemplares diarios; hoy ningún periódico puede hacerlo, porque en el siglo XX surgió la radio, la televisión e internet.

Un ejemplo del fenómeno de la mundialización mediática fue la novela de Eugenio Sue, Los misterios de París, que se publicó en la prensa por entregas de 1842 a 1843. En 1844 se tradujo en todo el mundo.

–Qué tanto contribuyó la prensa del siglo xix al desarrollo de la literatura?

–La aportación de la prensa a la literatura fue mayor, pues toda obra (novela, teatro, poesía) se publicó primero en la prensa y después se convirtió en libro. En el siglo XIX todos los escritores, salvo contadas excepciones, fueron periodistas; muchos géneros surgieron en la prensa, como la novela por entregas o la poesía en prosa. La novela realista de finales del XIX retoma elementos del reportaje.

–¿La prensa en el siglo XIX fue un poder institucional?

–El cuarto poder nació en el siglo XIX. Existía una relación muy estrecha entre la clase política y el periodismo. Por ejemplo, Alphonse Marie Louis Lamartine (poeta y político, considerado como el primer romántico francés), antes de ocupar un cargo político fue periodista; su prestigio lo adquirió en la prensa. La prensa fue una fuerza muy poderosa de denuncia y escándalo; se creaban fenómenos mediáticos, como el del general Georges Boulanger (fue protagónico en la Tercera República, marginado políticamente se exilió en Bélgica, donde se suicidó ante la tumba de su amante. Le Petit Journal ilustró una de sus portadas con su tragedia).

–¿La prensa del XIX le dio visibilidad a las mujeres o reforzó los valores conservadores?

–Hay dos posiciones al respecto: una, representada por la historiografía feminista, como Christine Planté, quien asegura que la prensa sólo reforzó la exclusión de las mujeres al plasmar en sus secciones las diferencias entre lo doméstico (la vida familiar, los quehaceres, las emociones) y lo público (lo masculino, lo político, lo racional). Sostiene que los periódicos colocaron en situación de ghetto los discursos femeninos. En cambio, los especialistas afirman que la prensa ayudó a modificar la relación entre los géneros y las mentalidades, sobre todo a partir de la Tercera República, cuando varias mujeres empiezan a ejercer el periodismo (como Delphine de Girardin o Amandine Aurore Lucile Dupin, que firmaba como George Sand) y se generan debates sobre los derechos femeninos, el derecho al divorcio o al trabajo.

–El reportaje y la crónica fueron muy utilizados en el siglo XIX, ¿a qué se debió?

–La crónica fue el género mayor en el siglo XIX en los diarios franceses (y también mexicanos); se convirtió en el género emblemático de lo cotidiano, el símbolo del desarrollo de la era mediática. La crónica relató la vida parisina mundana, la actividad cultural; fue una especie de contemplación de la vida intelectual. Quienes escribían crónicas lo hacían desde los salones. En cambio, el reportaje obligó a los periodistas a ir a la calle, a testimoniar, al principio fueron temas menores hasta que ganó espacios y se convirtió en el género mayor.

–¿Cuáles son las características de la prensa francesa del siglo XIX y cuál es la diferencia con la prensa contemporánea?

–A la prensa del XIX hay que pensarla en dos regímenes: el de opinión y el de información. En el primer caso fue una prensa que se construyó con un sentido militante, donde no importaba la objetividad, pues fueron órganos partidistas.

A finales del XIX surgió la prensa moderna y con ésta el modelo de la información, como los periódicos Le Petit Parisien y Le Matin, que fueron portavoces de los sectores populares, trataron de aplicar la objetividad informativa, como el reportaje. La mayor diferencia entre la prensa del siglo XIX y la actual es el lugar que ocupó la hibridación literaria; hoy no tiene cabida. Actualmente los periodistas se forman con otros criterios, los géneros periodísticos no aceptan la ficción y la literatura como elementos para escribir, en el XIX sí fue posible. Sin duda, se debilitó el papel protagónico del periódico.